Partido Málaga contra Unicaja: ¿por qué no?

El Málaga Club de Fútbol y el Unicaja de baloncesto han sellado un acuerdo para intercambio de abonos que se ha escenificado en el incomparable Muelle Uno de la capital costasoleña. Por parte de los futboleros estuvieron José María Muñoz (administrador judicial), Sergio Pellicer (entrenador) y Juande Rivas (capitán). En representación de la canasta Antonio Jesús López Nieto (presidente), Ibon Navarro (entrenador) y Alberto Díaz (capitán).

Tras el acto, las clásicas palabras con intercambio de flores donde todos se desearon la mejor de las suertes. López Nieto destacó que: “Es una iniciativa bonita. La unión entre clubes diferentes en Málaga hace que estemos todos más unidos”. Mientras, Juande vaticinó su intención de acudir más pronto que tarde al Carpena.

¿Es posible jugar un Málaga-Unicaja?

Al hilo de este acuerdo planteamos una cuestión. ¿Sería posible celebrar alguna vez un Málaga-Unicaja mezclando deportes? Hay un precedente muy interesante que se remonta a 1972 y que recuerda en ‘Memorias en Blanco y Negro’ Alfredo Relaño, exdirector y actual presidente de honor en Diario As.

La historia es la siguiente. En aquella fecha el Real Madrid de fútbol ganó la Liga y el de baloncesto era imbatible. Entonces Raimundo Saporta, vicepresidente blanco y gran impulsor del deporte de la canasta tuvo una idea rompedora; un encuentro a doble partido entre ambas secciones del club: jugarían al fútbol primero y al baloncesto después, en busca del campeón de campeones.

Esta original propuesta se rigió por un criterio que Relaño explica en su obra. “Se decidió multiplicar por 10 el resultado de fútbol. Es decir: si los futbolistas ganaran, un suponer, 12-2, se añadiría un cero a la derecha a ambos números: 120-20 sería, pues. Luego, en baloncesto se puntuaría como es propio en ese deporte. La equivalencia perjudicaba posiblemente al baloncesto, porque la relación entre marcadores en baloncesto y fútbol no era 10 a uno, sino menor”.

El primer partido fue el de fútbol. En la Ciudad Deportiva ante 5.000 espectadores. Estas fueron las alineaciones. Equipo de futbolistas: García Remón (Corral); Touriño (Adolfo Fernández), De Felipe, Verdugo; Pirri, Zoco (Grande); Aguilar, Amancio (Anzarda), Santillana, Velázquez (González) y Marañón (Ortuño). Alberto, Ibon, López Nieto, Muñoz, Pellicer y Juande en el Muelle Uno. Equipo de baloncestistas: Luyk (Alonso); José Ramón Ramos, Vicente Ramos (Sanmartín), Paniagua; Emiliano, Cabrera (Alejandro); Muller (Peña), Nava (Corbalán), Viñas (Luyk), Cristóbal (Aramburu) y Brabender. El árbitro, Martínez Banegas. El partido acabó 20-0.

Llegó el turno para el baloncesto en un Pabellón que se llenó a reventar. Los de baloncesto tenían que ganar por más de 200 puntos de diferencia, puesto que el 20-0 era según las bases un 200-0. Se acordó que a los futbolistas se les permitirían hasta siete personales. Reproducimos la ficha de aquel singular duelo.

168.— Baloncestistas: 65 canastas, 38 tiros libres convertidos de 67 lanzados, 22 personales y dos técnicas (Luyk y Muller). Jugaron: Brabender (41), V. Ramos (15), Cristóbal (17), Cabrera (3), Paniagua (9), Nava (2), Emiliano (11), Corbalán (7), Luyk (52), Viñas 11 y Muller.

49.— Futbolistas: 23 canastas, tres tiros libres convertidos de 10 lanzados, 60 personales y una técnica al banco. Jugaron: García Remón (17), Junquera (2), Pirri (8), Zoco (10), Miguel Ángel (2), Grande (6), De Felipe (2), Corral (2), Verdugo, Santillana, Anzarda, Aguilar, Marañón, Velázquez y Amancio.

Así que 200-0 y 168-49. El agregado quedó: Futbolistas 249, Baloncestistas 168. Una experiencia que no se repitió.

¿Se imaginan a Alberto Díaz de extremo derecho? Will Thomas de portero?, ¿Roberto de alero? ¿Alfonso Herrero de base? Nunca se sabe.

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