1x1 del Real Madrid contra el Atlético en el derbi: Asencio enamora al Bernabéu
El canterano se doctora contra el Atlético. El mejor junto a Ceballos y Rodrygo. Tchouameni mejora, pero sale en la foto del tanto rojiblanco.
Ying y yang. El Madrid pasó de la siesta a la estampida con un refrigerio que dio alas. Aunque con 45 minutos no fue suficiente. Ya había cometido Tchouameni un penalti y Julián Álvarez pegado un picotazo a lo panenka. Pero la Ancelottina surtió efecto. Rodrygo despertó al Madrid y cocinó el empate de Mbappé. Y, de paso, animó a un Vinicius aún menor pero que se acercó a sí mismo. Lo hizo tarde, pero quizá a tiempo para el Etihad. Kylian, sin ser Django, volvió a enjaular. Y ya son 13 en los últimos 14. Porque San Mamés lo cambió todo. Un empate que no enfurruña ni tampoco desata euforias. Un empate donde Asencio se llevó las loas y la Federación el clamor.
Courtois: El único trabajo que tuvo fue desde los 11 metros y se llevó un picotazo de la Araña a lo panenka. Un espectador más.
Lucas Vázquez (80′): No estuvo excesivamente exigido y en defensa solo dejó un despiste con balón que pudo terminar en incendio. Se rehizo y, a partir de ahí, fue un atacante más. Se lo permitió el Atleti y ahí mostró su mejor versión. En tierra hostil es donde Lucas se encuentra cómodo.
Tchouameni: Solo llegó tarde en una ocasión. Pero en qué ocasión. Con Lino en el área, Aurélien le pisó. Pena máxima para el Atléti y para el francés. Un lunar en un encuentro solvente. Más que sólido en líneas generales. Dejó un par de arrancadas para agilizar la salida y se manejó por encima del 95% de acierto en el pase. La buena nueva de cara al Etihad, comienza a entenderse con Asencio. La mala, volvió a salir en la fotografía del gol contrario...
Asencio: Tablas de veterano. Y eso es mucho cuando hablamos de un chico que hace unos meses batallaba en Primera RFEF. Con balón no arriesga y ello evita fuegos innecesarios. Sin él derrocha físico. Realizó nada más comenzar un par de coberturas excelentes y a la hora de cuerpear, un titán. Y también derrocha personalidad: tras un duelo donde se impuso a Giuliano le mandó levantar y encendió a una grada que tiene conquistada. “Asencio, Asencio”, a coro en varias ocasiones. El líder de la zaga con 21 años.
Fran García: El estar dice mucho. Es la única posición donde hay cierto debate para Ancelotti. Aunque cada vez es menor. La prueba, la titularidad de Fran por delante de Mendy. El español ha pulido sus mecanismos defensivos y está seguro en el duelo. No sufrió en demasía en campo propio, y cuando lo hizo recibió la asistencia de un Asencio muy solvente. En el contrario, sin insistir con el centro, aportó apoyos y profundidad. Muy asentado.
Valverde: Sus pulmones son infinitos. Y cuando el encuentro llegaba a su fin dejó una arrancada de muchos quilates con destino Mbappé. Kylian no enjauló, pero el esfuerzo del Halcón fue encomiable en el 90′. El mejor reflejo del charrúa. Con balón estuvo muy preciso y, como todo el Madrid, creció a medida que el duelo avanzó. Partido de sacrificio... y partido completo. Algo grabado a fuego en el Madrid actual.
Ceballos (80′): Sensacional. Una noche más. Eso sí, un exceso de ímpetu le pudo costar un disgusto con una entrada naranja sobre Barrios. Fue la aguja, porque el pajar fue todo lo demás. Con mucha confianza y con un tono físico estupendo, manejó a un Madrid a contracorriente tras el penalti. Otro encuentro a lo Kroos. Con más de un centenar de pases y casi un 100% de acierto. Y con mucho sacrificio. Temporada de confirmación del utrerano.
Rodrygo: De dulce. Así llegó al derbi y no cambió el paladar. En un Madrid titubeante fue el más participativo. Buscó el desborde y en la segunda parte lo encontró. Caracoleó, se abrió hueco y trazó un pase que no mató Bellingham, pero sí Mbappé. Fue el toque de corneta que necesitó el equipo blanco tras 45 minutos sesteando. Todo comenzó con el Rayo.
Bellingham: Como todo el Madrid, alejado de la acción en el arranque. Sin pisar área es menos Bellingham. Y pareció dejárselo claro Ancelotti en el refrigerio. Porque tras el silbatazo tuvo tres. Y las tuvo por estar y por llegar. En el tanto de Mbappé se estrelló previamente con la pierna de Giménez. Instantes después se topó con el larguero, primero, y con Oblak, a los pocos minutos. Dos testarazos que estuvieron a un palmo de terminar en la red. Aunque fue el fantástico menos luminoso de los cuatro.
Vinicius: Había pasado de puntillas por la primera parte del derbi. Un Vinicius menor. Ya no por el aciertar, sino por el intentar. Apenas un chut lejano fue su salgo. Pero el empate fue la mecha que encendió su regate. A partir de ahí se desató. No tardó en dejar atrás a Llorente y en cocinar una jugada que Bellingham cabeceó al larguero. Ni en desbordar a toda la zaga para llegar hasta la cocina en un par de ocasiones. En la segunda parte, mucho más eléctrico. Mucho más Vinicius.
Mbappé: Hasta Bilbao, 10 goles en 20 partidos. Desde entonces, 13 en 14. No se hable más. Es otro Mbappé. Sin ser un encuentro rimbombante, volvió a poner otra muesca a su revolver. Y apareció en otro gran partido, como ya lo hizo en el Clásico de Yeda. Algo que también era asignatura pendiente. Tiene la confianza por las nubes y buscó las cosquillas a la zaga con potencia. No encontró el premio, pero hace tiempo que es el Mbappé de Florentino.
También jugaron
Modric (80′): Ancelotti buscó el pie de Luka para terminar la remontada.
Camavinga (80′): Volvió a pisar césped y esa es una de las grandes noticias para el Etihad.
Brahim (88′): El quinto magnífico entró sin tiempo para sacar la varita.
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