El otro derbi de Barcelona deriva en una auténtica locura
Siete goles en 45 minutos, una primera suspensión por lanzamiento de objetos, una valla que cede en el 3-5, el aplazamiento definitivo, el debut increíble de Suzuki… Eso y más fue el Europa-Sant Andreu.
Se le conoce como el partido de la Vila contra el Poble. Gràcia contra Sant Andreu. El otro derbi de Barcelona, sin los focos del Espanyol-Barça pero con la misma pasión para quienes lo viven. Y este domingo por la tarde, en el Nou Sardenya, se volvía a poner de relieve. De hecho, se sublimaba. Porque lo vivido entre CE Europa y UE Sant Andreu se puede calificar de auténtica locura.
Desde el punto de vista futbolístico, la primera mitad del encuentro fue demencial, con siete goles (3-4), celebrados lógicamente con euforia en los respectivos banquillos, Alberto González (hermano del también exjugador y técnico Sergio González) y Aday Benítez (ex del Girona) en el local, Xavier Molist y Cristian Gómez (ex del Espanyol y del Real Madrid) en el visitante. Pero ya antes del descanso se tuvo que suspender momentáneamente por el lanzamiento de algún objeto al terreno de juego. Por suerte, se pudo reanudar.
Y fue en el minuto 49 del partido, de Segunda RFEF, cuando se acabó de desatar la locura. Anotaba Marc Jurado (ex de la Damm y cedido por el Valencia al Sant Andreu) el 3-5 y, en la celebración, cedía la valla que separaba a los aficionados del equipo ‘quadribarrat’ del césped, al más puro estilo de lo que hace dos décadas le sucedió a Claudiu Raducanu en un Villarreal-Espanyol en El Madrigal. Afortunadamente, todo hace indicar que salvo alguna contusión no hay que lamentar daños personales.
El caso es que, como es lógico, se detuvo de nuevo el encuentro. Y fueron pasando los minutos, con los grupos de animación cada vez más enérgicos. Los Eskapulats, del Europa, en un Gol. Los Desperdicis, del Sant Andreu, en otro, el afectado. Hasta que se tomó la decisión de suspenderlo definitivamente, a falta de una solución para esa valla que garantizase la seguridad de los seguidores.
“Me duele mucho que pase algo así, porque el partido estaba siendo un espectáculo único. El campo, siendo municipal, es una instalación antigua, aunque nosotros intentamos cuidarlo. Espero que solo quede en daños materiales”, se lamentaba Hèctor Ibar, presidente del Europa, en los micrófonos de Betevé y La Xarxa, que brindaron conjuntamente una emisión televisiva impecable de todo lo acontecido.
Como, por ejemplo, la reacción del nuevo propietario del Sant Andreu, que el pasado jueves hacía efectiva la compra y que por tanto se estrenaba en este encuentro. Primero se le veía en el palco sin dar crédito a lo que estaba viendo Taito Suzuki. Pero el japonés acabó cruzando el terreno de juego hasta acercarse a su afición para interesarse por su situación física tras el incidente de la valla.
“Es una pena que se haya caído la valla y no se pueda mantener la seguridad de la gente, porque estábamos viviendo un partido muy bonito para ambas aficiones”, manifestó John Neeskens, futbolista del Europa e hijo del malogrado mito del barcelonismo Johan Neeskens. “Nos han dicho que hacía tiempo que la valla estaba mal, pero que no se acababa de arreglar”, desveló Nil Torreguitart, portero del Sant Andreu.
Y tras el intercambio de impresiones y algunas cargas policiales a la salida del Nou Sardenya, queda ahora en el aire cómo se resolverá este otro derbi de Barcelona, al que le faltan al menos 41 minutos por disputarse. Un capítulo más de una rivalidad histórica, que esta temporada no solo se repetirá en la segunda vuelta, en el Narcís Sala, sino que podría darse también en la Copa Catalunya y, más difícilmente, en la Copa del Rey, donde ambos conjuntos siguen vivos.
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