Pablo Valcarce regresa a casa con El Toralín de uñas

Parece raro utilizar calificativos gruesos para un partido de la jornada 8, pero la visita del Deportivo a la Ponferradina es de esos duelos que rozan lo decisivo. El mal inicio blanquiazul necesita un golpe de efecto y medirse a un rival directo en su campo bien merece todos los focos. Pero dentro de la disciplina herculina hay un jugador que, además de lo colectivo, tiene también un reto especial a nivel individual que debe superar en la que es su casa y, al mismo tiempo, se ha convertido en territorio hostil: Pablo Valcarce.

El atacante regresa al Toralín después de protagonizar el culebrón del verano en el mercado de fichajes de Primera Federación. Terminó contrato en el Burgos y quiso meditar muy bien su siguiente paso debido a una situación personal delicada por su próxima paternidad. Sobre la mesa, Ponferradina y Deportivo. Volver a casa para devolver al fútbol profesional al equipo de su localidad o enrolarse en el proyecto coruñés con todos los focos de Riazor.

La decisión parecía encaminada al regreso del hijo pródigo al club berciano. Hubo imágenes incluso de Valcarce con directivos de la Ponferradina en los días previos al desenlace, pero finalmente se decantó por A Coruña. Además de malestar entre la afición volcado en las redes sociales, hubo críticas de Sietes, director deportivo, “aquí está quien quiere estar, quien tiene ilusión por sumarse a este proyecto. En mis tiempos, darse la mano equivalía a una firma, pero parece que las cosas funcionan ahora de otra manera”, y de la directiva en boca de Eduardo Domínguez, que aludió a diferencias contractuales: “Tenemos un modelo de contrato, pero muchas veces los representantes de los jugadores intentan incluir cláusulas que buscan beneficiar al jugador en la ruptura contractual y no al club”.

El intercambio dialéctico no terminó ahí, ya que esa misma semana respondió a las acusaciones Pedro Bravo, agente del jugador: “Eduardo miente, las cosas no son así. Pablo tenía muchas ganas de llegar a la ‘Ponfe’, estaba rechazando ofertas muy superiores, pero él lo tenía claro. Tras hablar con Eduardo sobre la cláusula de liberación, Pablo me dijo que se quería ir al Deportivo. Habíamos aceptado un contrato de 2 años con otro opcional, pero había una cláusula que no nos convencía del todo. El club no quiso cambiarla y Pablo decidió no firmar”.

Paris Adot, otro regreso complicado

De esta forma, El Toralín se prepara para recibir de uñas a Pablo Valcarce... y a otro de sus compañeros. Porque junto a él también regresa Paris Adot, que sin ser de la casa había pasado las últimas tres temporadas vistiendo la camiseta de la Ponfe. El navarro tenía un año más de contrato pese al descenso, pero decidió liberarse para firmar por el Deportivo. Es consciente de que la bienvenida no será calurosa para él... ni para Valcarce: “Soy una persona muy cercana y la mayoría de la gente que me conoce creo que tendrá un buen recibimiento. Luego, si hay quien desconoce más el caso, no lo sé. ¿Pablo? Creo que ahí habrá un poquito más de resquemor. En verano hubo cosas... pero la gente tampoco sabe bien lo que pasó. Muchas veces se opina sin saber. Creo que va a tener un recibimiento más hostil por lo que ha pasado este verano. Hay gente que lo respeta y otras menos, pero son cosas del fútbol y hay que vivir con ello”.

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