COPA DEL REY / REAL ÁVILA 2-4 REAL VALLADOLID

¡A Segunda... a Segunda!

El Real Valladolid tuvo que escuchar este cántico desde la grada del Adolfo Suárez además del típico ‘Puta Pucela’.

José Luis Rojí

El Real Valladolid sigue adelante en la Copa tras eliminar con mucho sufrimiento al Real Ávila por 2-4. La jornada de fiesta en el vetusto y obsoleto Adolfo Suárez estaba servida y lo corroboraron las casi 5.000 personas que llenaron las tres gradas hábiles ya que la cuarta, la contra tribuna, no se puede utilizar por estar en riesgo de derrumbarse por culpa de la aluminosis.

En los prolegómenos del partido la anécdota llegaba cuando desde la megafonía se anunciaba que se había perdido un menor de corta edad y según se anunciaba apareció, lo que provocó el aplauso inmediato del respetable.

Los aficionados locales comenzaron disfrutando y con cánticos de ánimo para su equipo con el típico ‘Sí se puede’ y más viendo como el equipo de Segunda RFEF plantaba cara a todo un Primera, por más que el Real Valladolid cierre la tabla ahora mismo.

Las gradas supletorias instaladas para la anterior eliminatoria con el Oviedo, al que eliminaron los abulenses, temblaban con cada oportunidad local, pero enmudecieron con el gol de Latasa en la primera mitad, gol que provocó los primeros tímidos cánticos de ‘A Segunda... a Segunda’ al menos por una minoría, en represalia tal vez por el gol encajado por su equipo.

Otro detalle llamativo fue el tema de los marcadores, uno más moderno y otro tradicional, nunca fueron acompasados en cuanto al tiempo jugado y las cifras de gol durante muchas fases tampoco coincidían hasta el punto de que el que tenía vídeo pasó más tiempo apagado que funcionando. También es reseñable la escasa iluminación de la instalación que dificultaba ver con nitidez en el propio campo el desarrollo del partido en las partes más alejadas de la tribuna principal.

El colegiado del partido fue despedido con música de viento por la grada al descanso, al parecer poco de acuerdo con su actuación ya que protestaron todas y cada una de las decisiones tomadas, en un partido que fue casi de guante blanco.

Los goles de Carrión nada más nacer la segunda mitad (2-1) daban alas al público que paladeaba la opción de eliminar al Valladolid y provocaba gritos de celebración y ánimo hacia su equipo, pero de nuevo el gol de Marcos André para empatar el partido encendía a unos aficionados que volvieron con la cantinela de regodearse de la mala situación del Valladolid en la tabla e incluso se volvían más mayoritarios y sumaban el típico y tópico ‘Puta Pucela’ que parece que hace mucha gracia en demasiados sitios.

La prorroga indicaba el nivel de sufrimiento que estaba alcanzando el Valladolid y el gran partido que había hecho el Ávila, pero cuando el partido se iba a los penaltis volvió a aparecer Marcos André con el 2-3 y Kike para, con un poco de suerte, poner el 2-4 definitivo lo que hacía que arrecieran ya de forma mayoritaria los gritos de ‘¡a segunda! desde la grada del estadio de la ciudad amurallada cuyo equipo, no lo olvidemos, milita en Segunda RFEF e hizo un partido soberbio ante el Real Valladolid.

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