REAL MADRID

Ancelotti vigila su ‘jardín’

El técnico visitó el hipogeo del Bernabéu para valorar el estado del césped que tanta guerra dio el curso pasado, con hasta cuatro cambios de hierba debido a las obras.

Carlo Ancelotti tuvo que jugar buena parte de su carrera como futbolista en los campos que eran habituales en los años 70 y 80: embarrados, altos, con multitud de calvas... Pero como entrenador y con su gusto por el fútbol de toque y control, es evidente que prefiere las alfombras verdes como la que ha venido estando presente todos estos años en el Santiago Bernabéu. Y de eso mismo quiso asegurarse ayer cuando se acercó al estadio para analizar el estado de conservación del césped madridista en el hipogeo, la imponente obra de ingeniería con la que el Real Madrid recogerá su verde siempre que lo estime oportuno para así poder albergar eventos de todo tipo en el Bernabéu (conciertos, ferias, partidos de otras disciplinas deportivas...) sin que eso dañe el estado de la hierba.

El césped se divide en seis planchas alargadas, de fondo a fondo, y se va almacenando una encima de la otra con separación suficiente para que pueda ser tratado con hidratación, luz y a la temperatura adecuada para mantenerse en el mejor estado. De todo ello fue consciente de primera mano Ancelotti, que pudo ver además cómo es el proceso de sacar las planchas de césped desde el hipogeo hasta la superficie, un proceso que dura unas seis horas (una por plancha), si bien el protocolo establecido impone que siempre se sacarán con al menos 24 horas de margen antes de la disputa de un partido. El césped del Bernabéu ya se pudo ver en el duelo ante el Getafe en la última jornada de Liga y pudo apreciarse el gran estado en que se encuentra, si bien la prueba de fuego tendrá lugar este domingo ante la Real Sociedad (21:00 horas). Entonces se verá cómo conserva el hipogeo madridista la hierba sobre la que los pupilos de Carletto pretenderán sacar otros tres puntos.

Ancelotti, en el hipogeo del Bernabéu.

Y es que el césped del Bernabéu fue uno de los quebraderos de cabeza del Real Madrid el pasado curso. Tuvo que ser cambiado hasta en cuatro ocasiones veces, por lo que hubo cinco terrenos de juego distintos con hierba procedente de dos zonas distintas (el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura, y Arévalo, en Ávila). Ninguna de las soluciones funcionó, el campo mostró al poco tiempo de ser instalado calvas, zonas embarradas y en general un terreno muy irregular que dificultaba el juego de toque y precisión del Madrid. Ancelotti reconoció el problema, aunque le quitó hierro y confió en que, con el fin de las obras en el interior del estadio, se solventase por fin.

Lo más visto

Más noticias