Ahora sí hay banquillo
Ante el Espanyol se evidenció que Ancelotti maneja alternativas solventes. Un fondo de armario liderado por Rodrygo, Camavinga, Rüdiger, Lucas...
Cuando el plan A se atasca, el plan B llega al rescate. Y viceversa. Ocurrió en el tramo clave del curso pasado, se potencia en el presente. Ancelotti ha repetido hasta la saciedad que este año habrá más rotaciones. El Mundial que trastabilla el calendario las impulsa. ¿La diferencia entre una temporada y otra? La plantilla del Madrid es, sobre el papel, más corta, pero la confianza que Carletto profesa en su fondo de armario es mayor. Si antes había revulsivos puntuales, ahora hay un banquillo plagado de caras que miran a la titularidad.
Tres partidos de Liga y tres onces diferentes. Todos igual de solventes. Courtois, Valverde, Vinicius, Benzema y un Tchouameni que en Almería salió de inicio por rotación y a partir de entonces por decreto, son las constantes. El resto, las variables. Rüdiger, Rodrygo, Camavinga, Ceballos, Lucas y Nacho son el sexteto de ‘suplentes de confianza’ de Ancelotti, con aspiraciones de convertirse en actores principales. Excepto el brasileño, que sale de lesión, y el utrerano, a quien el de Reggiolo augura más oportunidades “porque las merece”, el resto ha probado las mieles del once.
Rüdiger, a pesar de su papel de recambio de todos, acumula ya dos titularidades. Del patinazo en Almería al encuentro serio en Cornellà, pasando por su carrera viral en Balaídos. Central o lateral, como Alaba, que decidió en el estreno liguero desde el banquillo y desde entonces ha aparecido acompañando a Militao y, ante el Espanyol, en el costado izquierdo para permitir que Mendy y su físico cristalino se den un respiro. Otro con doblete inicial es Camavinga, aunque su mejor partido haya llegado en su primera suplencia. Paradojas del fútbol. En el RCDE Stadium, con los de Diego Martínez tuteando seriamente al campeón, apareció en el segundo tiempo la versión más desbocada del zurdo de Cabinda. Conducciones llenas de potencia que enloquecieron el encuentro hasta que otro futbolista irreverente y reactivo hizo acto de presencia.
Rodrygo, habituado a gestas postreras (Chelsea y City dan fe de ello), reapareció para regalar a Benzema el 1-2 con un grancentro. El ‘21′ no se conforma con ser el jugador número 12 y “este año comenzará más partidos”, parafraseando a un Ancelotti que está creando una atmósfera competitiva que beneficia al esfuerzo colectivo. Ahí donde Lucas y Nacho se hacen innegociables. El de Curtis ya suma más minutos que Carvajal, el ‘2′ titular: 188′ contra 160′. Permitiéndose sacar el fusil en la primera jornada cuando la pólvora de la primera línea estaba mojada. Y el madrileño lleva toda su carrera coqueteando entre la titularidad y la suplencia: salió de inicio en Almería y el curso pasado superó los 2.500 minutos.
Menos cromos, pero más sólidos
De los 13 choques en los que la pareja Camavinga-Rodrygo salieron desde el banquillo, el Madrid ganó 12. El último, contra el Espanyol. “Tenemos una plantilla muy buena y eso nos van a ayudar mucho en los cambios. La intensidad es clave para ganar estos partidos y el rol de todos los jugadores es importante”, señalaba Ancelotti tras ajusticiar a los pericos. En verano solamente llegaron Tchouameni y Rüdiger (amén de un Odriozola en la rampa de salida) y salieron Jovic (549′), Bale (290′), Marcelo (811′), Isco (407′) y Casemiro (3.928′). Dos contra cinco, pero la realidad es que es un dos contra uno (solo Case superó los 1.000 minutos), que se convierte en tres al meter en la ecuación a Ceballos. Del núcleo duro, el que menos continuidad ha tenido hasta el momento es el utrerano, pero Ancelotti está encantado con su entrega diaria y su ‘19′ siempre termina iluminado en la tablilla del cuarto árbitro.
Al contrario que Hazard y Asensio, que hacen funambulismo para no quedarse en el furgón de cola. El belga se ha quedado sin red tras una pretemporada esperanzadora y debe aprovechar las oportunidades que aparezcan en el horizonte si no quiere malgastar su último ocasión de cumplir la promesa que lanzó en Cibeles imbuido por la euforia: “Madridistas, llevo tres años aquí con muchas lesiones, con muchas cosas... Pero el año que viene lo voy a dar todo por vosotros”. La situación del balear es más particular, puesto que su búsqueda de ofertas le ha hecho perder comba en la carrera por los minutos. “Si se queda, será importante”, avisaba Ancelotti, que no entiende de rencores. Solamente quiere apostar por futbolistas enchufados. Si Eden y Marco aprietan el interruptor, el círculo de confianza alrededor del banquillo blanco será aún mayor.