Ángel López: “Cuando les hablé de Pedri no sabían ni quién era”

Al alba del presente siglo, la banda derecha del ya desaparecido Estadio Insular la recorría un aguerrido pibe de Pozo Izquierdo, ventosa localidad del sureste de Gran Canaria donde forjaron su leyenda sus primas Iballa y Daida Ruano, tótems del windsurf mundial. Llegó a ser Ángel López un icono de la cantera grancanaria junto a Jorge Larena y Guayre, triple imagen de aquel equipo que, hace poco más de dos décadas, luchaba en Primera División. Ni que completara así su círculo vital, se retiró en 2016 presa de las lesiones pero, al menos, en Primera División y con Las Palmas. Acabar donde todo empezó. Tras una particular forja como entrenador que hoy le tiene tan feliz en la UD Villa de Santa Brígida (Tercera RFEF), hermosísima localidad de su Gran Canaria natal, le tocó hacer trabajo de campo. Su destino y el de Las Palmas seguían, de momento, unidos. Entonces, un pibito de Tenerife, gran ausente del partido de mañana entre el Barcelona y Las Palmas, se cruzó en su camino.

“La historia comenzó porque iba a empezar a entrenar en los filiales de Las Palmas. No sabía si al Juvenil de División de Honor o al B (finalmente fue a este último). Unos meses antes de que terminara la temporada ya empecé a ver a los jugadores. Incluso algunos entrenadores de Las Palmas me vieron por allí y me hablaron de 3-4 futbolistas que tenían buena pinta”, rememora Ángel, todo buena disposición siempre, un tipo con encanto, tan servicial siempre. “Es una persona espectacular, de las que yo no quedan ni en el fútbol ni en la vida. Es un tío espectacular, con todas las letras”, aclara uno de sus más íntimos amigos.

Ángel prosigue su relato. “Lo de siempre, vamos”, insiste en referencia a ese grupito de jugadores “con buena pinta” del que tanto le habían hablado cuando él ni siquiera estaba en nómina de Las Palmas. “Uno de los que estaban era Pedri. Fui a verlos entrenar a todos y a Pedri lo vi en dos partidos. En ese momento empiezo a hacer un informe de los jugadores que iba a tener y de lo que me gustaba y no me gustaba. A mí Pedri me enamoró desde el primer momento”, insiste el entrenador grancanario, que apostilla con suma exactitud: “Me parecía un jugador muy inteligente que podía jugar por dentro, por fuera. Siempre se adaptaba. Tenía gol y era agresivo para lo delgado que era. El 26 de abril de 2019 empiezo a ver a Pedri y a hacer informes. Me ‘enamoré’ de él. Era un jugador diferente”.

Coincidencia.

El destino quiso que coincidieran la avanzadísima llegada de Ángel a la UD con la renovación de Pepe Mel, entrenador suyo en el Betis y después su ‘jefe’ durante la temporada 2020/21 y un poquito más. Poco a poco se empezó a gestar una reunión que, tal vez, cambió la carrera de Pedri para siempre. “Unas semanas después de aquellos primeros informes, el presidente de Las Palmas me dice que Pepe Mel le comentó que yo había sido su jugador y que no había ido a verle a los entrenamientos, que no me pasaba a saludar. Le dije que iba la semana que viene”, desvela Ángel. De repente, salta la noticia. “Llegando allí me encuentro con que Pepe Mel renueva ese día o al día siguiente. Estaban hablando de la planificación de la temporada que viene y yo me salgo de la reunión porque van a hablar de determinadas cosas y yo no trabajaba ni para el club. Estando allí me dijeron que me quedara y que estuviera sin problemas en la reunión, que fue en Telde, donde entrenaba el equipo por aquel entonces. Empezaron a planificar la temporada siguiente”.

Pedri empezó a ser conocido, incluso dentro de las élites de la UD Las Palmas, en aquel encuentro furtivo. Y eso que ya era uno de los futbolistas más importantes de su cantera. La reunión continuaba y tocaba mirar a la base para reforzar al equipo, por entonces en Segunda. Y Ángel, que simplemente pasaba por allí, venía con los deberes hechos como el que más. El primer nombre, sin embargo, no fue el de Pedri. “Faltaba un central y entonces yo les hablé de Álex Suárez, que en el filial”, cuenta López. Quien fuera una alternativa es hoy un coloso en Primera División: “Era un chico muy trabajador y a lo mejor podía empezar como quinto central. Siempre que iba a jugar te iba a dar algo, les insistí mucho en eso. Le di una manita a Álex Suárez y lo pusieron ahí para que hiciera la pretemporada, al menos para mirar. Míralo ahora”.

En ese furtivo encuentro, en el que estaban presentes el propio Ángel, Pepe Mel, Miguel Ángel Ramírez (presidente), Rocco Maiorino (director deportivo) o Toni Otero (secretario técnico), se empezó a hablar del chicharrero que despuntaba con apenas 16 años. Recuerda Ángel que “en la banda izquierda faltaba un jugador”. De pronto, a quien también fuera internacional absoluto se le encendió una bombilla con la carita de niño de un futbolista que era más conocido por el Barça que por sus propios jefes. “Les dije que, para jugar ahí, tenían a un jugador que se llamaba Pedri. Insistí en que era muy joven pero que iba a ser futbolista. No sabía cuándo, pero lo iba a ser seguro. Es algo que veías. Allí estaban Miguel Ángel Ramírez, Rocco, Otero… Todos, y ninguno sabía ni quién era Pedri. Es más, Pepe Mel llamó directamente a Tonono y le dice que por qué no le habían dicho nada de ese jugador. Así empezó a hacer la pretemporada”, insiste Ángel. Y todo por un soplo del invitado inesperado, ni que el don de la oportunidad fuera una de sus mejores cualidades.

“Nos lo vamos a cargar”

Tal vez, aquel consejo de Ángel hizo posible la intervención del Barça, prolífico negocio para todas las partes. Y eso que hubo quien se negó a que subiera tan pronto al primer equipo. “Tonono (Rodríguez, responsable de Formación y Captación de Las Palmas) me mandó un mensaje enfadado diciéndome que nos íbamos a cargar al futbolista, insistiéndome en que era muy joven para hacer la pretemporada, que no ha renovado… Al final mira qué pasó”.

Ángel dio su palabra y Pedri, el fútbol. “El primer día que entrenó con ellos ya estaban locos con él”, recuerda el entrenador de la UD Villa de Santa Brígida. “Con Moleiro pasó lo mismo”, descubre también. Sin embargo, con el hoy 10 de Las Palmas hubo que tomar otro camino. “Lo subieron pensando que era Pedri y yo les dije que no. “Es buen jugador pero madurará más tarde”, insistía. Lo condenaron. El año siguiente empezamos la pretemporada y no estaba Moleiro entre los que vinieron”, justifica en Diario AS. “Me callé hasta que hablé con Mel y le dije que Moleiro era más jugador que 5-6 jugadores que habían subido, era más interesante”, prosiguió.

Quizás le corresponden unas cuantas, mas reniega de cualquier medalla. Se las deja a otros. En verano de 2021, todavía como ayudante de Pepe Mel, Ángel López entendió que había llegado la hora de Moleiro y así se lo hizo saber a su jefe directo. “Mel fue a hablar con el presidente y este le dijo que no porque Moleiro había estado el año pasado con los juveniles y que perdieron en la Copa de Campeones por él… Al día siguiente Moleiro estaba con nosotros y Ramírez hablando con él diciendo que la oportunidad se la estaba dando él. Cuando uno sale todo el mundo se pone las medallas… A mí, simplemente, me gusta darle oportunidades a los jóvenes”.

Que se lo pregunten a Álex Suárez, Pedri o Moleiro. El primero jugará mañana y el segundo será, otra vez, el gran ausente. El tercero, veremos qué dice su estado físico. A los tres les une un cordón umbilical futbolístico, el ojo avizor de alguien que, antes que nadie, advirtió de la necesidad de apostar por ellos. Ángel López tenía razón aunque ninguna medalla lo demuestre. Lo hicieron el tiempo y, sobre todo, el fútbol. Y unas imágenes que, en este caso, valieron tanto como sus palabras.

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