Presión para la unidad B del Málaga

El Málaga ha dado algún paso atrás en las últimas jornadas y muchas de las miradas apuntan a la segunda unidad blanquiazul. Sergio Pellicer ha ido perfilando su equipo base en este primer tramo de la temporada y sus principales opciones para entrar desde el banquillo no están mostrando el mismo nivel que los que le preceden sobre el césped.

Cuando los primeros espadas no han estado en plenitud, el equipo se ha resentido y ese es uno de los aspectos a mejorar de aquí en adelante. La ‘unidad B’ está en el punto de mira y urge que jugadores incorporados para dar un salto de calidad al equipo den un paso adelante. Futbolistas como Loren Zúñiga, Juanpe, Juan Hernández, Manu Molina o Dani Lorenzo están un paso por detrás de las expectativas en este primer tramo del curso.

Loren ha participado en ocho de los nueve encuentros de Liga, uno de ellos como titular, y su aportación ha sido mínima. Su entrega no es discutible, pero no ha mostrado la chispa y la inspiración deseables para un futbolista que aspira a ser importante en un proyecto como el del Málaga.

También aterrizó con galones de jugador importante Juanpe este verano. Sin embargo, el mediocentro, a quien también ha mermado su fractura en el tabique nasal, no ha llegado a ser relevante sobre la hierba y su participación hasta ahora ha sido testimonial.

Algo similar le ha sucedido a Juan Hernández, que ha ido de más a menos y que ahora reaparece después de una leve lesión muscular. Larrubia y Kevin se han convertido en indiscutibles en los extremos y el ex del Burgos debe subir el nivel cuando entra desde el banquillo. Pero hasta ahora su participación tampoco ha sido del todo brillante.

Manu Molina, llegado el último día del mercado, ha ido avanzando en su adaptación pero aún no se le ve integrado al cien por cien. Su talento es indiscutible, pero su aportación hasta el momento ha sido discreta. El también centrocampista Dani Lorenzo empezó el curso dejando destellos de su calidad y frescura a la hora de dar sentido al juego, pero ha acabado relegado a la suplencia y no está siendo un revulsivo notable. En su defensa hay que exponer que muchas de las veces que Pellicer ha tirado de él desde el banquillo ha sido para que ocupe posiciones escoradas a una o otra banda.

El Málaga necesita que su unidad B aumente sus prestaciones. El equipo ha perdido algo de chispa, sobre todo a nivel ofensivo, y se antoja imprescindible que sus alternativas desde el banquillo aporten soluciones y suban el nivel competitivo de un equipo diseñado para competir por ser campeón de grupo y ascender directamente a Segunda División.

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