VILLARREAL 1 - REAL VALLADOLID 2
Aprobados y suspensos de Pucela: Pezzolano se impone a Setién
El Real Valladolid sumó tres puntos trabajados y merecidos en La Cerámica, donde el uruguayo consiguió que su equipo plasmase algunas de sus ideas.
El Real Valladolid ya nota la mano de Paulo Pezzolano. Lo hizo en el debut del entrenador uruguayo, ante el Mallorca, en la segunda mitad, pero sobre todo contra un Villarreal ante el cual ‘El Papa’ celebró su primera victoria. Merecida, a pesar de los lamentos amarillos, puesto que, en la disputa entre técnicos amigos del balón y del juego de posición, el charrúa se impuso con sus armas, expuestas en los dos goles más que en el tramo en el que le tocó sufrir, en el que, no obstante, los blanquivioletas generaron al menos tantas oportunidades para sentenciar como los de Quique Setién para empatar.
Masip: Evitó el empate en un testarazo de Pau Torres en un saque de esquina y en un remate de Morales. Mostró valentía en alguna acción por alto, de esas que le suelen costar, saliendo a despejar un par de veces de puños. No llegó a sentir el asedio gracias al esfuerzo defensivo.
Luis Pérez: Se hartó a correr en la primera mitad arriba y abajo, en la que su posición media lo dijo todo: estuvo casi a la altura de los atacantes. A cambio de ese posicionamiento tan elevado, le tocó esforzarse mucho para cerrar las acometidas de Pedraza, que sufrió por momentos.
Joaquín: Saltó muy alto para proteger a Luis Pérez y acompasar la presión del equipo en la primera parte. Dio una mayor sensación de seguridad que en otras actuaciones. Ganó duelos e hizo lo suyo cuando el Villarreal aculó al Pucela: apareció para acometer sus típicas acciones defensivas de valor.
El Yamiq: Tuvo algún problema para neutralizar a Lo Celso, que flotaba evitando referenciar. Marcó un gol maradoniano. Recibió una falta clara en el inicio del gol de Capoue. Rozó otro gol al final en otra carrera larguísima, en la que Reina achicó espacios bien. Entremedias, realizó una exhibición de exuberancia física.
Fresneda: Se ubicó en la izquierda, lo que no evitó que se incorporase al ataque. Lo hizo con cuentagotas, pero con convicción y tino, ya que dio un par de pases clave e incluso amenazó con algún que otro disparo. A cambio, atrás, donde parecía que podría neutralizar a Chukwueze, le costó.
Hongla: Actuó como bisagra, ejerciendo, en la práctica, como tercer central. En la primera parte cortó de manera magistral un pase vertical de Pau Torres que pretendía dejar solo a Chukwueze. Cometió una única pérdida y dio bien los siete pases que intentó.
Monchu: Guardó a menudo la posición para compactar el centro del campo. En esa labor oscura, le tocó perseguir sombras muchas veces, puesto que el Villarreal encontró fluidez con balón hasta los tres cuartos de campo. Asomó en el área en un par de ocasiones, en una, en una transición a la que llegó agotado.
Kike Pérez: Fue la navaja suiza de Pezzolano; con balón, replicó la doble mediapunta con Amallah, acercándose mucho a él cuando el equipo intentaba combinar, y cuando tocó bregar lo hizo como el que más, colaborando con Luis Pérez en su costado, sobre todo, y acumulando entradas y duelos ganados.
Amallah: Volvió a ver puerta en apenas 100 segundos. Se mostró en campo contrario como el jugador diferencial que se esperaba, no solo por el tanto, sino por cuantas acciones buenas completó, como los cinco regates de los seis intentados. Sin balón se mostró aguerrido, recuperando seis balones y ganando disputas.
Plata: Jugó a pie natural, en banda izquierda, pero no impactó como querría. De entre los titulares, fue seguramente el partido más gris, a pesar de que el partido pintaba para que pudiera correr en algún momento. No le salieron las cosas en las pocas acciones de que dispuso.
Larin: Pivotó en el gol de Amallah con ese nuevo rol adquirido con Pezzolano, asistiendo como ya hiciera contra el Mallorca. Recibió menos (no era difícil pegar menos que el Mallorca), pero tampoco lo tuvo fácil, y aun así, completó tres regates y un remate que se le marchó fuera.
También jugaron en el conjunto de Pezzolano:
Aguado: No confió en la izquierda para rematar en una de las transiciones que lanzó. Intentó no complicarse la vida en las inmediaciones del área, donde se vio obligado a pasar más tiempo del que seguramente habría querido.
Sergio León: Remató alto una acción que le cayó en el área. Condujo un contragolpe que estuvo cerca de ser la sentencia. Pepe Reina le impidió marcar en la última contra en la que robó el balón a Albiol.
Roque Mesa: Concentrado y entregado, vio una amarilla demasiado barata, quizás excesiva. Supo contenerse y achicar agua cuando tocó, aunque no pudo imponerse en demasiadas disputas.
Kenedy: Tuvo el 1-3 en sus botas en una transición en el minuto 90. Todavía parece ir con el freno de mano echado, y sin embargo, cada vez que la coge en tres cuartos da la sensación de que pueden pasar cosas.
Javi Sánchez: Tuvo que entrar por las molestias de Hongla. En 20 minutos apenas llegó a tocar el balón, aunque sí que intervino en varias acciones defensivas con éxito.