Al Madrid le salen las cuentas

Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal, PSG, Milan, Bayern..., pero también Bournemouth, Leeds, Crystal Palace, Al Nassr, Al Ittihad, Al Hilal o Al Ahli. Todos ellos, clubes titánicos y otros no tanto, históricos y recién llegados a base de suplementación económica, están por delante en gasto neto en fichajes del Real Madrid en las diez últimas temporadas. Y es que, desde la 2014-15, el equipo blanco es 28º en este particular ranking según las cifras que maneja Transfermarkt. Invertir es una de las base del éxito, pero no siempre el dinero se traduce en felicidad. Ayuda, sí, pero se necesita planificación y estudio minucioso del mercado. Los 20 títulos alzados por el plantel madridista han tenido un coste de 193,15 millones de euros. Al cambio, 9,6 millones de euros por trofeo... Al Madrid le salen las cuentas.

El United, líder con un gasto neto de 1.248,59 millones de euros, suma cuatro títulos. El City, una vara de medir más realista que unos Diablos Rojos en lucha por salir del barbecho, ha invertido 1.011,82 millones para colocar 16 entorchados, con la anhelada Champions como penúltima conquista, en la vitrina: 63,2 millones de euros por festejo. El siguiente español en la lista, el Barcelona, 12º en la general, cifra su inversión neta en 443.1 millones de euros para aglutinar también 16 trofeos, como los citizen: 27,7 millones de euros por conquista. El Real Madrid, con cuatro Orejonas (2016, 2017, 2018 y 2022) como metales más preciosos-amén de cinco Mundiales de Clubes, cuatro Supercopas de Europa, tres Ligas, tres Supercopas de España y una Copa del Rey-, sonríe al mirar su libreta de gastos.

La inversión máxima por parte de la entidad presidida por Florentino Pérez tuvo lugar en la 2019-20, el verano de Hazard. De hecho, el de La Louvière es el fichaje más caro de la historia del club,115 millones de euros. También llegaron Jovic (63 millones) y Reinier (30 millones), un resbalón y un asterisco candidato a serlo, porque no todo es dorado. Pero los 50 millones en Militao o los 45 millones en Rodrygo, con los 48 en Mendy en zona de temperatura media, compensan la balanza. Tras el belga aparecen dos británicos: Jude Bellingham y sus 103 millones de euros, medalla de plata y Gareth Bale, 101 millones, la de bronce. Innegable la aportación a los éxitos blancos del galés, más allá de su abrupto final, y la esperanza con el de Stourbridge está disparada a base de goles, carisma y adaptación exprés. Por algo desde el club le perfilan como un futbolista generacional. Mientras que el top-5 desde 2014 lo completan Tchouameni (80 millones de euros, 2022) y James Rodríguez (75 millones de euros, 2014).

Bellingham y Tchouameni ejemplifican a la perfección la política de fichajes marcada por el Real Madrid en esta década. Futbolistas jóvenes que, de invertir cantidades importantes, aseguren a una amortización sencilla. Por ello, en las diez últimas temporadas, Hazard ha sido la única inversión superior a 35 millones de euros en un jugador de más de 25 años. Courtois, llegado del Chelsea en 2018 a cambio de justamente 35 a los 26 años, es quien más se acerca. El resto de desembolsos de enjundia, jóvenes promesas. De ahí que se desechara la opción Harry Kane, la favorita de Ancelotti como nueve, que hubiera llegado a punto de entrar en la treintena (los cumplió el 28 de julio) y a cambio de tres cifras (100 millones ha pagado el Bayern, más variables). El presente era indiscutible, no tanto el futuro. Y eso es innegociable en este Madrid.

Las banderas del proyecto

Vinicius y Rodrygo, fichados en diferido para abrirle las puertas del Madrid en 2018 y 2019 respectivamente, previo pago de 45 millones de euros a Flamengo y Santos, son los abanderados del modelo. El equipo blanco, consciente de que en materia monetaria no puede competir con clubes como City o PSG, ha potenciado la captación de grandes promesas, con Juni Calafat a la cabeza, antes de su explosión definitiva. Un baúl en el que también se encuadran el citado Tchouameni, Camavinga (18 años tenía cuando el Madrid pagó 30 millones al Rennes) o un Valverde que apenas costó 5 millones en 2016. Bellingham ya llegó como estrella (MVP de la Bundesliga con el Dortmund), pero tenía claro que su siguiente paso debía ser el Real Madrid para confirmarse en firmamento. Ahora, la transición está marcada, Endrick viene en camino y en 2024 el fantasma Mbappé volverá a pulular. Pero con o sin Kylian, el Madrid tiene clara la hoja de ruta hacia El Dorado.