El ‘feo’ que catapultó a Polonia

Polonia está en los octavos de final del Mundial por primera vez desde 1986. Un éxito tremendo que tiene a su seleccionador, Czesław Michniewicz, como gran protagonista. En apenas unos meses ha sido capaz de levantar el ánimo de un país y de una selección que estaban completamente desnortados tras la fuga del anterior técnico, Paulo Sousa, de manera sorprendente y sin casi tiempo para reaccionar. Un caso parecido al de Lopetegui con España antes de 2018, aunque con más tiempo antes del Mundial y con menos deseo de dirigir en el Mundial como sí tuvo Julen antes de ser despedido por la FEF.

A escasas semanas del playoff mundialista, el portugués decidió romper su contrato con la federación y marcharse al Flamengo, del que fue despedido poco después. La oferta económica era tan buena como para dejar tirado el proyecto polaco. Quedaban dos partidos para Qatar. La federación se tomó la decisión del técnico como una afrenta absoluta. Casi sin tiempo, reaccionó poniendo en el cargo a un entrenador conocedor del fútbol polaco y cuya última aventura había sido con el Legia de Varsovia. Su nombre, Czesław Michniewicz.

Con él en el cargo, Polonia ha hecho historia. Se clasificó brillantemente para Qatar dejando fuera a Suecia (se aprovechó en la ronda anterior de la descalificación de Rusia) y en la fase de grupos del Mundial logró el billete como segunda de grupo por detrás únicamente de Argentina y por delante de México y de Arabia Saudí. Un billete para octavos que no conseguían los polacos desde 1986. Toda una gesta que tiene a su seleccionador como principal protagonista y a Paulo Sousa como implicado indirecto. Su desaire a Polonia acabó catapultando al equipo.