DEPORTIVO

El Deportivo, tan cerca y tan lejos

Tras siete jornadas, suma sólo un punto menos que la temporada pasada, pero el resto de cifras y, sobre todo, las sensaciones, no invitan al optimismo. La competencia es mayor.

Juan AguadoDIARIO AS

Después de siete jornadas, el Deportivo sigue sin arrancar y la parroquia blanquiazul comienza a perder la paciencia. Y no se trata tanto de una cuestión de números lo que tiene la continuidad de Borja Jiménez pendiendo de un hilo. Porque, de hecho, el arranque de esta temporada no es demasiado diferente a la anterior si nos fijamos en la clasificación. A estas alturas, el Depor 21/22 sólo tenía un punto más, pero también es cierto que carecía del bagaje del actual, con el peso del ascenso frustrado y una continuidad en el proyecto que debía haberle permitido empezar desde una situación de ventaja. Además, ha empeorado en el resto de cifras:

Marca menos, encaja más

Uno de los motivos que le están impidiendo al Deportivo tener mejores resultados es la fragilidad en las áreas. Algo que precisamente lo aupó el año pasado al liderato mientras encontraba la consistencia como equipo. Ahora mismo acumula sólo 8 goles a favor por los 13 de la pasada campaña... y con sus delanteros atravesando un bache preocupante.

En su propia portería no ha logrado mejorar. Y aunque los datos no son muy diferentes (seis encajados ahora por los cinco de hace 12 meses), la sensación de inseguridad es alta y el equipo deportivista ha estado en por detrás en el marcador en cuatro de los siete encuentros.

Mayor competencia

Tampoco ayuda a serenar los nervios ver cómo los rivales han empezado la temporada en gran estado de forma. Sobre todo dos rivales que, como el Depor, también acabaron bien el año pasado y participaron en playoff. El Racing de Ferrol y el Linares, próximo rival que pasará por Riazor, todavía no han perdido y tienen ya siete puntos de ventaja sobre el equipo blanquiazul. Y el Córdoba, otro de los favoritos, está a cuatro.

Involución de piezas clave

‘Continuidad’ fue la palabra más repetida desde la Plaza de Pontevedra durante el verano y era la seña de identidad del proyecto. Mantener al entrenador y a los jugadores importantes, retocándolos con piezas nuevas que marcaran diferencias. De momento, ninguno de los fichajes, salvo el potencial de Rubén Díez, ha dado un paso al frente. Pero más preocupante es la involución de jugadores que fueron piezas clave en un equipo que hizo más de 70 puntos. Los Lapeña, Jaime, Mackay, Quiles y compañía no están ni cerca del nivel que mostraron en su primera temporada en A Coruña.

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