Mayoral reina en un enredo de expulsiones

La primera parte fue sosa, la segunda empezó eléctrica y el partido acabó envuelto en expulsiones innecesarias. El Getafe se acerca a los puestos europeos y el Valencia se estanca en mitad de la tabla.

La primera noticia estuvo en las alineaciones: la titularidad de Jordi Martín en el Getafe. Aunque le llamen Jordi, su nombre es Jorge Martín Camuñas, nació en Madrid hace 22 años y se formó en la cantera del Real Madrid, de donde llegó esta temporada al filial del Getafe. Siempre fue extremo izquierdo, pero Bordalás le utiliza de interior y de lateral, aprovechando su proyección en ataque. El entrenador le ha hecho jugar en los dos partidos de Copa, anotando un gol ante el Tardienta, pero hoy por primera vez jugaba en Liga. Fue debut en Primera. Baraja mantuvo a los mismos once que cayeron en Montilivi la jornada pasada, y que llegaban descansados porque ninguno fue utilizado en la Copa.

Las mejores noticias del Valencia también procedían de su juventud. Al joven Yarek Gasiorowski (18 años) le tocó la prueba más dura, marcar al habilidoso Greenwood. Supo mantenerle a raya. De padre polaco y madre española, Yarek es un joven a vigilar con interés a quien el año pasado el periódico inglés The Guardian eligió como uno de los mejores jugadores nacidos en 2005. Yarek es español. De Poliñá de Júcar.

El partido se presentaba equilibrado, lo fue en exceso. Empatados a 19 puntos y compartiendo vagón en mitad de la clasificación, el Getafe no había perdido en casa y el Valencia sólo había logrado un triunfo fuera. Que al descanso sólo se hubiera registrado un solo disparo entre los tres palos dejaba muy claro lo insulsa que resultó la primera parte. El osado fue Mayoral, ya en el descuento (46′).

Sólo un psicólogo puede descifrar qué le pasó por la cabeza a Paulista para que viese dos tarjetas en cinco minutos y fuese prematuramente expulsado. Con toda la segunda parte con uno menos, al Valencia le tocaba remar río arriba. El Getafe olió sangre y se lanzó. Greenwood era el arma para entrar en la nutrida defensa de un Valencia que se acunaba en el área. Una ocasión de Greenwood, seguido de un cabezazo de Latasa, un remate lejano de Milla, un mano a mano de Jordi Martín... Todas esas acciones tuvieron un denominador común: las desbarató Mamardashvili.

Al asedio le faltó continuidad. El Valencia supo enfriar el partido y Bordalás movió el banquillo. Cuando parecía que Mamardashvili sólo sería abatido con un bazoca, el Getafe obtuvo la recompensa buscada en un centro de Iglesias con perfecto cabezazo de Mayoral.

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