La magia de Diego Bri tumba a un inferior Espanyol

El Espanyol llegaba al partido ante el Atlético de Madrid con el miedo en el cuerpo después de un sorteo poco benévolo. Los rojiblancos, que se habían quedado a un paso de campeonar y que eran una apisonadora en ataque, demostraron su talento en la Ciudad Deportiva de Sant Adrià y lo tienen todo de cara para pasar a la segunda ronda del playoff de ascenso a Primera RFEF la próxima semana. El 0-1 es oro para los de Luis García Tevenet, que sacaron partido de su calidad en ataque ante un inferior Espanyol, que compitió pero sin excesiva determinación ni ideas. Una genialidad de Diego Bri transcurrida la hora de juego fue definitiva.

Lejos del fútbol alegre propio de filiales, la primera mitad transcurrió más en el excesivo respeto entre ambos equipos. Pocas ocasiones, mucho control, pierna dura (Simo vio una amarilla en el minuto 12 y pudo ser expulsado después por una entrada al límite) y un empate sin goles al descanso. Mientras el Espanyol no encontró claridad por dentro, basó sus ataques en la profundidad de un Nabil inconcluso, igual de rápido con su par como de impreciso a la hora de poner el centro, y también en el talento de Villahermosa, quien junto a Simo y Roger Martínez fueron capaces de darle sentido al juego.

Un remate de cabeza de Gorjón lamió el larguero en el minuto 10′, en la primera aproximación local. El Atlético encontró una autopista en la banda izquierda del Espanyol, con sus movimientos para atraer y romper que tan bien aprovechó Cala, quien en el minuto 33′ se fue por velocidad de Lancho y Roger Martínez, quien fue a la ayuda, y su centro envenenado que remató Carlos Marín lo neutralizó Omar cuando la grada se lamentaba por el gol. Los defensores pericos fueron a abrazar a Omar, señal de la importancia de su acción defensiva. Entre protestas y tensión finalizaron los primeros 45 minutos.

Llovió con intensidad al comienzo del segundo acto y refrescó las ideas de ambos equipos, que empezaron a llegar al área en un ir y venir que gustó al público pero poco a los entrenadores. El Atlético empezó a dar más sensación de peligro porque reunía más desequilibrio en ataque, y finalmente en el minuto 62 llegó el 0-1 gracias a una genialidad de Diego Bri. El extremo se marchó por velocidad de Lancho, enfiló el área pequeña, le ganó un metro a Simo y disparo al palo corto con la izquierda. Un gol de zurdo desde la derecha, de puro diez.

Con el 0-1, los rojiblancos se replegaron en su campo y defendieron sin fisuras, ADN atlético. Luis Blanco regeneró todo el ataque y los pericos colgaron balones, pero no encontraron rematadores. Siempre se estrellaron ante un Atlético bien puesto, que sigue firme con el paso de los minutos finales. La vuelta será la próxima semana. El Espanyol necesita un milagro y el Atlético lo tiene a tocar visto lo visto en Sant Adrià.