CELTA-BARCELONA

Albert Celades: “La gran irrupción de Xavi hizo que yo saliera del Barcelona”

El ex jugador de Celta y Barcelona repasa en AS su trayectoria en ambos equipos. La apuesta de Van Gaal por Xavi provocó su llegada a Vigo.

JuanJo MartínEFE

Usted fue canterano del Barça. ¿Cómo era la Masía hace treinta años?

Para empezar era otro edificio. Ahora viven en la actual ciudad deportiva, antes era una masía catalana que sigue estando al lado del Camp Nou y allí vivíamos. Estábamos más de treinta personas viviendo e íbamos cada uno a nuestro colegio, volvías allí para comer, entrenabas, ibas a cenar y hacías el régimen de la residencia. Tengo un recuerdo buenísimo. Todo cambia, todo evoluciona, ahora está en un sitio diferente, hay mucha más gente, seguro que tienen más comodidades, pero nosotros teníamos allí todo lo que necesitábamos. En La Masía vivíamos todos los que éramos de fuera de Barcelona. Recuerdo que cuando fue la Olimpíada en el 92 no pudimos vivir allí porque estaba destinada a otra cosa, no recuerdo qué. Tuvimos que alojarnos en casa de familiares o en hoteles.

Cruyff le hizo debutar en Liga en un Clásico, nada más y nada menos.

Fue increíble. Ya había debutado en un partido de Uefa, pero ese día entré en la convocatoria, viajé, estuve en el banquillo y tuve la suerte de debutar en un Clásico. Fue una pasada.

¿Cómo era Johan Cruyff?

Era una persona que nos marcó a todos, por eso tantos jugadores que estuvimos con él nos hemos dedicado a ser entrenadores. Nos transmitió su amor por el juego, era un adelantado a su época, con una personalidad súper arrolladora y una persona con un carisma especial. Lo fue todo como jugador, lo fue todo como entrenador y no sólo por las cosas que ganó, sino por el legado que nos dejó.

Curiosamente, la despedida de Cruyff fue en un Barcelona-Celta después de ser cesado.

Fue muy traumático para todos porque estaba recién cesado. Fue una de esas cosas que nadie se espera. Aquel día todo el estadio estaba lleno de pancartas apoyando a Johan y criticando la decisión de la directiva. También me acuerdo de la imagen de Jordi Cruyff siendo sustituido y todo el estadio aplaudiendo de pie, trasladándole ese amor a través de su hijo.

¿Cómo se enteró el vestuario?

Recuerdo que él nos reunió para despedirse y fue un momento muy triste. Había muchos jugadores que llevaban muchos años con él, algunos sólo lo habían tenido a él de entrenador y luego otros, como los jóvenes, que nos habíamos criado bajo su cultura y su metodología. No conocíamos otra manera de jugar, fue todo muy traumático.

Se va Cruyff y llega Robson con un tal Mourinho de ayudante. ¿Cómo recuerda al portugués?

Reconozco perfectamente al Mourinho que conoció todo el mundo de entrenador en su etapa como asistente, con la misma personalidad. Era muy joven, había gente mayor o de su edad en el vestuario, y se ganó el cariño de los jugadores.

El ex compañero que tuvo más éxito en el banquillo fue Guardiola. ¿Se veía venir?

Estuvimos juntos cuatro años en el primer equipo y tengo un recuerdo buenísimo de él. Era un jugador top y como entrenador ha superado a todos. Ya se veía en aquel momento que era un jugador muy inquieto por aspectos tácticos del juego.

¿Es el estilo más cruyffista?

De alguna manera ha seguido ese estilo de juego, con sus avances, con sus diferencias, con sus innovaciones y ha incorporado muchas cosas que antes no se hacían, pero es el mejor entrenador del mundo actualmente, ha conseguido un montón de títulos y de qué manera. Seguro que Johan estará orgulloso de lo que ha hecho.

Otro que está entre los mejores es Luis Enrique.

Se juntaba mucho con los jóvenes, teníamos muy buena relación. Era un grandísimo jugador, con muchos recursos técnicos, tácticos y físicos, con una gran capacidad de liderazgo, muy carismático. Lo ha extrapolado a su etapa de entrenador con toda la carrera que lleva. Fue un jugador extraordinario y es un entrenador extraordinario.

¿Sabe a qué se debe su animadversión a la Prensa?

Cuando él llegó a Barcelona venía de muchos problemas mediáticos en el Real Madrid y creo que todo viene a partir de ahí. Sin embargo, como jugador tenía buena relación con la Prensa que seguía el día a día del Barça. Luego como entrenador ya es una perspectiva distinta, porque es una posición muy difícil y muy dura en el día a día. Él ha decidido llevar la convivencia con la Prensa de esa manera.

Precisamente esa presión ha podido con Xavi, con el que ha coincidido menos.

Creo que su primer año fue mi último año en el Barça, aunque él ya venía a entrenar con el primer equipo y habíamos coincidido antes. Él tendrá sus motivos y los ha explicado. Me imagino que lo habrá pasado mal y si toma esa decisión es porque cree que es lo mejor para todos. Es lo que tiene estar en un cargo como ese. Si alguien conoce el Barça es él, lleva toda la vida allí. Recuerdo verle jugar con doce o trece años y ha estado siempre ahí. Él mismo dijo que había visto sufrir a entrenadores aún ganando. Bueno, es el día a día del entrenador, hay momentos muy felices y hay momentos muy duros.

¿Cómo se forjó su salida del Barcelona y su llegada al Celta?

El Barça me abrió la puerta para salir y una de las opciones que tenía era Vigo, que en esos momentos tenía un equipo que jugaba en Europa, con grandes jugadores y una forma de jugar súper atractiva. Me decidí por irme allí, nos pusimos de acuerdo rápido y fue uno de los grandes aciertos que tuve. Era la primera vez que salía de casa y fue una experiencia personal y profesional muy buena. Tengo un recuerdo buenísimo, sólo tengo buenas palabras porque además vivimos una época muy buena, lo pasamos muy bien.

Sólo firmó un año por el Celta. ¿Ya tenía un acuerdo con el Real Madrid?

No, no era así. Lo que pasa es que cuando el Barça me abre la puerta para que me vaya, a mí me quedaba un año de contrato y yo no quería perder la oportunidad de elegir a dónde ir. En aquel momento tenía opciones por un año para irme a varios equipos, uno de ellos era el Celta, y a partir de ahí decidir qué pasa.

Ese año le ganan 7-0 al Benfica y 4-0 a la Juve de Zidane.

Recuerdo esos partidos perfectamente. El día de Balaídos contra el Benfica no jugué y contra la Juventus sí que jugué los dos. En aquel momento la Juventus era uno de los mejores equipos de Europa, sino el mejor. Tenían a Zidane, Davids, Del Piero, Conte... En Turín hicimos un buen partido, pero la vuelta en Balaídos fue increíble. Nosotros teníamos un equipo muy bueno y además fue de esos días que todo fluye. Teníamos un súper equipo enfrente, pero sabíamos que si estábamos a nuestro nivel podíamos competir con cualquiera. Y así fue.

El líder de aquel equipo era Mostovoi. ¿Tenía nivel para haber jugado en un grande?

Era un jugador excelente, con un talento excelente, pero no podemos confundir el talento y la calidad con la exigencia de un equipo grande. Tenemos la prueba la semana pasada del Madrid con el Girona. Habrá jugadores del Girona que están jugando a un nivel increíble y pueden jugar en un equipo grande, pero allí la exigencia en el día a día es muy dura. Hay muchos ejemplos de jugadores con un talento increíble que van a un equipo grande y no aguantan mucho tiempo. Aparte del talento, el aspecto mental es muy importante. En cuanto a talento, no hay duda que Mostovoi era un jugador buenísimo y podía compararse con cualquiera. Posiblemente si hubiera ido a un grande, lo hubiera hecho muy bien, pero en aquel momento tuvimos la suerte de tenerlo en el Celta y le damos las gracias.

¿Era tan especial dentro del vestuario como parecía desde fuera?

Era una persona algo introvertida, pero luego en el trato humano era entrañable, una buena persona. Disfrutábamos de tenerle y ver lo que era capaz de hacer. Había mucho nivel en aquel equipo, había otros jugadores que eran muy buenos también.

Después de ese año, se marcha al Madrid.

Yo estaba muy bien en Vigo, vivimos una temporada muy buena, con partidos increíbles, era un club que quería seguir creciendo y plantarle cara a los grandes, así que la decisión no fue fácil. Lo que pasa es que cuando te llama el Real Madrid es una oportunidad para volver a estar en la élite. Cuando estaba en el Barça fui al Mundial de Francia, pero estando en el Celta no fui a la Selección y eso te pone en otra perspectiva. Tomé esa decisión, por un lado estaba triste por dejar Vigo, pero muy contento por fichar por un equipo como el Real Madrid, en el que vivimos también una época increíble.

¿El hecho de ser canterano del Barça le hizo dudar de su fichaje por el Madrid?

Uno siempre trata de tomar la mejor decisión para uno mismo y para su familia. El Barcelona dejó de contar conmigo, me dijeron ‘mira, te tienes que ir’. Justo en ese momento llegaba Xavi al primer equipo y su irrupción provocó mi salida. Yo intenté hacer mi camino, apareció el Real Madrid y estoy súper orgulloso de haber estado allí.

¿Cómo ve al Celta de Benítez?

Pienso que tiene menos puntos de los que merece, que ha habido decisiones arbitrales que no le han ayudado, pero tiene una muy buena organización en cuanto a juego, que tiene un entrenador con mucha experiencia y un gran conocimiento, que ha corregido muchas cosas. Creo y deseo que esta segunda vuelta sea mucho mejor para el Celta, que sigan mejorando y que no pasen tantos apuros como en los últimos años.

A finales de los noventa se instaló en Vigo un estilo de juego que enamoró al público, muy diferente al que practica Benítez. ¿Piensa que los resultados son más importantes que el estilo?

La gente lo que quiere es ver que su equipo gana. A partir de que los resultados no salen, empiezan las opiniones sobre el estilo, pero eso ya es una cosa más subjetiva. Sí que es cierto que a raíz de la llegada de Irureta se ha instalado un estilo de juego que a la gente le gustaba y se hizo un poco propio del Celta, pero al final la gente lo que quiere es ganar. Benítez es un magnífico entrenador, con una experiencia top y ojalá le vaya muy bien.

¿Qué opina del Barça de Xavi?

Está fuera de la Copa, la Liga está complicada para ganarla y tiene la carta de la Champions. Yo creo que van a apostar por ganar todos los partidos que puedan, que es la exigencia de un equipo como el Barcelona. La Champions es lo más cercano porque la Liga está muy complicada.

¿Ve a este Barça tan mal como cuentan o la crítica es exagerada?

En los equipos grandes las críticas son muy duras siempre, se exagera todo mucho, para bien también. Cuando estás dentro tienes que intentar relativizar las cosas, tanto para bien como para mal. Sabes que en un sitio así, la situación va a ser esa. En el Barça había muchas expectativas de ganar y competir por todo y hasta ahora perder la Supercopa, quedarse fuera de la Copa y tan lejos en Liga hace que afloren las críticas.

¿Tiene el corazón dividido en este partido?

Me gusta que les vaya bien a todos los equipos en los que he estado. Espero que los dos cumplan sus objetivos y que sus aficionados disfruten con el juego. Ojalá podamos ver un buen partido.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?

Ahora me gustaría volver a entrenar, eso es lo que tengo en mente. Intento seguir formándome, conocer distintas metodologías de juego, seguir aprendiendo para estar preparado cuando llegue el momento.

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