16 años de una foto que no se volverá a repetir
Pep Guardiola fue presentado como entrenador del primer equipo del Barcelona el 17 de junio de 2008. Ese día ya pidió las salidas de Ronaldinho, Deco y Eto’o.
El 17 de junio de 2008, Pep Guardiola fue presentado como entrenador del primer equipo del Barcelona, al que llegó después de triunfar en el filial azulgrana logrando el ascenso. Esa era toda su experiencia en los banquillos, pero Joan Laporta, aconsejado por el directivo Evarist Murta y con el beneplácito de Johan Cruyff y Txiki Begiristain, secretario técnico azulgrana por aquel entonces, confiaron en él pese a que buena parte de la directiva hubiera optado por José Mourinho para reemplazar a Frank Rijkaard, muy quemado después de no poder frenar que el equipo cayera en la autocomplacencia.
Con 37 años, firmó un contrato por dos temporadas y ya el día de su presentación dejó muy claro que llegaba con las ideas muy claras y con un gran conocimiento de la plantilla. No tuvo reparos en soltar que no contaba con Ronaldinho, Deco, hoy el director deportivo, y Eto’o, que finalmente acabaría quedándose y rindiendo a un altísimo nivel bajo las órdenes de Guardiola. No hubo perdón para los dos primeros, señalados como los grandes responsables del declive de aquel equipo.
En aquel primer día, Guardiola prometió que el equipo correría y que trabajaría mucho. “No les perdonaré que no corran”, afirmó. Y dejó muy claro que el colectivo estaría por encima de cualquier individualidad. “Abrochaos los cinturones, que lo pasaremos bien”, vaticinó. “Reúne todas las condiciones para ser el mejor entrenador de la historia del Barça. Tiene suficientes conocimientos no sólo de fútbol sino también sobre el club. El Barça pertenece al mundo de los sueños y que Guardiola sea entrenador del Barcelona es una historia muy bonita”, añadió Joan Laporta.
Y Pep cumplió su palabra. Con el Barcelona logró ganar 14 títulos de 19 posibles en sus cuatro temporadas en el banquillo del primer equipo y maravilló al mundo entero con su fútbol. Después de esos años, acabó vaciándose y dejando el club por sus diferencias con la junta directiva presidida por Sandro Rosell. Después de un año sabático en Nueva York, siguió triunfando en el Bayern de Múnich y ahora en el Manchester City.
El barcelonismo todavía sigue soñando con su regreso pero la semana pasada, Pep Guardiola lo descartó por completo. “Las puertas están cerradas”, afirmó con rotundidad. El entrenador de Santpedor siempre había dicho que si algún día el Barça lo necesitaba volvería pero seguramente se lo ha pensado mejor al ver como su hipotético regreso volvería a ser un foco de debate en el entorno. Además, desde la distancia, sigue comprobando como el banquillo azulgrana es lo más parecido a una silla eléctrica donde casi todo el mundo acaba quemándose.
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