Idiakez: “El día del Barcelona B me vi fuera del Deportivo”
El técnico blanquiazul vive su mejor momento en el Deportivo y habla con As del difícil camino recorrido, la cantera, las metas y muchos nombres propios.
Joseba Imanol Idiakez Barkaiztegi (San Sebastián, 1972) atraviesa su mejor momento en el banquillo del Deportivo después de verse fuera hace poco más de dos meses. El técnico blanquiazul repasa la dura temporada, es optimista con el futuro inmediato del equipo, se identifica como un entrenador de cantera y está convencido de que muchos de los jugadores salidos de la factoría Abegondo triunfarán en la élite. También habla de las “meigas” en el tramo inicial de la temporada, el factor Lucas Pérez, su idea de juego o la complicada situación de Valcarce y Cayarga.
¿Está siendo una semana para disfrutar después de las últimas victorias?
Para trabajar con un poco de ilusión, de alegría. Siempre las victorias te dan algo más de alegría y la racha, las victorias consecutivas, a todos nos llenan de optimismo; eso es bueno.
Su nuevo lema, como dijo el pasado viernes, es el de fe cuando vienen mal dadas y cautela en los buenos momentos.
Hubo un día que vine aquí y os llené de datos. No es algo que me guste, pero cuando los resultados no llegan, uno se vuelve más loco buscando porqués. Los análisis del juego nos enseñaban que había lugares para mejorar, pero los datos corroboraban algunas cosas. Dominábamos, llegábamos mucho y nos llegaban poco. No llegaban los resultados y es difícil mantener la fe, pero si hay datos es más sencillo. Estábamos convencidos. Creer en mitad del desierto es difícil, pero veíamos al equipo en el día a día. Sabíamos que nos faltaba un poquito y ese poquito está llegando.
¿Es complicado mantener la prudencia tras las últimas goleadas?
Lo más difícil en la vida es el equilibrio. Vivimos en un mundo del fútbol muy extremista. Las derrotas llevan al pesimismo absoluto, las victorias al megaoptimismo. Mantener el equilibrio es lo más sano. Estamos contentos con la racha, veníamos cada día con la intención de ganar y representamos a un club con mucha ilusión y gente que nos sigue. Pero no hemos hecho nada, el objetivo es en mayo o junio. Estamos en el camino, pero hay que ser muy humildes. Es una categoría, quitando estas semanas, los partidos se resuelven por detalles, por poco, y hay que seguir el camino.
El Deportivo viene de muy atrás y sigue obligado todavía, cualquier traspiés podría abrir de nuevo una brecha con el liderato.
Creo que lo mejor es centrarse en el siguiente partido, poner el foco ahí y no pensar en las consecuencias del resultado. Si cada mañana vengo pensando en que si pierdo qué pasaría, llegaría un momento que no vendrías. Vamos a pensar que venimos de cuatro triunfos seguidos, seis de los últimos siete… desde Irún estamos en buena línea y el domingo llega otra buena oportunidad de aumentar la racha, seguir llenándose de motivos e ilusionar a la gente, que para nosotros es lo más importante cuando estás en un club tan grande como el Deportivo.
¿Qué pensaba en el parón cuando miraba el calendario que le esperaba de enero?
Sabíamos que enero era clave. Llevábamos una rémora de puntos importante con el objetivo y nos enfrentábamos a cuatro rivales directos. Intentamos centrarnos en el primero, luego el segundo… en León no hicimos el partido que nos hubiera gustado, pero la Real B, ante el Celta, que por cómo había ido el partido de la primera vuelta y el contexto no era fácil… y la Ponfe fue la guinda del mes, probablemente el mejor partido de la temporada. Buena actuación y transmitiendo lo que nos gustaría transmitir siempre. Además, fue en casa… ha sido un mes importante y nos ha afianzado a todos aquí dentro.
Además, lo consiguieron sin que llegase ningún fichaje.
Os lo contaba cada semana, me centraba en lo que tenía y sacar rendimiento a la plantilla. Nunca he puesto una excusa, siempre he creído. Sabía que el club trabajaba para mejorarla y como se ha demostrado, teníamos plantilla para tener rendimiento.
En esos días se le vio como al margen del mercado de fichajes, casi como si se apartase de todo eso.
No creo que estuviera apartado. Pero si estás en muchos frentes, no te centras en lo tuyo. Y el puesto de entrenador, cada semana te la juegas. Por mucho que hables de proyectos, necesitamos ganar. Si empiezo a desviarme con que necesito esto o lo otro… hay que centrarse, porque no sabes si en tres semanas vas a estar aquí. Ganamos a la Real B, en León no quedamos contentos, pero vi cosas… a partir de ahí tomamos decisiones, pero como todo el año. La parte más bonita del entrenador es encontrar el equipo, esa búsqueda que inicias en pretemporada y te va llevando a entender que el rendimiento viene por algún lado. Creo que desde la lesión de Yeremay en Lugo, las siguientes semanas fueron demoledoras, terribles, casi de meigas. Yeremay, Barbero, la nariz de Mella, la sanción de Lucas… hubo una serie de desgracias que parecían aposta. Lo difícil era mantenernos en pie y era lo que intentábamos conseguir.
Por momentos, parecía que transmitía usted cierta frialdad respecto al club. ¿Se sintió poco respaldado en algunos momentos?
No, fue más una constatación de la realidad. Darte cuenta de que si en X partido no ganas, te vas a tu casa. Es algo con lo que tienes que convivir. A nadie le gusta hacer su trabajo sabiendo que si no ganas, te vas a quedar en el paro. He venido aquí con una ilusión terrible, es un lugar maravilloso y me gustaría poner mi granito de arena para devolver al Depor a donde tiene que estar, pero hubo un momento que sí me di cuenta que si la cosa no iba bien, si no ganaba el siguiente partido, me iba a casa. No es decepción, es constatar la realidad y empezar a funcionar con esa realidad encima de tus hombros.
¿Llegó a verse fuera del Deportivo?
Sí. Yo creo que la semana de Barcelona lo tenía claro. No es que lea la prensa, pero la familia y los amigos, sí. Si te mandan, te preguntan, cuando el río suena… ya sé que no se lo inventa todo el mundo. La semana de Sestao fue difícil, Arenteiro, también la derrota en León… han sido semanas que te levantas por la mañana y tienes que quitarte el pensamiento de la cabeza porque de lo contrario no funcionas. Por encima de todo, quiero tener la conciencia tranquila de que he venido a ayudar al Deportivo y hacer todo lo posible para que vuelva a su lugar.
¿Le hizo algún regalo a Davo por Reyes?
No, no (risas...). Son circunstancias. Davo también estaba sufriendo porque no le salían las cosas, como a todos. Da la situación que metió en Barcelona y fue como que me salvaba la cabeza. Pero no me gusta personalizar, porque en lugares como el Deportivo tenemos que poner el yo muy por detrás de todo lo demás. Ojalá el Deportivo ascienda, que vuelva a su lugar. Intentaré que sea conmigo dentro, pero si no lo es, lo voy a desear igual.
El once de Logroño fue el mismo del debut de liga con el único cambio de Mella por Davo. ¿Ha sido complicado no poder repetirlo en tanto tiempo?
Ha sido un largo camino porque en Lugo perdemos a Yeremay, ante Unionistas a Barbero y Mella, que no olvidemos que es un juvenil que estaba en pleno proceso de descubrimiento del fútbol profesional. Por el camino he intentado, he buscado soluciones a la falta de Barbero, que era el único puesto que no teníamos doblado. Un nueve de referencia con esas condiciones de fijar centrales… no es ya lo que es él, es lo que origina a su alrededor. Lo que permite que sean Lucas, Davo, Mella, Yeremay… Era el plan de pretemporada, lo teníamos claro desde el principio. Desde que llegué y empecé a analizar, entendía que una figura importante como Lucas estaba mejor con un nueve de referencia. Para llegar, lanzar y marcar. Y planteamos la temporada desde ahí. Pero desde la 4ª jornada no lo puedo hacer y hemos estado en la búsqueda, hemos aguantado, el equipo se ha mantenido de pie y desde hace unas jornadas hemos podido volver al plan aquel que entiendo que era el bueno; creo que el mejor para el equipo.
¿Qué le trastocó más, la falta de ese nueve o que los extremos no diesen un paso adelante tras las lesiones de Yeremay y Mella?
Nos condicionó un poco todo. Yeremay empezó a un nivel extraordinario. Es un jugador que, para nuestra forma de jugar, saliendo desde atrás, es capaz de eliminar rivales con un control. Eso nos permitía ganar espacio atrás. Y luego con espacio reducido también es un jugador que dribla, se va… luego teníamos otro tipo de jugador que era diferente y me ha obligado a buscar. Probamos a Lucas de nueve, luego con Ochoa… los resultados no terminaban de venir y en esa búsqueda ha llegado. Para los entrenadores es mucho más cómodo tener el equipo desde el inicio y tirar palante. Cuando salí de Lugo me decía, ‘no puede ser todo tan bonito’. Salimos con un 0-3 y la sensación de tener ya el equipo, con la afición allí. ¿Qué pasa, nos íbamos a pasear y quedar primeros? Porque el Lugo era otro favorito y veíamos que estábamos por encima. Vino la providencia y puso piedras en el camino hasta casi jodernos la temporada. Hemos sufrido mucho, cuerpo técnico y futbolistas. Porque cuando vienes al Depor, cargas con la historia, esa obligación, esa ilusión de la gente. Nuestra obligación es dar ilusión y devolvernos a donde se merecen, porque esto es de los aficionados. Nosotros estamos de paso y era un dolor ver que no respondíamos a las expectativas. Hemos picado mucha piedra aquí en Abegondo y ahora toca humildad. Creemos que estamos en el buen camino, pero esto es muy difícil.
Hay una corriente de opinión que asegura que Idiakez se ha encontrado con la cantera, que la ha usado porque no le quedaba más remedio.
Me sorprende y me da pena. No es justo. Hemos llegado con las ideas claras. He salido de cantera, trabajado en cantera… tenemos ahora mismo en el once canteranos jovencísimos y otros que son menos jóvenes también instalados. Cada semana estamos poniendo el listón, trabajando, los estamos viendo, poniendo el listón donde deben tenerlo. Si alguien pretende decir que es casualidad, en su conciencia estará, no en la mía.
¿Entiende la crítica cuando elige a otro jugador por delante de un canterano?
Yo entiendo que la gente me critique con lo de la cantera, pero cuando perdimos con el Celta Fortuna fue con Barcia y Mella en la banda izquierda. Seguramente que alguno diría, ¿por qué lo pone? Si no los pones, no crecen. Es la pescadilla que se muerde la cola. El que lo quiera ver negro, lo va a ver negro de todas formas. Estoy contento porque tanto Fernando (Soriano) como nosotros somos nuevos y seguimos conociendo el contexto. Tenemos claro cuál es el Depor que nos imaginamos, el Depor que es y el que debe ser. Es traer buenos jugadores y explotar Abegondo y su potencial. Vengo de cantera y entiendo que no hay nada más grande que sentir tu camiseta, que sentir pertenencia. Que esa gente nos enseñe el amor por los colores. Creo que estamos en una buena mezcla. Tenemos consolidados a unos cuantos chicos y el equipo en buen momento. Humildad, pies en el suelo y saber que el domingo tendremos un rival que nos lo va a poner complicado. Venimos de dos partidos con nueve goles e igual todos esperamos meter otros cuatro, pero quizá no pase.
Uno de esos canteranos que emergen con fuerza es Mella. ¿Le ve techo?
Tengo la ilusión de que Mella, Yeremay y todos los demás sean jugadores del Deportivo en Primera División. Siguiendo el proceso natural, si el club sigue ese proceso, esperemos que sea algo que se pueda cumplir.
¿Le ha sorprendido cómo se ha adaptado a la banda derecha?
Yo tuve la experiencia con Yeremy Pino, ya lo comenté. Fue a una edad parecida. También dentro del club teníamos el debate de que no podía jugar en la derecha. Los jugadores tienen su rincón de seguridad, comportamientos en los que se sienten seguros. Y a veces es difícil cambiar. Eso para mí es una limitación y eso no es lo mejor en la vida. Se ha demostrado que con 70 años todavía puedes aprender cosas, cómo no las vas a aprender con 18. David, además, no es el típico zurdo que no tiene manejo de la derecha. Le pega bien, hace buenas conducciones… tiene recursos. Y con 18 años, me parecía una pena tener a Yeremay, que también está más cómodo en la izquierda, y que Mella sólo pudiera aspirar a ser el suplente de Yeremay. Teníamos que buscar la manera de que jugaran juntos.
¿Le costó convencer a Mella?
A todo jugador le cuesta, y si escucha a mucha gente que le dice ‘tú eres de la izquierda, eres de la izquierda…' pues claro, te convences de que en la derecha no puedes jugar. ¿Por qué no? A base de entrenamientos y que él ha ido viendo que por aquí salgo para dentro y tengo tiro, salgo para dentro y tengo un pase… igual hasta me va mejor jugar aquí que en el otro lado. Es un descubrimiento. Podía haber salido mal, pero con chicos tan jóvenes hay que probar y darles opciones para que crezcan. Para Mella y Yeremay, con la edad que tienen, poder jugar en los dos perfiles, jugar a pierna natural o cambiada es importante. Imagina que tienes enfrente un lateral que tiene más deficiencias defendiendo por fuera, pues los puedes cambiar de lado. Mi obligación es explotar las posibilidades de los jugadores y del equipo. Estoy contento. Le está yendo bien al equipo y le está yendo bien a David. Tenemos que tener los pies en el suelo con él y creo que él los tiene. Tiene una buena familia, de exdeportistas que saben de lo que hablamos. Algún partido malo le va a tocar jugar, seguro. Y ahí habrá que estar, como estuvimos con Barcia en su día.
También Yeremay está evolucionando en el equipo y comienza a jugar algo más por dentro y no ser sólo un extremo puro.
Hablé con él en verano cuando lo conocí y le pregunté si había jugado por dentro. Me dijo que sí, pero que le faltaban algunas cosillas… Ayudarle a que se enriquezca también es mi obligación. Lo de fuera lo tiene, tiene ese desborde natural, pero limitar a eso a un jugador con tanto talento y tan creativo… Un jugador que desborda rivales con tanta facilidad y que solo esté por fuera me parece perder recursos para el equipo y limitarlo a jugar por fuera. Que podamos jugar con él más abierto o más por dentro en función de los compañeros da recursos. Igual no está luciendo a nivel de números, pero si analizamos los últimos partidos, vemos que cada vez que ha venido dentro con los rivales apretando alto, lo siguiente que pasa es que estamos en el área contraria. Eso, si no acaba en gol, no se puede cuantificar, pero… La capacidad de eliminar ya no rivales, estructuras, es brutal. Cuando viene de izquierda de fuera hacia dentro, con ese primer control que tiene que casi elimina a dos rivales con la primera conducción. Nos da una riqueza para luego poder lanzar a Lucas, Barbero, Mella o al que corra por delante. El fútbol es cada día más dinámico y cuando más cosas hagan los jugadores, más rico es el equipo.
Hablemos de uno un poquito más veteranos, Lucas Pérez. De no ver puerta, a meterlos todos.
Es un jugador muy importante para nosotros. Antes hablábamos del desierto, pues eso fue para él la primera vuelta. Tu vienes al Depor y te cuentan que Lucas va a llevar cero goles en enero y no te lo crees, piensas que es una broma. Es el fútbol, cosas que no se pueden explicar. Cuando veo a empresarios que compran clubs y vienen de otros negocios, llegan y no entienden nada. No es matemáticas. Miras la segunda vuelta de Lucas el año pasado cuando llega y en la primera de ésta, cero goles. Eso es un drama para el club, para Lucas y para todos. Él ha seguido trabajando y creyendo, tiene una personalidad imponente. Está recogiendo el fruto de esos meses tan duros en los que nadie agachó la cabeza y tiró para adelante.
Hablando de Lucas. ¿El gran rendimiento que está sacando el Deportivo a balón parado es más culpa de su pizarra o de él?
(Risas…). Hay una cosa que a veces se nos olvida a los que estamos por fuera, el fútbol es de ellos, de los futbolistas. Los entrenadores podemos aportar algo, pero a veces si no molestamos mucho, también estamos bien. Sobre todo, lo que hay aquí es compromiso, tenemos un vestuario comprometidísimo. Del primero al último y desde el primer día. El año hubiese sido mucho más complicado para todos con otro tipo de personas ahí dentro. Cuando firmamos jugadores miramos muy en profundidad la persona, no solo el futbolista. Creo que es la clave de esta remontada.
En ese sentido, la situación de Valcarce y Cayarga es muy complicada una vez que no salieron en enero. ¿Es de los que piensa que es responsabilidad del entrenador recuperarlos o bien que ahora, en imagen espejo a los canteranos, deben tirar ellos la puerta abajo?
Es algo difícil, también para el entrenador. Yo tengo que empatizar con el futbolista. Yo fui futbolista y sé que lo están pasando mal. Cuando uno llega a un sitio con toda la ilusión y no le salen las cosas, lo pasa mal. Estamos intentando que en el día a día se sientan igual de tratados que el resto. Intentamos ponerles el listón ahí para que estén preparados por si les toca. Mira la semana pasada, en el primer partido que desde el banquillo pudimos decir ‘voy a gestionar minutos’. Pero sólo tienes cinco cambios y once jugadores en el banquillo. Tienes dos fichajes que quieres ver… Voy a hacer todo lo posible por mi parte para que se sientan parte de esto. Tratarles con todo el respeto y seguir exigiéndoles porque seguramente vamos a necesitar a todos.
Con los refuerzos que han llegado, el único jugador que parece que no tiene relevo es José Ángel. ¿Preocupa? ¿Tiene clara la solución?
Es lo que nos falta por descubrir. Los días que ha faltado José Ángel he apostado por Jaime y creo que hizo un muy buen trabajo en Tarazona. Tuvimos un montón de ocasiones, pero no entraron. En León creo que también hizo un buen trabajo, pero no fue un buen partido del equipo. Siempre buscamos en el sustituto jugador por jugador, pero cada futbolista es diferente, lo cambia todo. Hay jugadores que tienen condiciones más parecidas que cambian menos cosas. Nos falta por ver en un partido a Rubén y Villares, Salva y Villares, Rubén y Salva…
Ahora mismo da la sensación, tal y como juega el equipo, que necesita juntos a José Ángel y Villares para aguantar ese medio campo.
La apuesta que hacemos no es un capricho, también es por eso. Poner en el campo a Mella, Lucas, Yeremay, Davo o Barbero… Con cuatro jugadores tan ofensivos necesitas que los dos mediocentros sostengan el equipo.
¿Puede estar ahí la oportunidad de Salva Sevilla?
Salva tiene condiciones diferentes. Es verdad que nos da una salida de la pelota buenísima, continuidad en el juego… tiene mucha calidad. Pero tenemos dos jugadores como José Ángel y Villares que a nivel físico son muy poderosos. Abarcan mucho, roban mucho… Rubén es un mixto, pero estamos descubriéndolo, aún no sabemos lo que va a ser. No sabemos si va a ser más ‘6′ que ‘8′. Ha jugado más acompañado, menos… Tiene también una buena presión y buenas piernas que nos da sin pelota muchas cosas, pero a la vez tiene menos poso que Salva con el balón. Está en proceso. Es cierto que la única posición que no tenemos completamente doblada con algo muy similar es José Ángel. Tenemos la opción de Jaime, que la usé un ratito en pretemporada, me gustó y hablé con él. Lo había visto ahí cuando estaba en el Valladolid. Creíamos que podía hacerlo y cumplió. Llevamos unas semanas apostando por una estructura muy clara con cuatro tíos muy ofensivos y además, los laterales.
“Me parecía una pena que Mella tan sólo pudiera aspirar a ser el suplente de Yeremay, había que buscar la manera de que los dos jugaran juntos”
¿No se plantearon fichar en enero otro pivote?
El mercado se fue acabando y veías que no había nada de las condiciones que pretendíamos. Habrá que intentar que le pase lo menos posible a José Ángel, es un jugador muy difícil de encontrar. Es un futbolista de otra categoría y lo sabemos. Pero creo que con Salva, Rubén y Jaime lo podemos solventar.
¿Empiezan a mirar ya quiénes pueden ser los rivales?
Lo dijimos al principio, esto va a dar muchas vueltas. Lo que más me ha sorprendido de Primera RFEF es que se parece mucho más de lo que pensaba a Segunda. Este Grupo a lo mejor tiene menos nombre que el otro, pero tiene muchas piernas. Los filiales corren, es la hostia el físico que tienen los chavales de hoy en día. Va a dar más vueltas, aunque a estas alturas le pones cara y ojos a los equipos con los que nos vamos a jugar los cuartos. Pero nuestro camino es el siguiente partido, es el que llevamos y nos va bien. La gente lleva vacilando años a Simeone con lo de partido a partido, pero es la realidad. Si ves a Simeone en la banda cada partido, te confirma que ése es el último. Cada resultado lo cambia todo y en sitios como el Depor, más. Hay tanta expectación y obligación que una racha de cuatro victorias nos pone a todos con una sonrisa y cada derrota, en el infierno.
¿A quién mira entonces?
Quedan muchas jornadas, pero el Nàstic está solvente y la Ponfe, más allá de algún resultado, también. El Celta está en una muy mala racha de resultados, pero ya visteis lo que cuesta ganarles. En un equipo muy bueno, rápido, de talento y calidad. La Cultu también parece que está en un bache, pero es un equipo fiable. El Barcelona B, de la Real Sociedad B no me fío, el Lugo por ahí andará…
Como siga, llegamos hasta el Tarazona.
(Risas…). No, el Tarazona, no. He dicho seis o siete. Por ahí andarán los tiros. Sabemos que nuestro objetivo y la ilusión es acabar primeros.
Imaginemos que se asciende. ¿Qué parte de esta plantilla cree que podría competir en Segunda?
Mucha, mucha. Nos sorprenderíamos si este mismo equipo compitiese en Segunda. El mismo día del Tenerife, por ejemplo, que sacó un equipo que podía ser titular.
¿Qué porcentaje de jugadores?
Un porcentaje alto. Lo bueno es que acabamos de pasar el ecuador de la liga y los equipos y la gente crecen. Con una idea, un entrenamiento… los equipos se hacen mejores. Las diferencias no son tantas. Me acuerdo del Eibar que ascendió en dos años de Segunda B a Primera con Gaizka Garitano, yo estaba entonces en el Real Unión. De aquella plantilla que estaba en Segunda B igual mantuvieron 14 tíos y en el once había nueve. Si subiéramos a Segunda lógicamente alguna mejora se tendrá que hacer, pero pienso que tenemos una plantilla que podría competir en Segunda.
¿El 70% u 80%?
Sí, tranquilamente. Pero eso ojalá lo podamos debatir en septiembre.
Acaba de superar los 300 partidos como entrenador en España, concretamente 302. ¿Lo sabía?
Soy un afortunad... y viejo (risas…). Muchas batallas y batallitas, sí. Cuando empecé nada más retirarme tenía esa ilusión por se entrenador. Te vas llevando cornadas y claro, cuantos más años, más heridas. Pero muy contento y, sobre todo, viviendo el presente. No te puedes parar en el pasado. Además, tengo un presente que he soñado. Entrenar al Deportivo es un honor, un privilegio y un orgullo. Cada mañana que levanto me digo que tengo que hacer el mejor trabajo posible porque estoy donde quiero estar.