Mata arrima el hombro

Jaime Mata, a quien Bordalás recuperó para la causa azulona cuando tanto el jugador como el club tenían claro que lo mejor al término de la pasada temporada era una salida digna, decidió un partido tan precioso como loco. Porque los 90 minutos fueron una preciosa locura. El Getafe ganó 2-0 la primera parte y el Celta ganaba la segunda por otro tanto hasta que Mata apareció para marcar en el minuto 88′ con un remate de clavícula. El delantero quiso rematar de cabeza, pero acabó haciéndolo con la parte superior del hombro, dibujando el balón una parábola que superó a un sorprendido Guaita.

Al Getafe se le estaba yendo el partido. Comenzó a hacerlo en el preciso momento en el que Aspas entró en el campo. El 2-0 obligó a reaccionar a Benítez, que a las primeras de cambio echó mano del mejor recurso que tiene este Celta: la calidad de Iago Aspas.

Benítez sacó a Aspas y Aspas mejoró al Celta. El gol de Larsen es una jugada coral en la que Aspas interviene dos veces, la segunda de manera providencial con un pase filtrado a Manquillo, quien asistió al delantero noruego.

A Aspas se sumó Beltrán en el buen hacer y ambos volcaron el partido. El Celta se hizo el dueño del tramo final. Pudo empatar el Celta en el 84′ con un remate de Sotelo, pero Soria hizo la parada más meritoria del parada de mérito de Soria. Lo consiguió en el 85′, con gol de Allende a pase de Aspas, ¡cómo no!

Todo este final nada tuvo que ver con la primera parte, en la que el Getafe fue muy superior, marcando dos goles. Las dos primeras ocasiones claras de gol del partido habían sido del Celta (Ristic, de falta, y Unai Núñez, de cabeza). Los dos primeros goles fueron del Getafe. Tanto Mayoral como Mata remataron casi sobre la línea de gol jugadas de sus compañeros. Nada de aquel inicio hacía prevenir el maravilloso final.