Los regalos llegan antes de tiempo a Murcia

El Real Murcia encaraba el choque ante el CE Europa, que era segundo, con la ‘obligación’ de cortar la dinámica negativa de dos derrotas consecutivas y además impedir que un rival directo en la pelea por el playoff aumentase su renta. Se pensaba en un choque complicado, largo, de los que se sufre hasta el final. Una vez más, el fútbol fue impredecible: el cuadro catalán puso la victoria en bandeja y los locales no hicieron ascos a los regalos de su oponente.

En un cuarto de hora, la grada de Nueva Condomina se había olvidado de que Flakus, el delantero al que se esperó durante todo el verano y por el que se pagaron 500.000 euros al CD Castellón, estaba en el banquillo por segunda jornada seguida. En ese tiempo, Jorge Mier se disfrazó de ariete para adelantar a los locales tras un preciso centro desde la derecha de David Vicente y Pedro Benito aprovechó el grave error de Escoruela en la cesión a su portero para hacer el 2-0 con una bonita vaselina.

El CE Europa tenía el balón, pero era un flan atrás. El Real Murcia presionaba y ponía en apuros a los de Aday Benítez. En una decisión incomprensible, Flere, portero, cogió el balón con las manos tras pase de un compañero que se veía agobiado por los futbolistas locales. Falta dentro del área que acabó con un potente chut de Bustos que pegó en una poblada defensa en el área pequeña, evitando el 3-0.

La primera ocasión de peligro visitante fue en el 43’, con un testarazo de Khalid que pegó en Héctor, aunque el colegiado decretó saque de puerta. En la siguiente acción, el segundo regalo. Balón que despeja mal Cano y Cristo se presentó ante Flere, al que batió en su salida.

El único lunar a esta primera mitad para el Real Murcia, que el tiempo añadido Escoruela redujo distancias y dio algo de energía a los catalanes. El lateral recogió un balón suelto en el lado derecho y con la izquierda mandón un misil a la escuadra de Gazzaniga, que solo pudo mirar.

En el segundo tiempo, otra película. Y el Real Murcia no estuvo bien. Se salvó de un final apretado por la falta de puntería del CE Europa, que demostró que es un equipo que no se rinde, que busca siempre la portería contraria y encima lo hace creyendo en una idea: toque y ritmo. En un cuarto de hora, hasta cinco ocasiones y alguna llegada más. Vacas, que fue uno de los que entró en el descanso, vio como en su primer intento se le quedó el balón atrás dentro del área y en buena posición y no pudo armar el disparo. En la segunda, su remate de cabeza lo atajó Gazzaniga. La siguiente, una falta lejana que Escoruela no acertó a rematar en el segundo palo. En las dos más claras estuvo presente Khalid: en el 62’ su testarazo salió fuera cuando era más fácil marcar y en el 66’ el centro-chut de Adnane no lo remató en el área pequeña el atacante, el balón quedó suelto con Gazzaniga en el suelo y lo tuvo que despejar Sekou. Además, un disparo de Jordi Cano pegó en un zaguero cuando el balón, a gran velocidad, cogía dirección portería y la visibilidad de Gazzaniga no era la mejor.

De llegar el 3-2, el final hubiese sido otro. Por suerte, el CE Europa se fue desanimando y el Real Murcia tuvo el cuarto a la contra en dos ocasiones. Ambas en las botas de Flakus, que dio la razón a Colunga. No estuvo acertado en ninguna el esloveno. En la primera, tras una galopada desde su propio campo, quiso ceder Pedro Benito y se la dio a Jordi Cano, cuyo intento de despeje pegó en el palo. En el añadido, Pedro León, que en apenas 20 minutos puso dos centros de gol (un de ellos sin rematador), le dio la oportunidad de cerrar el encuentro y su golpeo fue malo, sin intensidad.

El Real Murcia, imposible pensarlo hace un par de meses, llega al parón en cuarta posición, con la moral por las nubes y con un mercado de enero en el que puede reforzar sus líneas.

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