“Un ascenso es lo más grande para una ciudad y una afición”

Llegan al Rico Pérez de forma escalonada. Pisan el césped del estadio, miran la Tribuna, la Grada del Mundial... Hay silencio. Todo lo contrario a lo que se vivirá este domingo a las 12:00 ante el Lleida Esportiu. Noventa minutos separan al Hércules del ascenso a Primera RFEF. Después de 14 años sin celebrar un éxito de esta magnitud, la ciudad está paralizada. Hay hambre de fútbol, de revivir otra vez todas aquellas gestas que protagonizó un club centenario y que terminaron varias de ellas en Luceros.

Para muchos herculanos, la cita del domingo será la más importante de sus vidas, sobre todo para las nuevas generaciones que se han asomado al Rico Pérez en las últimas temporadas. Torrecilla y los suyos han desatado la ‘Herculesmanía’ otra vez, prueba de ello es que el estadio, con capacidad para 27.500 espectadores, se llenó en menos de 48 horas.

Antes de una cita importante, AS quiso juntar en el Rico Pérez a siete generaciones de exjugadores que estuvieron presentes en los últimos siete ascensos. De Manuel Rosas a Javier Portillo. “Es la hora de despertar a Luceros. Alicante necesita otra alegría”, recordaron los exfutbolistas que salieron en volandas en su día y disfrutaron de un premio como el que persigue el Hércules este domingo ante el Lleida.

El más veterano es Manuel Rosas. El portero ascendió en la temporada 65-66 a Primera División. Con Belló en el banquillo, el alicantino, ya con 81 años, recuerda de forma muy nítida casi todos sus partidos vestido de blanquiazul. La alfombra del Rico Pérez es lo que más le llama la atención antes de llegar acompañado al estadio por su nieta. “Yo tenía que tirarme en cada campo...”, bromea antes de ponerse serio y cerrar los ojos para ver si este año llega lo que esperan todos los herculanos. “Un ascenso es lo más grande para una ciudad y para una afición que se lo merece. Vamos a olvidar el pasado y que el domingo podamos decir que ya estamos en una categoría superior. Esta ciudad con poco tiene bastante”, afirma Rosas, quien presume de tener otro ascenso en la 69-70 a Segunda.

Siete años después, llegó otro ascenso a Primera. En la temporada 73-74, el Hércules regresó a la máxima categoría y puso la semilla del mejor equipo de todos los tiempos, el que terminó quinto con Arsenio Iglesias en el banquillo. “Se me eriza todo el cuerpo cuando recuerdo mi ascenso y lo que supuso luego. Es una ilusión enorme subir de categoría. Hay que salir de esta división como sea. Cuando te haces mayor te das cuenta de lo difícil que es y lo valoras más”, asegura Pepe Varela.

El Rico Pérez, que este mes de agosto cumplirá 50 años, está viviendo expectante para ver si este domingo puede celebrar el tercer ascenso de su historia. Hasta la fecha, el coliseo blanquiazul sólo ha podido celebrar dos premios ante su gente. El primero fue en la temporada 83-84, con aquel partido ante el Castellón en la mente de todos. “Los ascensos, sea a la categoría que sea, son siempre importantes. El Hércules lleva años con la necesidad de subir una categoría y este año está todo enfocado para que sea así. Esperamos que la gente y los jugadores puedan disfrutarlo como lo hicimos nosotros. Seguro que el Rico Pérez lleno motiva aún más a los jugadores”, asegura Teo Rastrojo.

Otro ascenso que despertó al herculanismo fue el que logró el equipo en la temporada 92-93. Aquel grupo, entrenado por Quique Hernández, dejó atrás el pozo de la Segunda B tras una brillante promoción que acabó con un triunfo épico en Las Palmas. “Ojalá suba este Hércules porque supondrá la primera gran alegría para esa gente joven que todavía no ha vivido un ascenso. También la gente mayor necesita recordar un premio así. Yo recuerdo que cuando llegué a Alicante y pasé por Luceros por primera vez me dijeron que en esa fuente se celebraban los ascensos. Y desde entonces, cada vez que pasaba por allí, pensaba que me tenía que bañar. Al final, es una experiencia que muy pocos pueden contar, casi exclusiva. De ahí, la felicidad y lo que cuesta estar en Luceros”, rememora Dani Barroso, artífice del ascenso como jugador en la temporada 92-93.

El vasco, actualmente delegado del primer equipo y responsable del fútbol base, persigue su segundo ascenso con el Hércules. Y lo hace después de tropezar dos veces con el Cádiz cuando era director deportivo: “El fútbol me debe una y me la va a devolver este domingo. Todavía me persiguen los fantasmas del Cádiz y es el momento de espantarlos”.

Pero si hay un ascenso que marcó a una generación fue el de la temporada 95-96, el de los Rodríguez, Alfaro, Paquito, Sigüenza y compañía. Con Manolo Jiménez en el banquillo, el Hércules regresó a Primera como campeón. “Este Hércules se merece subir. Para mí, la clave del éxito es la columna vertebral que se ha formado entre directivos, técnicos y jugadores, con Parodi, Peña, Torrecilla y Carlos Abad como protagonistas. Ojalá el Hércules pueda estar en Luceros este domingo. Se lo merece la ciudad y su afición. Todavía me sorprende cómo la gente se vuelca con este club, esté en la categoría que esté”, dice Paquito. El exmediocentro tiene dos ascensos como jugador (92-93 y 95-96) y otros dos en la dirección deportiva (2004-05 y 2009-10) del club.

Casi 20 años han pasado desde la última vez que el Rico Pérez se vistió de gala para culminar un ascenso. Fue en la temporada 2004-05 cuando el Hércules dejó las catacumbas del fútbol español y regresó a Segunda tras derrotar en la final del playoff al Alcalá. “Para mí fue una pasada vivir aquel ascenso. Lo hice como canterano, a pie de campo. Llegué a ir convocado en algunos partidos con Mandiá, aunque no debuté. Vivir aquello en primera persona fue inolvidable”, afirma Samuel Llorca. El fútbol, como a Barroso, también le debe una, la de la Ponferradina. “Pienso en aquella época y en los días previos y se me ponen los pelos de punta todavía. Para un herculano y un alicantino ese partido ante la Ponferradina o el del domingo ante el Lleida suponen una emoción muy grande. Esperemos que se consiga porque la ciudad lo necesita”, asegura Samuel.

El último que estuvo en Luceros fue Javier Portillo, con el Hércules en la temporada 2009-10. El madrileño fue clave en un ascenso que llegó en Irún, pero que se celebró en Alicante por todo lo alto porque suponía regresar a la máxima categoría. Portillo fue decisivo con aquel doblete al Rayo. “Va a ser un partido competido por ambos equipos, pero yo veo al Hércules favorito porque lo tiene todo de cara. Jugamos en casa y el equipo tiene que dar ese paso al frente. Desde el primer momento, siempre he dicho que este Hércules me recuerda al de Planagumà. Ahora veo que la ciudad ha vuelto a ilusionarse y a contagiarse”, afirma el exjugador y exdirector deportivo blanquiazul.

“Todos los herculanos necesitamos una alegría. El Hércules ha sido el más estable este año y merece celebrar ese premio. Toca despertar a Luceros porque es una fuente muy bonita que hay que visitar de forma más frecuente”, sentencia Portillo, quien espera que el Hércules de Torrecilla, casi 14 años después, le quite el honor de ser el último en pisar Luceros.

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