Alaba quiere volver a ser Alaba

Alaba quiere dejar de ser el ‘quinto central’. El último de la fila. Quiere volver a ser Alaba. Un habitual en los partidos grandes, un central de primer nivel. Todo, es una sensación escoltada por sus sensaciones deportivas. La lesión es historia; definitivamente, un capítulo pasado. Ya está jugando sin ningún ápice de molestia y sobre todo, de miedo. Suelto. Y con esto, se siente capaz de alzar la voz. De volver a ser él.

En ausencia de Huijsen, Asencio parece no tener competencia de cara al once del Coliseum. Y ahí, justo ahí, es donde irrumpe Alaba. Quien viene de disputar 153 de los 180’ de Austria en este parón, siendo titular en ambos partidos. Disfrutando en la goleada a San Marino y sufriendo en la derrota en Rumanía (tienen un pie en el Mundial, pese al traspié). Sumando ritmo competitivo. Recuperando sensaciones de cara a lo que viene.

Quinto por la cola

Alaba es el quinto jugador de campo −de la actual plantilla− que menos ha jugado. Una estadística maquillada por las lesiones de los compañeros (Mendy y Endrick aún no han ‘debutado’), mientras que Camavinga (76’) y Rüdiger (90’) prácticamente no han salido de la enfermería. Él, estando recuperado, sólo acumula 102’. Ha jugado tres veces más con la selección, que con el Madrid esta temporada.

Minutos de los centrales

Radiografía

Y de los 100′... 90’ fueron en Almaty. Más allá de aquella noche, tan sólo ha sumado 3′ contra la Real Sociedad y 9′, frente al Levante. En su último año de contrato y con 33 primaveras, se siente terciario. Es el ‘quinto central’. Los titulares son Huijsen y Militao. Indiscutibles. Tras ellos está Rüdiger e inmediatamente después, Asencio. Este es el orden, en circunstancias normales. Con todos sanos. Él, va después. Y quiere rebelarse contra este rol.

Está al 100%

Demostrar que tiempo después, está para más. Porque no hay rastro de molestias en esa rodilla izquierda que se destrozó el 17 de diciembre (rotura de cruzado). Lleva dos meses entrenando con normalidad, como uno más, al máximo. Tiempo de sobra para ir perdiendo el miedo a cualquier gesto; para espantar cualquier murmullo dentro de su cabeza. Para soltarse.

Alaba regresa de este parón reforzado mentalmente. En el vestuario lo ven con hambre de redención, de dar un golpe sobre la mesa. Y es que sin Rüdiger (baja, mínimo, hasta la vuelta del siguiente parón; el 23 de noviembre), se le allana ligeramente el camino. Alaba, lanza el guante. Siente que con minutos, puede ser importante en esta plantilla. Discrepa con que, en un contexto como el de este domingo para el Coliseum, se dé tan por hecha la titularidad de Asencio. Está él. Y quiere estar más. Quiere dejar de ser el ‘quinto central’ y volver a ser Alaba.

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