Fin de fiesta en Castalia

Castellón y Deportivo encienden esta noche en Castalia (21:00 horas) los últimos fuegos artificiales de la temporada. Ambos quieren llevarse la corona de campeón de Primera Federación, pero también saben que lo verdaderamente importante fue conquistar el reino de Segunda. La fiesta final tendrá además ambientazo con un estadio que se llenará para dedicar el último aplauso a los de Jan-Dirk Schreuder. El mismo que recibieron los coruñeses el pasado miércoles en Riazor, en donde sacaron una ligera ventaja (2-1). La misión de los blanquinegros será remontarla. Si la igualan, habrá prórroga. Y si todo sigue en tablas, penaltis.

El encuentro sirve como un perfecto ejemplo, y a la vez escaparate, de la superioridad que han demostrado ambos equipos frente a sus rivales. Los castellonenses exhiben como carta de presentación intimidatoria ser el mejor local de los dos grupos al sumar 46 puntos, marcando además nada menos que 47 goles en 19 partidos. Para compensar los méritos, los de Idiakez acuden con la medalla en el pecho de mejor visitante de Primera Federación (38 puntos y 32 goles) y una racha de 20 encuentros consecutivos sin besar la lona.

Donde la balanza se inclina a favor del Castellón es en el apartado físico. Idiakez afrontó la ida con nueve bajas y por ello le dio un gran valor a la victoria en Riazor. Para esta noche recupera a Barbero, Balenziaga y Cayarga, pero ninguno parece preparado para ser titular. A esto se añade la paliza extra que se han pegado Lucas Pérez y Villares, que el viernes jugaron un amistoso con Galicia ante Panamá y después viajaron hasta Castellón por carreta. Para Dirk Schreuder todo son buenas noticias. Recupera Iago Indias y Mamadou Traoré, además de al portero Brian Schwake tras cumplir sanción.

Si se repite en Castalia lo visto en A Coruña, lo que está garantizado es el espectáculo. El partido de ida fue de todo menos cerrado, con más dominio blanquinegro pero igual peligro en ambas áreas. De hecho, lo único que se quedó corto fue el marcador por las ocasiones erradas y los porteros. El último ingrediente en el cóctel será el de la emotividad con la despedida de dos ilustrísimos veteranos. El primero es Haris Medunjanin, que a sus 39 años cuelga las botas. El bosnio, con pasado blanquiazul, ya se llevó la ovación de Riazor cuando fue sustituido. Hoy será el turno de Castalia. El otro es Mikel Balenziaga. El ex del Athletic, con más de 500 partidos a sus espaldas, no seguirá en el Depor por decisión propia a pesar de tener otro año de contrato. Lo de colgar las botas o no, lo decidirá durante el próximo mes tumbado en una hamaca bajo el sol.

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