Agus Medina: “Bellingham ya era un ‘pepino’ con 16 años”

Agustín Medina es un centrocampista catalán de 28 años que ha militado en el Sabadell, Cornellá, Celta B y Ponferradina, su actual equipo. Además, vivió una experiencia fuera de España, gracias al convenio entre el Cornellà y el Birmingham. Con 25 años aterrizó en la ciudad inglesa para disputar la Championship (segunda liga de Inglaterra). Allí asistió al nacimiento como futbolista profesional de un joven que llegaba rompiendo moldes desde categorías inferiores. Ese chico era Jude Bellingham.

—¿Cómo llegó a Birmingham?

—El Cornellá tenía un acuerdo de intercambio con ellos desde categorías de formación hasta el primer equipo. Me llamaron para probar, les gusté y me quedé allí.

—¿Cuándo vio por primera vez a Bellingham?

—Al llegar, antes de los entrenamientos, me hicieron las típicas pruebas de esfuerzo y fuerza en el gimnasio para calibrar tu capacidad física. Él, con 16 años, ya “reventaba” las máquinas. Estaba muy por encima de los chicos de una edad parecida a la suya y a los demás también nos superaba con creces a casi todos.

—¿Estaba ya fijo en el primer equipo?

—Cuando yo llegué lo alternaba con el sub-23, pero en Navidad debutó en un partido con el primer equipo, lo hizo increíble y ya no paró.

—¿Cuál fue su primera impresión al verlo?

—Ahora ha ensanchado por el trabajo de gimnasio que habrá hecho, pero en aquella época era un chico espigado, aunque con un tren inferior muy potente y fuerte físicamente. Era muy difícil tumbarlo y quitarle el balón. Esa fue mi primera impresión. Le entraban duro jugadores veteranos, con mucha fuerza y años de experiencia, y no conseguían imponerse a ese chaval de 16 años.

—¿Y técnicamente?

—Destacaba. Me llamó la atención los recortes que hacía. Eran los mismos que le hemos visto en la Bundesliga con el Borussia Dortmund, cuando hace la finta, arranca, avanza y se va hacia puerta. Eso ya lo hacía entonces cinco o seis veces en cada entrenamiento sin despeinarse.

—¿Le recordaba a algún jugador en aquellos inicios?

—Yo apenas vi a Zidane pero dicen que se parecía a él. Físicamente era y es un portento. No se cansaba de correr, en las series que hacíamos entrenando iba siempre a tope y lo daba todo. Era un ‘pepino’ como jugador. Nos impresionaba a todos y desde entonces ha ido a más.

—¿Cuánto tiempo coincidió con él?

—Seis meses. A él ya lo seguían grandes equipos. Recuerdo que el Manchester United insistió mucho, pero él prefirió el Borussia Dortmund. Por cómo le ha ido allí parece que acertó con su decisión.

—¿Cuál es la cualidad que más destacaría de él?

—La conducción. Es brillante. Juega mucho con las fintas y el engaño con el cuerpo y en eso, entre otras muchas cosas, es muy bueno.

—¿Pensó en aquellos primeros meses de Bellingham como profesional que sería una figura?

—En ese momento no lo veía así. Observaba a un chaval que aprovechaba su oportunidad pero no imaginaba que llegaría tan lejos y tan pronto. Ser MVP de la Bundesliga con 19 años refleja lo que es. En Birmingham el recuerdo que tienen de él es impresionante por todo lo que demostró en tan poco tiempo y siendo tan joven.

—¿Qué espera de su llegada a España? ¿Le puede costar adaptarse?

—Al llegar de Alemania creo que no. Aquí en el juego prima mas la técnica que en Alemania pero él va sobrado técnica y físicamente. Lo que hace es espectacular.

—¿Le podrá la presión de jugar en el Madrid siendo tan joven?

—Creo que no. Al principio tal vez le cueste un poco coger los mecanismos, pero se adaptará rápido porque es muy bueno. Además, es muy listo. Entiende el juego a la perfección. Recuerdo que con 16 años captaba pronto las explicaciones del entrenador y por qué tenía que hacer las cosas. Por eso pienso que no le costará acoplarse al Madrid y a LaLiga.

—¿Dónde su techo? ¿Podría luchar por el Balón de Oro a corto plazo?

—Podría hacerlo. Su progresión es enorme y la está “rompiendo”.

—Usted juega en el doble pivote. Si llegase a un equipo de Primera y cayera por su zona, ¿cuál la mejor forma de frenarlo?

—Sería muy complicado. Sin balón es duro y muy difícil de parar. Es un terremoto en el campo. Además, defensivamente también va muy fuerte. Va a recuperar el balón a toda costa. Si tiene que hacer siete faltas las hará. Es muy tenaz. De verdad que no sé cómo lo frenaría porque es muy bueno con balón y sin él.