Una bacteria retira al prometedor Marc Cucalón tras 796 días de lucha
El ataque de una bacteria a la rodilla del canterano blanco tras una operación de cruzado le obliga a colgar las botas. “No sabía cómo empezar esta carta...”, arranca Marc su despedida.
Una noticia durísima, como lo ha sido para Marc Cucalón escribir sus últimas palabras como futbolista. A los 19 años, el talentoso centrocampista, cuelga las botas. Una bacteria que atacó el cartílago de su rodilla derecha tras operarse de una rotura de cruzado le ha obligado. Una entrada rival de un partido en Glasgow, donde el 0-6 es más anécdota que nunca, fue el inicio de un calvario que ha terminado en pesadilla. Era el 6 de septiembre de 2022. 796 días después, ha publicado su adiós. “No sabía cómo empezar esta carta”, arranca un Marc que quiere mirar al futuro con la misma alegría con la que trataba al balón: “No me malinterpretéis, esto no es para nada una despedida triste. Después de todo, he sido un auténtico privilegiado”. Una entereza de matrícula de honor, como lo era un fútbol que le llevó a ser una de las mayores joyas de La Fábrica.
Marc lo ha intentado hasta el final, pero ha terminado escuchando los inputs que le invitaban a parar. Lo ha hecho con dolor y optimismo, con la misma actitud que ha afrontado estos dos años. Era capitán general del juvenil de Arbeloa rumbo a ganarlo casi todo (Liga, Copa y Copa de Campeones). Entre los Nico Paz, Gonzalo, Manuel Ángel y compañía, el brazalete era de Marc. Por galones y por potencial. Un metrónomo en la sala de máquinas, con un trato de balón estupendo que le llevó a recibir comparaciones con Xabi Alonso a la hora de trazar una radiografía rápida.
“Me cuesta no pensar en el enorme jugador que ibas a ser”
Las muestras de cariño no han tardado en agolparse. Tanto en su tablón como en publicaciones personales. Una de las más sentidas, las de su míster. “No sabes cuántas veces me viene a la cabeza aquel partido. Me cuesta no pensar en el enorme jugador que ibas (ya lo eras) a ser, pero hay que mirar siempre hacia adelante. Lo saber mejor que nadie. Te mereces todo lo mejor, Marc. Estaremos siempre aquí para lo que necesites”, ha expresado de manera sentida Arbeloa, con un lazo especial con el alfajarinense. Amén del técnico, incontables mensajes: Juli Carmona, el segundo de Arbeloa, Gonzalo, Asencio, Nico Paz, Jacobo Ramón, César Palacios, Álvaro Rodríguez, Mario Martín, Antonio Blanco... Un larguísimo etcétera con un claro foco en la calidad humana de Marc.
Tras aquel momento fatídico comenzaron las muestras de apoyo. “Fue un palo durísimo. Noté un ‘clac’ y ya pensé que podía ser algo grave. Cuando peor estaba, ingresado en el hospital, el míster vino a verme y me dio la fuerza necesaria para seguir adelante. Le estaré toda la vida agradecido”, desgranó en un documental publicado por el Madrid. Kroos le obsequió con su camiseta en el viaje de vuelta de Glasgow, una instantánea que Marc ha recogido en su publicación. Así como otras de entrenamientos con el primer equipo, con Luka Modric, saludando a Florentino Pérez, a Raúl y recuerdos de sus pasos iniciales en la cantera de un Zaragoza que abandonó en 2016 para poner rumbo a Valdebebas. Ahí aterrizó en el Madrid, un club que ha apoyado en todo momento al futbolista y que lo seguirá haciendo de ahora en adelante, cuando el aragonés dedica sus próximos pasos.
Despedida
“No sabía cómo empezar esta carta. Así que lo haré dando las gracias a todos. De corazón. Por todo el apoyo que me habéis brindado durante todo este tiempo. Llegué a la cantera del Real Madrid en verano de 2016 siendo un niño con la mochila cargada de sueños y he sido, muy, muy feliz. Y la verdad que mi vida cambió por completo aquel 6 de septiembre de 2022, cuando me lesioné de gravedad en un partido de la Youth League.
Tras varias complicaciones, esa lesión me ha obligado a tomar la dura decisión de decir adiós al fútbol, al menos de la manera en la que siempre lo había soñado. Durante estos dos últimos años he luchado física y mentalmente con todas mis fuerzas y he intentado todo lo que estaba en mis manos para volver a disfrutar de este deporte, pero no ha sido posible recuperarme. Aunque no me malinterpretéis: esto para nada es una despedida triste.
Después de todo, pienso que he sido un auténtico privilegiado por haber formado parte del mejor club del mundo y haber vivido un sueño. He aprendido y he madurado como persona y como jugador. Me llevo para el resto de mi vida los valores que me han inculcado y, por supuesto, el fútbol me ha enseñado en cada triunfo y en cada derrota: siempre hay que sobreponerse y seguir luchando para superar obstáculos. Esas lecciones van a formar parte de mi vida para siempre.
Es el momento de echar la vista atrás y ser agradecido con todas las personas que han estado a mi lado en este recorrido. Gracias infinitas a mi familia. Gracias a mis padres, que siempre me han apoyado en cada decisión y en cada piedra en el camino. Es cierto que irme de casa para cumplir mi sueño fue difícil. Pero ver sus caras de felicidad cuando me veían disfrutar sobre el terreno de juego se convirtió en mi mayor orgullo. Gracias también a mis amigos, los incondicionales que nunca me han fallado”.
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