Álex Suárez: “La bienvenida de Muriqi me puso los pelos de punta”
El defensa de Las Palmas atiende a Diario AS tras una sesión de fisioterapia. Habla de la fuerza del grupo. “No nos olíamos lo de Pimienta”, asegura.
José Alexander Suárez Suárez (Las Palmas de Gran Canaria, 18-3-1993) siempre fue por el camino largo. Si su debut en el primer equipo de Las Palmas no llegó hasta los 26 años, su estelar aparición en Primera División se retrasó hasta los 30. “No es lo normal debutar tan tarde, pero como empecé de esa manera no estoy muy cascado y puedo durar hasta los 40 años”, afirma riéndose.
No pierda la sonrisa ni ese carácter jovial tan suyo durante toda la entrevista. Las sospechas del periodista se confirman al momento: si dentro del campo es un gladiador, más allá de él es la amabilidad y la calma personificadas. “Fuera soy una persona normal. Una vez piso el campo defiendo lo mío, me gusta ir al frente siempre, que los míos vean en mí alguien en el que apoyarse. No entiendo el fútbol de otra manera”, insiste.
Los “suyos” y él conformaron una piña que bregó sin descanso por la salvación en Primera. “Siendo un equipo recién ascendido todos hubiéramos firmado una temporada así”, dice pese a la racha de 14 partidos sin ganar con la que Las Palmas acabó el curso pasado. La clave estuvo en la suma de voluntades: “La clave para sacar la temporada adelante fue que nunca dejamos de confiar en nosotros mismos”. Un curso en el que acabó con el hombro derecho magullado y ya recuperado y brindando con una cerveza bien fría, tan ganada se la tenía. Aquel partido contra el Alavés fue también el último de García Pimienta en el banquillo de Las Palmas. “No nos olíamos nada hasta que nos lo dijo antes de un entrenamiento”, desvela.
Así en el fútbol como en la vida, no rehúye ningún tema: la fuerza del grupo, la importancia de la salud mental, estadios y rivales que impresionan, la capacidad de no rendirse, aquel maravilloso encuentro con Muriqi, del Mallorca, el día del debut... Vamos a ello.
En el último partido de liga tuvo que pedir el cambio después de salir magullado tras un choque con Valles. ¿Cómo está del golpe en el hombro derecho?
Más que el hombro fue tirando para la clavícula. Fue como un esguince. Tras acabar la temporada estuve dos semanas recuperándome y hoy también fui al fisio porque todavía queda un poco de molestia, pero la verdad es que estoy muy bien. El hombro ya está listo para chocar de nuevo (se ríe).
En cualquier caso, nada que le impida estar listo el 8 de julio, cuando de nuevo empiezan a entrenar.
Nada. Ahora mismo estamos tratando el hombro más para recuperar y por estar bien, fortaleciéndolo. El hombro ya está listo.
La temporada acabó hace más de tres semanas, tiempo de sobra para poder hacer un análisis en frío de la misma. ¿Cuál es el suyo de la actuación de Las Palmas?
Para mí es muy positivo. Para un equipo recién ascendido que logra la permanencia tiene que serlo. Es verdad que la primera vuelta fue sobresaliente y en la segunda tuvimos momentos menos buenos, pero haciendo un balance general el equipo ha hecho una temporada muy buena y creo que, como te digo, siendo un recién ascendido todos hubiéramos firmado la temporada que hicimos.
En una entrevista suya en televisión afirmó no saber qué decir ante la mala racha de la Unión Deportiva en esa recta final de temporada. ¿Han encontrado ya alguna explicación lógica a esa serie de 14 partidos sin ganar?
No (se ríe). Si te digo la verdad, sabíamos que iba a llegar a esa mala pero no que fuera tan larga. Internamente seguíamos muy fuertes, unidos. Se demostró al final cuando teníamos que sacar los partidos. Gracias a esa unión el equipo seguía fuerte y con ganas. Al final, la clave para sacarlo fue que nunca perdimos la confianza en nosotros mismos. Siempre estábamos juntos, el uno para el otro, como siempre habíamos estado. Ahí estuvo la fuerza que nos hizo lograr la permanencia.
Habla usted de estar el uno para el otro. Cuando pasan tantas horas juntos en los entrenamientos, la Ciudad Deportiva, los viajes… parece imposible sacar la temporada adelante sin tener esa unión que menciona.
Sí. Soy de los que piensa que la fuerza del grupo es mucho más fuerte que las individualidades. En eso éramos uno de los mejores equipos de la liga. Cualquiera que fuera a ver un entrenamiento o estuviera en un viaje sabía lo bien que nos llevábamos entre todos, lo que nos ayudábamos. Siempre, desde la pretemporada. Desde hace un par de años veníamos mucha gente junta jugando. Esa es una de nuestras claves y tiene que serlo para la próxima temporada: seguir juntos y apoyándonos el uno al otro en todo momento.
Usted debutó en el primer equipo de Las Palmas con 26 años y en Primera, con 30. Parece que siempre ha elegido el camino largo, que para triunfar lo tuvo mucho más difícil que otros. ¿Tiene más mérito llegar a la élite así?
No es lo normal debutar tan tarde, pero como empecé de esa manera no estoy muy cascado y puedo durar hasta los 40 años (se ríe). Al primer equipo llegué con 26. Si la vida de un futbolista dura 14-15 años… Todavía me queda.
Usted estuvo muchos años pateándose categorías inferiores, campos de tierra y césped artificial… ¿Alguna vez pensó en dejarlo todo y dedicarse a otra cosa? ¿Llegó a perder la esperanza de alcanzar el primer equipo de Las Palmas?
Cuando salí de Las Palmas, que me fui al Acodetti (histórico club de fútbol base de Gran Canaria), ya veía muy lejos dedicarme al fútbol. Tenía algo de ilusión porque me gusta mucho este deporte, y cuando estoy en el Villa de Santa Brígida recupero la recupero otra vez para poder llegar a algo, por seguir subiendo escalones. Cuando vuelvo a Las Palmas (2017) tengo mi objetivo en mente: quiero jugar en el primer equipo. A pesar de que hice 3-4 pretemporadas y volvía al filial, yo lo tenía claro: sabía que estaba capacitado. Estaba mentalizado para conseguirlo sí o sí.
“Soy el primero en ayudar en los que no juegan. Cuando soy yo el que no participa me gusta que lo hagan conmigo”
Desde que debutó en el primer equipo se repite una constante con usted: siempre aparecen otros por delante, pero quien acaba jugando es Álex Suárez. ¿El secreto es precisamente esa cabezonería?
Creo que es por mi trabajo, sí. Sé que el fútbol tiene sus altibajos pero hay que estar lo más estable posible y tener siempre enfocada la cabeza en trabajar. Al final creo que el trabajo te da sus frutos. Hay momentos mejores o peores, pero si mantienes una línea estable al final logras los objetivos. Una de las claves que hace que yo participe mucho es que siempre suelo estar al mismo nivel, muy estable. Juegue o no juegue siempre intento ayudar al equipo. Me han tocado muchos momentos en los que he jugado y soy el primero que ha ayudado a lo demás porque cuando los demás son los que juegan también me gusta que me ayuden a mí. Somos un equipo y entre nosotros tenemos que ayudarnos.
Fuera del campo se le ve siempre calmado, sereno, tranquilo. Sobre el césped siempre permanece en alerta y hace gala de un gran temperamento. ¿Hace falta tener mucho carácter para ser un buen defensa?
Lo veo así (se ríe). Es una posición en la que hay que tener carácter, pero creo que si fuera delantero sería lo mismo. Así es mi forma de ver el fútbol, de ver mi pasión. Justamente me decía hoy mi madre que una amiga suya quería hablar conmigo porque dice que soy bipolar (se ríe), que dentro del campo soy de una manera y fuera, de otra. Eso es lo que más me dicen. Fuera soy tranquilo, soy una persona normal. Una vez piso el campo defiendo lo mío, me gusta ir al frente siempre, que los míos vean en mí alguien en el que apoyarse. No entiendo el fútbol de otra manera. Aunque el año pasado y el anterior con Richi (Serrés, el coach que vino con García Pimienta), hablábamos de tener que estar más calmado en ciertos momentos (se ríe). Pero me sale ir al frente y defender a los míos. Creo que lo he mejorado un poco, ya no me llevo tantas tarjetas por protestar. Sigo teniendo ese fuego dentro que a veces no lo puedo controlar.
Afirma que, de ser delantero, hubiera tenido el mismo carácter. Este año ha metido dos goles de ariete total ante Valencia y Betis.
De ratonero (se ríe). Siempre me ha gustado meter goles entrenando y estar por el área. Lo intento. Sí es verdad que muchas veces no soy tan alto con respecto a otros como para poder ganar a ciertos contrarios el balón por arriba pero siempre intento buscarme el hueco, la oportunidad. Contra el Betis fue más un gol de pillo, de quedarme por detrás y ver que estaban rompiendo el fuero de juego. Ojalá pueda meter muchos goles más.
Nombró antes a Richi Serrés. Muchas veces se ve a los deportistas de élite como máquinas perfectas, como personas que siempre tienen que estar, a todos los niveles, en las mejores condiciones. ¿Qué importancia le da a trabajar la salud mental en el ámbito del deporte profesional?
Te diría que es tan importante como la física. Cada vez se le va dando más importancia. Para que un deportista de élite rinda tiene que tener la cabeza muy ordenada, saber los altibajos que tiene el mundo del deporte. Al final, como dices, parecemos súper héroes pero no es así. Cuando perdemos somos los primeros que lo pasamos mal. Cuando las cosas no van bien nos frustramos e incluso lo pagamos con nuestra familia. Creo que es muy importante el papel que juegan los especialistas en psicología del deporte porque nos ayudan bastante a la hora de no creernos superiores a nadie cuando las cosas van bien pero tampoco creerte que se acaba el mundo cuando las cosas van mal.
Usted debutó en primera muy tarde, haciéndolo además contra gente a la que hasta hace poco seguía por la televisión. ¿Qué estadio y futbolista le han impresionado más?
Estadios, San Mamés y los andaluces: los del Betis y Sevilla. Son campos en los que se respira fútbol, son espectaculares. Como jugador, uno de los que más me impresionó fue Savinho, del Girona. Lo vi muy rápido, eléctrico, sobre todo en el partido de ida. Me quedo con ese duelo. Tengo otra anécdota del primer partido en casa, contra el Mallorca. Muriqi me impresionó porque a estos bichos siempre los había visto por la tele. En el primer balón del duelo, ellos sacan para atrás y Muriqi viene directo a mí y me dice: “Felicidades por el ascenso. Bienvenido a la liga”. Se me ponen los pelos de punta de pensarlo. ¡Ya los tenía delante! Nunca pensé que vendría a mí y me diría eso. Al final es un jugador con el que en los dos partidos nos hemos dado mucha leña y nos llevamos muy bien, tenemos buen trato en el campo.
Es lo que llaman el respeto por el contrario.
Sí. Que alguien viniera así y me dijera eso fue un: “Ya estamos aquí, ahora vamos a pelear”.
“Mi renovación con Las Palmas fue muy fácil. Ellos querían que me quedara y yo, quedarme”
Esta pasada temporada renovó hasta 2026. ¿Llegó a tener otras ofertas?
Lógicamente, estaba jugando y hay gente que se interesó por mi situación. Pero yo lo tenía claro: me iba a quedar en Las Palmas. Sabía que si había intención por las dos partes, que la había, quería quedarme aquí. No iba a tener ninguna duda. Todo fue muy fácil: quería quedarme y ellos, que me quedara. En cuestión de días se solucionó todo. Todo el mundo sabe que Las Palmas es mi equipo y estoy muy feliz de estar muchos más años aquí.
Le vimos crecer y llegar al primer equipo de Las Palmas como central pero casi se le ha visto más como lateral derecho. ¿Dónde se encuentra más cómodo?
Si te digo la verdad, en los dos sitios. Al principio, como era normal, estaba más acostumbrado a estar de central, pero desde el año pasado, que ya jugué bastante de lateral, me encontré cómodo. Los entrenadores me lo han hecho fácil. He tenido que adaptarme más porque es diferente a jugar como central, pero me gusta muchísimo también de lateral En cualquier de los dos lados estoy cómodo. Mientras pueda jugar, lo hago donde haga falta.
Usted, que durante la temporada tiene unas rutinas y normas tan estrictas, ¿qué fue lo primero que hizo en vacaciones que no hubiera podido durante la competición?
Irme al sur, desconectar y echarme una buena cerveza (se ríe). El objetivo estaba cumplido. Al final se hizo un poco más duro porque lo teníamos ahí pero no se conseguía. Lo primero que hice fue coger a mi familia y amigos e irme a descansar, a liberar la mente. Durante el año se te exige mucha dedicación e implicación. Cuando conseguimos el objetivo y todo sale bien lo primero que hice fue desconectar con la gente que tengo cerca.
Durante muchos meses se estuvo especulando con la continuidad de García Pimienta, que ya ejerce en el Sevilla. ¿Cuándo les dijo que tenía decidido no seguir en Las Palmas?
No nos olíamos nada. Como él mismo decía, estaba totalmente implicado en el objetivo. No sabíamos nada, lo veíamos como siempre. Nos lo comunica el mismo día que sale en redes sociales (23 de mayo). Nos lo dice antes de empezar el entrenamiento, sobre las 10.00 horas.
Las Palmas hizo lo más difícil, que es mantenerse justo después de ascender. Se entiende que la perspectiva no cambia: 40 puntos cuanto antes y, a partir de ahí, mirar más allá.
Está claro. Ya sabemos lo complicada y difícil que es la Primera División. Los 40 puntos son lo primero que tenemos que hacer para conseguir nuestro objetivo. Siempre hemos dicho que, a partir de ahí, si viene algo más, bienvenido sea y sin presión. El objetivo nuestro es salvarnos y seguir consolidando este proyecto en Primera División. Seguro que, año a año, iremos creciendo un poquito, cada vez más.