HÉRCULES-LLEIDA ESPORTIU

La hora del Hércules

El conjunto blanquiazul será de Primera RFEF si tumba al Lleida o calca el resultado del Europa ante el Espanyol B. El Rico Pérez, lleno hasta la bandera.

Fito González

Los playoff ante el Cádiz, los goles de Isi con la Ponferradina, la matinal de Llagostera, el partido ante el Adarve... Esta es parte de la historia negra del Hércules en los últimos años. Muy pocas alegrías se ha llevado un club centenario desde que cayó al pozo hace una década. Decepción tras decepción. Batacazo contra batacazo. Así se han ido escribiendo los últimos capítulos del Hércules. Pero esta mañana toca cambiar la historia. Eso piensan los 28.000 espectadores que abarrotarán el Rico Pérez a partir de las 12:00 horas frente al Lleida Esportiu (À Punt y Footballclub TV).

El Hércules llega a la última jornada de liga regular dependiendo de sí mismo, un milagro hace mes y medio cuando salió de La Nucía con la moral por los suelos. Sin embargo, Rubén Torrecilla, cuando peor pintaban las cosas, levantó a su equipo para dejarlo a las puertas del ascenso. Una victoria ante el Lleida devolverá al Hércules a Primera RFEF, un ascenso de categoría que puede celebrarse en Alicante 14 años después. Para los más mayores, un premio insuficiente. Para las nuevas generaciones, es el cielo, un punto de esperanza para ver si su Hércules, algún día, llega a ese lugar que cuentan las leyendas.

Las cuentas del Hércules son claras. Una victoria equivale a un ascenso, pero también hay otra opción para subir. Remota, pero existe. Al cuadro blanquiazul también le vale con calcar el resultado que firme el Europa ante el Espanyol B, aunque el filial no se juega nada y la victoria de los primeros se da por hecha. Por eso, Torrecilla quiere ganar como sea, más que nada para no vivir otra matinal de infarto.

El Hércules, lanzado tras cinco victorias consecutivas y tras enfundarse medio ascenso la semana pasada ante el Badalona Futur, llega con la baja importante de Alvarito, sancionado. El madrileño vio la quinta cartulina amarilla en Vic, por celebrar con la afición desplazada el 1-2 subiéndose a la valla. “Le hemos dado un tirón de orejas”, ha dicho Torrecilla esta semana. Su puesto, salvo sorpresa, será ocupado por Nico Espinosa. El canterano está ante el partido de su vida.

El Lleida aterriza en el Rico Pérez tras sufrir el duro golpe de bajarse del tren del ascenso directo hace una semana. Su mente está puesta en el playoff, pero todavía le falta al cuadro catalán amarrar un buen puesto en la promoción. El Lleida ha estado toda la temporada peleando con el Hércules por el liderato, algo que asusta en Alicante porque saben que el rival tiene mimbres para montar el lío en el Rico Pérez.

Como todas las finales, el factor ambiental será clave. El Rico Pérez se llenará hasta la bandera, con cerca de 28.000 espectadores. No se recuerda en Alicante una respuesta así de la afición blanquiazul. Y menos, para ver un partido de la cuarta categoría. Las entradas volaron en apenas 48 horas y ha funcionado hasta la reventa. De ahí, en caso de ascenso, habrá fiesta en Luceros. Pero para eso, antes hay que espantar todos los fantasmas.

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