DEPORTIVO

Rosende se despide agradecido tras dos años de luces y sombras

El coruñés deja la secretaría técnica del Deportivo después de “morir otra vez en la orilla”. La apuesta extendida por Óscar Cano acabó siendo su gran lunar esta temporada.

Jesus Sancho (Sanchofoto)DiarioAS

Con el enésimo batacazo del Deportivo en su historia reciente se pone fin también a la etapa de Carlos Rosende al frente de la secretaría técnica del club blanquiazul. Apenas 24 horas después de la derrota en Castellón, se anunciaba de forma oficial su salida y la de Juan Giménez, dando paso a una sentida despedida en la que el coruñés se mostraba agradecido por “la oportunidad de construir este proyecto en mi casa. Empezando desde abajo, hasta estos dos últimos años en los que he tenido el privilegio de formar parte activa de la historia del Deportivo”.

Porque en estos tiempos que en A Coruña se reclama cantera a los cuatro vientos, a Rosende a menudo se le miró por encima del hombro a pesar de ser de la casa. Sus pecados, ser joven y carecer de experiencia en el primer equipo. Su oportunidad le llegó después de varias temporadas formando parte del club blanquiazul en el departamento de captación para unas categorías inferiores hoy elogiadas por propios y foráneos.

Revolución y cambio de modelo

El cambio en la parcela deportiva llega después de otro año en el que el Depor ha fracasado en su intento de ascenso. “Morir otra vez en la orilla no es fácil”, apunta Rosende, “pero nos queda el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí”. Un camino iniciado con una herencia de contratos faraónicos por los que el club tuvo que recurrir a un ERE en el verano de 2021. Ahí estuvo la primera gran revolución, confeccionar una plantilla “ajustada a la realidad actual del club”.

Se cambió el modelo pasando de apostar por jugadores con la etiqueta ‘de otra categoría’ en su cuesta abajo, a futbolistas con recorrido y éxitos recientes en el fútbol de bronce, con la pega de dos plantillas excesivamente largas que limitaron el rol de los canteranos. Después de la crisis con Rubén de la Barrera, Borja Jiménez fue el elegido para el banquillo y llegaron jugadores que marcaron la diferencia como Quiles, Juergen o Mario Soriano, aunque también hubo decepciones de otros llamados a tirar del carro como Menudo, Doncel o, esta temporada, Ibai Gómez y Gorka Santamaría.

Enero y Cano, sus grandes lunares

Dos ascensos frustrados marcarán el trabajo de un Carlos Rosende al que se le achacan varios lunares fundamentales. La configuración del lateral izquierdo esta temporada ha resultado deficiente, aunque maquillada en invierno con la llegada de Lebedenko. Paradógicamente, el ucraniano ha sido la única luz en los dos mercados de enero en los que aparecen los fiascos de Álvaro Rey, Saverio o Arturo.

Aunque si algo ha dilapidado el crédito del secretario técnico herculino a ojos del deportivismo ha sido su apuesta ciega por Óscar Cano. En su intención de cambiar la dinámica de trituradora de entrenadores en la que se ha convertido el Deportivo, Rosende aguantó firme la pasada temporada con Borja Jiménez cuando parte de la grada pedía su cabeza y quiso hacer lo mismo con Cano hasta que la situación fue insostenible... tanto para el técnico como para él mismo.

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