ATLÉTICO

173 veces Griezmann

El francés alcanza el récord de goles de Luis Aragonés con el Atlético en siete temporadas y media como rojiblanco para hacerse eterno.

Es curioso que ninguno de los dos máximos goleadores de la historia del Atlético sea un delantero puro. Porque no lo era Luis Aragonés, que marcó 173 con la rojiblanca. Ni tampoco lo es el jugador que, cincuenta años después, le ha alcanzado. Antoine Griezmann (Mâcon, Francia, 1991; 32 años) que ayer marcó los dos que le faltaban para igualarle. 171 llevaba antes de que el Atlético-Getafe comenzara a jugarse, 173 eran en el minuto 68 de este partido, al día siguiente de recoger el Premio AS del Deporte 2023. Fue de penalti. Y Morata el primer jugador de los del Cholo que llegó al balón para tendérselo al francés para la historia. Cinco pasos atrás, carrera y de su bota brotó un disparo potente y arriba que Soria rozó pero no impidió que se colara en su red. El Metropolitano estalló celebrando a su mejor futbolista, al mejor del mundo en estos momentos. Un futbolista que se había quedado en 149 cuando en el verano de 2019 hizo la maleta rumbo a Barcelona, en el 5º lugar de la lista de goleadores históricos: por delante de Gárate (136) y por detrás de Campos (153), Escudero (168) y Luis (173). Pero volvió y lo hace para cerrar todas aquellas historias que se quedaron abiertas en su primera vez, en sus cinco años como rojiblanco.

Esa fue la última vez que la afición del Atlético celebró un gol de su estrella. La primera fue unas semanas después de haber llegado al equipo rojiblanco de la Real Sociedad, donde ya era un futbolista importante y decisivo: el 16 de septiembre de 2014 ante el Olympiacos, cuando aún pasaba la mili del Cholo, no terminaba de hacerse con el sitio y la titularidad a pesar de haber sido el fichaje del verano para el club, después haberse ido Diego Costa al Chelsea, después de haber ganado la Liga aquel año con el gol de Godín en el Camp Nou dieciocho después del doblete. Sus 173 goles en 136 partidos (364 en total), con 28 dobletes, tres hat-trick, un póker y 106 partidos con un gol. Luis hizo sus 173 en 370 partidos en diez años (1964-1974).

Cuando el francés regresó al Atlético en el verano de 2021 la adaptación costó. Ganarse el perdón de una grada a la que le había dolido terriblemente su marcha y hacerlo sin palabras, solo con su trabajo en el campo, aplauso a aplauso, perdón a perdón. Una larga lesión tras una entrada por detrás de Carvajal en el derbi de Liga en el Bernabéu le provocó una lesión de la que recayó unas semanas después por la necesidad de Simeone de tenerle siempre en el césped: eran dieciseisavos en la Copa, ante el Rayo Majadahonda, el francés regresó, marcó y recayó. Fueron dos meses fuera y cuando volvió lo hizo con un tapón gigantesco taponando su cabeza y sus botas. Marcaría tan solo ocho goles aquella temporada y entre los pasillos del Metropolitano comenzó a escucharse un runrún. Que el Griezmann que había vuelto de Barcelona ya no era un Griezmann goleador (y con el recuerdo de aquel y como tal se le había fichado).

Si aquella temporada 2021-22 el equipo rojiblanco no se llega a clasificar para la siguiente Champions (le costó, parecía difícil durante algunas jornadas) el francés hubiera regresado a Barcelona. Pero el Atleti lo hizo, clasificarse, Griezmann continuó su cesión que se hizo traspaso cuando comenzó a jugar solo partidos de media hora para evitar pagar su traspaso al Barcelona cuando se cumpliera el cien por cien de minutos de una cláusula que ya estaba al 80%. El Barcelona se lo revendió al Atleti por veinte millones. Los veinte millones mejores pagados del mundo por un futbolista que dos años antes le había vendido al Barcelona por 120.

El mejor promedio en su carrera

Los 16 goles que marcó la temporada pasada ya los ha igualado a mediados de esta. 16 goles con el mejor promedio de su carrera, con 0,7 por partidos. Los años que más cerca estuvo de esa media fueron sus mejores como rojiblanco, la 2015-16 que terminaría con 32 (y seis asistencias) y que terminaría con el Atlético en la final de la Champions en Milán, dirigido por su bota, y la 2017-18, que acabó con 29 (y 13) y a la que siguió el verano en el que su selección se proclamó campeona del mundo, con el francés como pieza fundamental en el trabajo en el campo. “Es una alegría igualar a Luis, pero me quedan muchas cosas por hacer”, reconocía el propio Griezmann ayer, tras el partido, en la sala de prensa. Con la emoción aún en las fibras de su camiseta y temblando en la punta de sus pies. Afuera el público se había ido ya, apenas quedaban unos rezagados con el sabor dulce de su récord en el paladar pero el regusto amargo de que el Getafe hubiera conseguido empatar (y arrebatar a la vez seguir sumando victorias en el récord de ellas seguidas en casa, en 20 se quedó, como estaba) pero ahí seguía en bronce la estatua de Luis, con las luces de la ciudad reflejadas en su rostro. Como si fueran sonrisas.

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