QATAR 2022 | FRANCIA

El éxtasis de los Thuram

Nunca en la historia de los Mundiales un padre y un hijo han conseguido ganarlo. Marcus Thuram puede ser el primero este domingo con Francia.

Doha (Qatar)
FRANCK FIFEAFP

El domingo ante Argentina, en el Luisal Stadium, en Doha, Marcus Thuram puede convertirse en el primer hijo de un campeón del mundo que gana un Mundial. El extremo, de 25 años, fue fundamental en las semifinales contra Marruecos para que su selección, Francia, saliera del atolladero en el que le había sumergido la selección africana. En otra semifinal, la de 1998, su padre Lilian se había convertido en el héroe de la selección francesa al marcar dos goles contra Croacia y llevar a los galos a su primer final de un Mundial.

La Copa del Mundo, que traspasa fronteras y es el epicentro de las historias inolvidables, ha tenido a varios padres e hijos disputando el torneo. En Francia, hay dos casos marcados. El primero es el de Patrice Rio, que disputó el Mundial de 1978 con Francia y su padre, Roger, había estado presente en 1934 cuando se disputó en Italia. También están los precedentes de Thiago Alcántara y Mazinho, Cesare y Paolo Maldini con Italia, Schmeichel con Dinamarca (Kasper y Peter) o Pablo y Diego Forlán con Uruguay. Ninguno pudo emular a sus progenitores y por ello lo de Thuram cobra más importancia.

En 2018, el jugador del Gladbach se encontraba en el modesto Guingamp. Su padre, Lilian, pieza fundamental para Francia en 1998, antes de barrer a Brasil por 3-0 en la final, fue compañero de Deschamps, seleccionador francés. El técnico conoce a Marcus desde su infancia y la relación entre ambos es cordial. Marcus no fue convocado en primera instancia para ir al Mundial, pero tres días después del anuncio de la lista, fue llamado a filas ante las dudas sobre el estado físico de Benzema.

Aunque no gane la final, si el delantero tiene minutos ante Argentina, se convertirá en el primer hijo que, como su padre, tiene minutos en una final de la Copa del Mundo. Contra Marruecos, su entrada le permitió a Mbappé jugar más liberado en ataque y también ayudó a Théo Hernández en tareas defensivas. Esa explosividad, ese cambio de ritmo que supone un dolor de muelas para los rivales y su capacidad para desbordar, hacen de Marcus Thuram un jugador muy aprovechable en la que es, todavía, la campeona del mundo.

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