Quiles reina en la locura de Riazor

Cada partido es una historia y el Deportivo-Fuenlabrada fue una locura que pocos imaginaban. Un gol le habían marcado a los coruñeses en sus últimos ocho partidos en casa, dos le hicieron los madrileños en media hora y uno de ellos, el de Ibán Salvador, de videoteca. A cada golpe respondió el Depor, que era mejor pero no tan efectivo. Primero Quiles, luego Soriano para dibujar un primer tiempo frenético. El segundo acto fue de más control y pausado hasta que Quiles, que ya le había hecho un hat-trick al Fuenlabrada en la ida, puso el 3-2 y el partido cuesta abajo. Lucas Pérez, que sumaba dos asistencias, puso el epílogo en el tramo final con una sensacional falta para seguir manteniendo a Riazor como un fortín inexpugnable. Victoria de oro para mantener al Depor en la pelea por el ascenso directo. Paso atrás para los de Alfredo en la lucha por salvarse a pesar de su efectividad. El partido paralelo estuvo en las gradas, con mascarillas en parte de la afición local como protesta a todo lo que sucedido con el ‘Caso Fuenlabrada’ en 2020. Más agradable fue la entrega de la Copa de España de 1912, todo un descubrimiento para elevar a siete el número de títulos blanquiazules.

Tanto Cano como Alfredo apostaron por el once esperado, con un pequeño matiz en cada bando. En el local, la entrada de un Raúl Carnero que no jugaba desde el 8 de enero por Lebedenko. En el visitante, sorpresa con la suplencia por lesión del pichichi Diego García y la titularidad de Vilán. El primer factor en entrar en juego fue Ibán Salvador. Primero, conquistando dos amarillas en un cuarto de hora (Lucas Pérez y Villares) con su juego marrullero y desquiciante. Luego, sacando su otra arma: la calidad. Pérdida de Rubén Díez en la salida con Mackay adelantado y disparo de maestro desde el centro del campo del guineano para clavar todo un golazo a los 19 minutos. La obra de arte de Ibán Salvador fue un duro castigo para un Deportivo que había salido con su cara de Riazor. Dominador del juego, rápido en la recuperación y con tres llegadas muy peligrosas de Soriano, Antoñito y Lucas Pérez, pero sin premio.

Sin perder la calma por el 0-1, los blanquiazules siguieron insistiendo con ocasiones todavía más claras, y ese fue el momento de Craninx, que las paró de todos los colores hasta que Quiles, a centro de Lucas Pérez, cabeceó el empate en el 32′. Un minuto duró la alegría local, porque eso fue lo que tardó Jara en poner el 1-2 al aprovechar una jugada descontrolada en defensa de los coruñeses. La locura no cesó y Soriano, en el 36′, marcó otro buen gol en un disparo raso desde la frontal para volver a empatar el duelo. Tres minutos de locura en un primer tiempo de superioridad del Depor, tanta como la pegada que exhibió el Fuenlabrada.

El paso por el vestuario dibujó un reseteo de partido mucho más tranquilo. Dominio del Deportivo, pero sin acosar en tromba ante un Fuenlabrada más cerrado y entregado a la contra. Esa tranquilidad no convencía a Cano, que sacó a Svensson en busca de subir las revoluciones, la presencia en área rival y avivar un partido que se movía más en el plan de los fuenlabreños. La tranquilidad se rompió en el minuto 73, cuando de nuevo Lucas Pérez puso un gran centro que hizo todavía mejor Quiles con un exquisito cabezazo cruzado. El tanto volvió a cambiar el guion al obligar al Fuenlabrada, que estuvo cerca del empate en una cabalgada de Fer Ruiz y un gran remate de Jara que hizo trabajar en serio a Mackay. Lucas Pérez, que después de sus dos asistencias quería morder metal, puso la guinda en el 87′ con una falta magistral que evitó el sufrimiento final en una tarde de locura.