A falta de Vinicius, laterales

Hace años escuché que las portadas son para los delanteros, si marcan, o los entrenadores, si pierden. Es el bipartidismo particular de un deporte que hoy vive un capítulo extraordinario. Amanece el lunes y aquí, abriendo, están dos laterales. Posición acostumbrada a la sombra de los segundos planos. Como el bajista de aquel grupo que atesta Wembley y, sin embargo, pocos ponen nombre. Es imprescindible, es secundario. Pero siempre tiene un solo, su momento de rebeldía. Y ayer lo fue para Carvajal y Fran García, salvavidas del Madrid en ausencia de Vinicius. Los mejores. Quién se lo iba a decir a Ancelotti. Y al Bernabéu.

Para Fran García fue una noche rocambolesca: pasó de vivir una pesadilla, a ser una pesadilla para la Real. La primera parte resultó un títere en manos de Kubo (reconocido por el propio Ancelotti, que quiso dar al japonés el mérito que le corresponde, tal vez para aliviar el juicio a su pupilo). No pudo frenarlo, no supo cómo. El ritmo vertiginoso del extremo, sumado a una noche de tino como pocas (cuatro ocasiones creadas, cuatro centros, tres regates... y un gol anulado), le hicieron irse al descanso monopolizando las críticas. En las gradas hasta se debatía la posibilidad de sustituirlo. Pero Carletto ni se lo planteó... y el tiempo le acabó dando la razón.

Porque Fran volvió al césped con ganas de reivindicarse y lo hizo a lo grande: dos asistencias y remontada. La primera, un pase raso a la frontal que fusiló Valverde y la segunda, un centro templado al corazón del área, regalito para la cabeza de Joselu. Con ellas, se ha convertido en el máximo asistente del equipo. Puso hasta cinco centros, reluciendo ese don que atesora para llegar a línea de fondo y amenazar. Una y otra vez, infatigable. Un puñal afilado entre Payaso Fofó y Teniente Muñoz Díaz que, poco a poco, va amenazando al son de Psicosis por Chamartín. Un jugador que necesita tiempo, adaptación y un pellizco de madurez (24 años). Pero no calidad. Esa la tiene.

“Increíble” Carvajal

En cuanto a Carvajal, habló Vinicius: “Qué jugador!!!!!!!! INCREÍBLE!!!”. Directo, rendido. El capitán (en ausencia de Nacho y Modric, el brazalete fue suyo), atraviesa uno de los mejores arranques de temporada en mucho tiempo. De hecho, una de las críticas que le ha rodeado durante años era la de ser demasiado diésel: fino a partir de febrero-marzo, pero grisáceo hasta entonces. Este curso ha empezado entonado. Y su actuación frente a la Real Sociedad también le avala: cinco regates, siete recuperaciones, una casi asistencia a Joselu (su chut, mordido, dio en el larguero) y hasta 83 intervenciones (sólo Kroos tocó más el balón). A excepción de 15′ contra el Getafe, lo ha jugado todo. Y pinta que así será por mucho tiempo.

Vinicius... ¿Al derbi?

Es una quimera, aunque fuentes del club no lo descartan. Pero sí otorgan una probabilidad remota. El brasileño evoluciona de manera espectacular de su lesión, confirmando los mejores pronósticos. Y es que con él existía una incertidumbre: al no haber sufrido ninguna dolencia muscular en su carrera, se desconocía la respuesta de su cuerpo. Hay jugadores que sanan con más celeridad y otros, menos. Una cuestión genética que a Vinicius, le sonríe. Va bien, muy bien. Pero todavía continúa en sesiones de gimnasio y rehabilitación, por lo que verle el domingo en el Metropolitano es casi imposible. Donde sí está absolutamente descartado, claro, es frente al Union Berlin (este miércoles, 18:45 horas).

La lógica invita a pensar que Ancelotti tendrá que estar sin el brasileño, mínimo, 10 días más, que podrían ser dos semanas. Porque sólo volverá cuando el riesgo de recaída sea nulo y, para ello, deberá cumplir varias sesiones con el grupo. Los plazos señalan a Montilivi o Nápoles (después hay parón de selecciones y, en teoría, iría con Brasil). Pero para todo este tiempo, el sistema debe seguir siendo el mismo: Rodrygo-Joselu en punta, reforzados por la verticalidad de Carvajal y Fran García, los bajistas rebeldes del concierto ante la Real Sociedad. En ausencia del brasileño, bailaron ellos.