La Araña que pudo ser del Madrid, hizo 6 goles y ahora encandila a Pep
Julián Álvarez aspira a ser la revelación de Argentina en el Mundial. El talento del City nació en un pueblo de 2.500 habitantes, probó en La Fábrica blanca y ‘ve’ el futuro.
No se sabe si es que vislumbra el futuro, lo moldea o es que tiene la capacidad, como el Doctor Extraño, de saltar entre diferentes universos y eso le da ventaja. Aunque, sin salirnos de Marvel, lo de Julián Álvarez es más de Spiderman. El joven delantero argentino (22 años) es conocido en su país como La Araña y aparece en Qatar listo para ser la revelación de la Albiceleste a poco que Scaloni le deje el asiento delantero de la Scaloneta. Un talento que ahora disfruta Pep Guardiola pero que bien pudo hacerlo, en otro plano de la realidad, Carlo Ancelotti. De niño probó en Valdebebas y el Madrid quiso quedárselo, pero el nene tenía morriña. Hay que entenderle, venía de los potreros de Calchín, un pequeño pueblito de 2.500 habitantes de la provincia argentina de Córdoba.
Su breve paso por el Real Madrid dio pie, eso sí, a su primer ‘vaticinio’. En esa visita en la que jugó un torneo como el Infantil madridista (en cinco partidos -uno de ellos un mini Clásico- metió dos goles y dio el pase del tanto del triunfo en la final contra el Betis) pudo conocer el Santiago Bernabéu. Siete años después, en 2018, ganó en el mismo escenario la Libertadores vistiendo el 9 de River Plate. Sólo llevaba cinco partidos con el plantel profesional del equipo Millonario. Su festejo en Concha Espina se veía venir: se sacó una máscara de Spiderman...
Una vez podría ser coincidencia pero... ¿dos? Porque volvió a repetir la maniobra. En 2011 Julián acudió al hotel de concentración de Argentina con sus dos hermanos mayores y con un único fin: intentar hacerse una foto con Leo Messi. La lograron. Pocos años después, el delantero del City fue sparring de la Albiceleste de Messi para Rusia 2018 (viajó con la selección juvenil para ayudar a los mayores) y ahora, en el siguiente Mundial, comparte vestuario y puede que delantera con su ídolo de siempre. Como lo la de Libertadores, otra profecía autocumplida.
La fiebre goleadora de La Araña (”El apodo se lo pusieron de chiquito porque decían que costaba tanto quitarle la pelota que era como si tuviera muchas patas”, explicó su padre cuando el chico llegó al Etihad) empezó de crío y tocó techo una noche de mayo de este año. En un destrozo de River Plate a Alianza de Lima (8-1) Julián le hizo seis goles a los peruanos. Un doble hat-trick que, como el propio atacante razonó, conllevaba dos balones de recuerdo. Sólo le dieron uno. Tuvo que ir a reclamar el faltante. “Nunca se sabe si volverás a meter tantos goles en tu vida”, fue su argumento. Hoy ambos esféricos lucen en el salón de los Álvarez en Calchín. Su padre, Gustavo, trabaja en una fábrica de cereales y su mamá, Mariana, es maestra de escuela.
En el City de Pep ha caído como anillo al dedo. Ni la voracidad casi sobrehumana de Erling Haaland le resta espacio. En esta su primera temporada como citizen va por siete goles (dos de ellos, ojo, en Champions) en 890 minutos. En Mánchester hace piña con el sector español (Rodri, Laporte y Sergio Gómez), tiene a Guardiola emocionado y cumple, también ahí, otra de esas situaciones extrañas en su vida. En una entrevista hace dos años en Radio La Red desveló que en la Playstation sólo jugaba con dos equipos... y uno era el Manchester City.