Gonzalo, contra todo

Si Gonzalo vuela, el Castilla sonríe. No han sobrado las alegrías en el filial blanco y, contra el Intercity, llegaron todas juntas. Una detrás de otra. En forma de goles. Un repóquer que permitió sacar los pies del lodo. Adiós al descenso. La posición, a estas alturas y con una Primera RFEF en un puño de acero, es una anécdota. No la recuperación del olfato. Sin gol no hay salvación. Con él, se puede respirar y también aspirar. Hasta tres de esos zarpazos que cocinaron el manotazo (5-0) llevaron la firma de Gonzalo. Su cuarto, quinto y sexto tanto en la temporada. Pichichi grupal, segundo máximo goleador de Primera RFEF. Capitán y capital para Raúl.

Un penalti y dos testarazos. El primero, una pena máximo donde no dudó. Ni para mostrar sus galones al agarrar el balón ni para enjaularlo. El último, con un salto a lo Cristiano, su ídolo. Porque el 7 a su espalda no casual. Ni los ‘siu’ con los que acostumbraba a celebrar cuando era el killer de Arbeloa. En el juvenil de los récords que trituró en lo nacional (Liga, Copa y Copa de Campeones). Sólo el AZ hizo sangrar a aquel equipo que marcó 157 goles, 41 de ellos (35 anotados y seis asistencias) generados por ‘Golzalo’, como le apodaron sus compañeros. Con más de 100 tantos en toda su carrera en La Fábrica, ahora son cinco en los últimos tres partidos. Y esos seis en total colocan al todoatacante (fluctúa entre ambas bandas y el centro) sólo por detrás de los siete goles de Davo (G. Segoviana). Así como medalla de oro, junto al bético Souleymane y al emeritense Liberto Beltrán, en contribución ofensiva (ocho) al añadir sus dos asistencias a la ecuación. En un Castilla con la pólvora mojada, Gonzalo se ha colocado el traje de artillero.

Y de líder. Estaba llamado a serlo y así está siendo. La mejoría blanca la conjuga su crecimiento. En puntería e importancia en el juego. Pues la incidencia no se mide sólo en zarpazos. La inteligencia artificial que Olocip aplica al mundo del fútbol le perfila como el Sub-20 más decisivo de la categoría. Con sus acciones, medidas no solo cuantitativamente sino también de manera cualitativa, ha generado 3,85 goles más de los esperados. Amén de ser tercero en regates en zona peligrosa (13), segundo en toques en el área (44), cuarto en tiros (30) y líder en goles de cabeza (dos), disparos dentro del área (26) y a portería (19). Volaron Nico Paz, Mario Martín, Obrador, Marvel, Carrillo, Álvaro Rodríguez... Se lesionó César Palacios y Manuel Ángel ha enlazado dos percances que apenas le han permitido disputar media hora. Contratiempos que han obligado a Gonzalo a alzar la voz y dar un paso al frente. A rebelarse contra todo.

El techo de cristal

El objetivo primario es golear para tranquilizar las aguas castillistas. Para liderar la salvación y, a partir de ahí, escudriñar aspiraciones mayores. Paso a paso. No obstante, en la mente de Gonzalo, como en la de cualquier chico de La Fábrica, está el salto. Alcanzar el primer equipo. Y en el caso del madrileño ya lo ha paladeado. La temporada pasada, con Vinicius lesionado y sin más delanteros que Joselu y Rodrygo, Ancelotti optó por la misma táctica que en el presente: buscar en casa lo que no vino ni iba a venir de fuera. Ahora se necesitan centrales y doses y Asencio y Fortea acudirán a la llamada. 12 meses atrás el elegido fue Gonzalo. Rompió ese techo de cristal.

Llevaba apenas seis meses en el Castilla y convenció a Ancelotti. Cuando todos miraban al Toro, Gonzalo le adelantó por la izquierda. Sorpasso. Entre el 26 de noviembre y el 21 de diciembre, fue uno más. Convocado en seis de siete partidos y enlazando participaciones ante el Cádiz (12′) y el Granada (5′). Fueron apenas 19 minutos, pero una tonelada de experiencia y experiencias. A Carletto le gustó (y le gusta) su habilidad para moverse por todo el frente de ataque, su potencia (en Valdebebas siempre han destacado su tren inferior) y su sacrificio. Pensar en otra etapa como interino con los mayores ahora es complicado. La competencia cierra puertas (Vinicius, Mbappé, Rodrygo, Brahim, Endrick, Güler...). Mientras vuelve a aparecer una rendija, Gonzalo pide paso desde el Castilla. No hay mejor llave que el gol.

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