FEDERACIÓN

Rubiales se refugia en una Motril dividida

El ya expresidente no apareció por el estadio ni el pabellón donde tenía pensado jugar. División de opiniones entre sus conciudadanos.

Juan Carlos HidalgoEFE

Los focos este sábado estaban en Motril. Luis Rubiales anunció que estaría en su pueblo para “desconectar unos días con la familia” e incluso desveló que jugaría un partidillo con sus amigos, que cambió de escenario y hora poco después. Porque los tres clubes de la ciudad: Motril, Costa Tropical y Puerta de Motril decidieron involucrarse y organizar un encuentro bautizado como “Amigos de Rubiales” en favor de ya expresidente. Todo se precipitó por la mañana, después de que la plataforma feminista de Granada convocase una manifestación a las puertas del estadio contra Rubiales. El Ayuntamiento con la alcaldesa Luisa García Chamorro a la cabeza prohibió la disputa del duelo que organizaban los clubes de la ciudad por “posibles altercados públicos”. La pachanga que se iba a jugar en el Estadio Municipal Escribano Castillo no se jugaría y la manifestación convocada por la plataforma feminista se suspendió.

Rubiales era el tema más comentado en la ciudad granadina. En lo bares y las calles todos opinaban sobre su conciudadano. “¡Lo estáis matando! ¡Lo juzgáis sin pruebas!”, espetaba un motrileño a la prensa que se congregó a las puertas del estadio. Sin embargo, no pasó nada. Ni Rubiales apareció ni hubo partido ni siquiera nos dejaron ver las instalaciones donde se iba a disputar el partido. Muy cerca estaba el pabellón municipal donde Rubiales tenía pensado jugar la pachanga con sus amigos antes de la convocatoria de los clubes motrileños. Allí, el equipo de fútbol sala de la ciudad jugaba como cada sábado ajeno al revuelo que había fuera. Cámaras, fotógrafos y periodistas esperaban la aparición de Rubiales. Mientras, curiosos se acercaban a hablar sobre su conciudadano. “Era un niño apasionado por el fútbol, siempre estaba con el balón. Lo conocí desde muy pequeño”, nos contó Jesús junto a su nieto ataviado con la camiseta del Granada. “No sé qué ha pasado, pero está siendo una cacería. No lo habrá hecho bien, pero esto…”, decía. Muchos defensores de Luis, otros no tanto. “Tiene que irse, lo que ha hecho no se puede consentir”, decía otra motrileña junto a sus amigas que afirmaban con la cabeza. “Está muy mal, menos mal que ya le han echado, aunque sea de aquí, no está bien”, razonaba otra. Una ciudad que vive en duelo desde el asesinato de Encarna a manos de su marido y está muy sensibilizada estos días con la violencia de género. De hecho, en el Ayuntamiento una pancarta se posiciona contra la violencia de género.

No hubo manifestación, pero sí un reducido grupo de la plataforma feminista que se personó en la puerta del estadio “por si aparece”. Dos de Almuñecar y varias de Granada capital que se habían desplazado hasta allí. “No pueden pasar estas cosas, tenemos que hacernos oír”, nos explicaron. En la otra parte de la ciudad, en el otro pabellón municipal, además, se jugó un partido de mujeres como protesta contra su conciudadano. Otra forma de hacerse ver y oír.

Motril está dividida entre los que le defienden y los que no. Aunque nadie sabe donde está ‘Luisito’ ahora mismo...

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