Mario Soriano es oro

El Deportivo se estrenaba en liga en Riazor, el mismo escenario en el que tres meses antes se había vivido toda una tragedia al ver como volaba el ascenso. Y la primera parte trajo los peores recuerdos, con un equipo largo, descolocado y superado de principio a fin. Superado por una Balona valiente que presionó arriba, buscó la portería y salió ganador en todos los aspectos del juego. El premio fue el gol de Delmonte. La película cambió en el segundo acto, con los blanquiazules mucho mejor en lo colectivo, pero sobre todo por la actuación de Mario Soriano. Doblete del madrileño, el segundo de ellos de videoteca, para remontar. Oro puro para un Deportivo de dos caras que logró darle la vuelta a un complicado partido ante un Linense que hace una semana rascó un empate en Valdebebas y que, por este camino y muy bien dirigido por Monteagudo, dará bastantes alegrías más a su afición esta temporada. Entretenido partido y más de 15.000 aficionados en las gradas de Riazor que obligaron a los suyos a saludar al final como si ganasen la Champions. Espectacular.

Tal y como se esperaba Borja Jiménez apostó por un once continuista respecto al final de la pasada temporada con tres fichajes como picante: Raúl Carnero, Víctor Narro y Gorka Santamaría. También previsible era la actitud de la Balona, que salió sin complejos, valiente, presionando alto y con dos peligrosos remates de Toni García y Heras antes del cuarto de hora. A los de Borja les costaba domar el partido, con la profundidad de Narro y Antoñito por banda y la imaginación de Soriano como tenues argumentos ante la ordenada defensa del Linense. Problemas en el juego para los blanquiazules y problemas a balón parado, con aviso tras aviso hasta que Delmonte, libre de marca, cabeceó el 0-1 a placer a los 30 minutos tras un córner. El bofetón despertó al Depor, que tres minutos después rozó el empate con un remate de Quiles que Varo evitó con una gran parada. Y luego en trallazo de Raúl a la escuedra y un cabezazo de Quiles. Más peligro en cinco minutos que en media hora, pero sin premio. Arreón de los locales, descolocados, sin robos y convertidos en un equipo largo sin ideas. Enfrente, todo lo contrario. Ideas claras, verticalidad y con dos marchas más. Justo resultado al descanso, no, justísimo.

El Depor saltó en el segundo tiempo con la necesidad de cambiarlo todo. La Balona, por su parte, con la de continuar la línea del excelente primer tiempo. Lo primero que lograron los coruñeses fue robar, dominar y vivir en campo rival, algo inédito hasta entonces. Cuando las cosas se hacen mejor, suele llegar el premio. Ocurrió en el minuto 57, con un remate seco, raso y cruzado de Soriano en el área tras un imaginativo taconazo de Quiles. Y repitió el madrileño doce minutos después, pero esta vez con una jugada de genio en la que sentó a media defensa y definió sin nervios ante la salida de Varo. Si alguien se pregunta porqué el Depor apostó tanto por este chaval de 20 años, ahí tiene la respuesta. Tuvo Rubén Díez la sentencia, pero erró un cabezazo cantado. Luego el hat-trick Soriano, pero se encontró de nuevo con la inspiración de Varo. Y en ese alambre, una falta a dos minutos del final llevó el sudor frío a un Riazor que, tras sufrir, celebró a fondo un debut con tres puntos.