BARCELONA

Agarrados a Lamine

El delantero ha sido decisivo en todos los partidos oficiales de la temporada ya sea marcando o asistiendo. En Mónaco estuvo demasiado solo.

Manon CruzREUTERS

Lamine Yamal se ha convertido, a sus 17 años, en un jugador imprescindible para el Barcelona de Hansi Flick. El peso del joven delantero azulgrana es enorme en el conjunto azulgrana pues en todos los partidos oficiales de esta temporada ha sido decisivo, ya sea marcando o asistiendo a sus compañeros.

En el debut en la Champions League en el campo del Mónaco rescató al equipo cuando peor lo estaba pasando después de quedarse con diez por la expulsión de Eric Garcia después de un error clamoroso de Ter Stegen. En una jugada que ya puede calificarse de marca de la casa, partiendo de la derecha buscó la diagonal para encontrar el mejor ángulo de disparo y cuando lo detectó, soltó un latigazo raso al primer palo que sorprendió a Kohn. Lo celebró señalándose el escudo mientras se dirigía donde estaba ubicada la afición del Barcelona.

Con ese gol, además, se estrenó como goleador en la Champions. Un gol que no le permite ser el goleador más joven de la competición porque este récord pertenece a su compañero Ansu Fati, que ayer volvió a tener minutos, pero si situarse segundo en esta clasificación.

Lamine fue clave en el primer partido de Liga en Mestalla dando una asistencia a Lewandowski, y se estrenó como goleador ante el Athletic Club en el Lluís Companys. Ante el Rayo Vallecano y el Valladolid repartió tres asistencias más y en Montilivi contra el Girona se destapó con un doblete. Fueron dos golazos. En los seis partidos oficiales de la temporada (cinco de Liga y uno de Champions) ya acumula cuatro goles y cuatro asistencias. Unas cifras espectaculares.

En el Luis II estuvo demasiado solo en las responsabilidades ofensivas. De hecho, de los cuatro de arriba fue el único que remató entre los tres palos (una vez) porque Lewandowski tuvo uno de sus días malos y estuvo prácticamente desconectado del equipo y Raphinha tampoco estuvo al nivel mostrado últimamente. Pedri, que volvió a la media punta, echó en falta poder asociarse con Dani Olmo para hacer daño por dentro. Con un golpe, Flick lo sacó del campo de forma prematura pensando en el duelo contra el Villarreal de domingo.

Así que en un día de cierto espesor del Barcelona, en gran parte por quedarse con diez en el minuto 11, Lamine tuvo que sostener al equipo certificando que es la gran esperanza azulgrana de presente de futuro y que su impacto en el fútbol no tiene parangón. Jordi Cruyff, que debutó como analista en Movistar, explicó que Xavi, que lo subió a entrenar al primer equipo con 15 años, ya le dijo que era “especial” y que desde el club alargaron en el tiempo su debut. “Recuerdo que el primer día que entrenó, entonces estaba Xavi de entrenador, ya comentamos que era algo especial. De hecho, Xavi quería hacerlo debutar antes, pero la verdad es que no tenía contrato. Dijimos que primero teníamos que asegurarnos que el futbolista sería nuestro por muchos años y luego hacerlo juego. Los jugadores más veteranos todos venían diciendo que era diferente”.

Experimentado, Jordi Cruyff mantiene que hay que tener paciencia con los elogios a Lamine para no poner en riesgo su crecimiento futbolístico. “No es bueno para nadie decir que Lamine es el mejor jugador en estos momentos. Por talento y edad ya sabemos que es el mejor. Sin embargo, ahora lo que toca es mantener los pies en el suelo y seguir demostrando humildad todos los días”, dijo.

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