El nuevo Castilla arranca al ralentí a pesar del doblete de Gonzalo
Un doblete del ‘17′ remontaba un autogol de Marvel, pero un penalti convertido por Dani García colocó las tablas. Mucho dominio y poco premio para los de Raúl.
Ya no están los Arribas, Dotor y Rafa Marín, a quienes un tanto de Juanto en Elda, en el 115′, les arrebató el sueño de plata, pero sí la generación 2004. Nico Paz, Álvaro Rodríguez, Obrador, Vinicius Tobias, Manuel Ángel, Palacios, Mario Martín (su lesión en el hombro le tiene en el dique seco de momento), Edgar... y el killer: Gonzalo García. Aunque parta de banda y luzca el 17, Gonzalo es nueve de espíritu. Por instinto, por olfato y por un matrimonio con la portería rival que no huele a divorcio. 35 goles marcó la temporada pasada para ser el pichichi del Juvenil A de Arbeloa, el de Triplete, y ya oposita a killer de Raúl. No obstante, esta generación debe luchar contra las desconexiones y la inexperiencia, como las anteriores, si no quiere remar contracorriente con demasiada asiduidad. Mucho talento... que ya sabe cómo se las gasta la categoría. Gonzalo y su doblete no fueron suficientes ante el Melilla.
Como Ancelotti, Raúl también arrancó el curso estrenando esquema. Adiós a los tres centrales, aunque la propuesta es similar. Balón, balón y balón. Incluso más. Ante un Melilla contemplativo de inicio, conscientes de que su opción era hincar el diente al error, aprovechar los pulmones y el olfato de Dani García, criado en La Masia, y potenciar el balón parado aferrados a la zurda de González. Así se plantaron los de Rivera, mientras los chicos del Siete buscaban proponer. Sin Arribas ni Dotor en la sala de máquinas y a la espera del regreso de Mario Martín, Nico Paz y Manuel Ángel, con Edgar de coche escoba. Pero entre caracoleos, la sustitución de Armenteros (canterano blanco y ahora en el bando rival) por lesión y acercamientos tímidos, llegó el jarro de agua congelada. Un balón a la espalda de la defensa lo batalló Dani García y Marvel, en su ímpetu por apagar el fuego, incendió la portería propia ante un Cañizares que solo pudo hacer la estatua.
Tocaba reiniciar y no tardó en hacerlo el Castilla. Álvaro fue un quebradero de cabeza para Suárez en lo físico, pero la remontada, como anticipábamos, no fue obra del 9, sino del nueve. Un chut de Obrador, muy activo en su costado, terminó en córner y ahí apareció la bota izquierda de Nico. El viernes en Vigo con los mayores, el domingo en Valdebebas para poner la primera piedra del renacimiento con un centro medido que Gonzalo cabeceó. Ya había dejado el 10 un par de gestos que auguran disfrute al Di Stéfano. Pero el actor principal de la primera parte era el killer. Gonzalo cazó un estupendo balón del Toro, que estuvo para todos en los primeros 45 minutos, y enjauló la remontada.
Remontada momentánea, porque poco después del refrigerio Obrador cometió un penalti que Mallo Fernández no dudó en señalar y Dani García en convertir. El ariete engañó a Lucas Cañizares y volvía a congelar al Castilla, que se trató de atemperar con la receta del empate. Córner botado por Nico y cabezazo a la red. Álvaro Rodríguez en esta ocasión, pero el efecto del centro hizo que el balón saliera por línea de fondo. Anulado y a volver a la piragua. Para remar, Raúl comenzó a agitar el árbol y Peter y Theo, dos de los ‘veteranos’, entraron en escena. E instantes después, ‘uy’ mayúsculo. Un gran envío de Obrador acabó en volea de Tobias, de lateral a lateral... y al palo. La grada comenzó a apretar y el Melilla, recién ascendido, veía cómo podía rascar un punto en su estreno en la categoría de bronce. El Castilla fue mucha intención, mucho balón colgado y poco colmillo en el tramo final. Mucho dominio, poco premio y un consuelo: con Gonzalo, Raúl tiene el polvorín cargado.