El Deportivo se obliga frente a un Sanse revitalizado

El Deportivo saltará al Matapiñonera (12:00 horas) conociendo los resultados de todos sus rivales directos. El Alcorcón no falló en casa ante el Talavera, mientras que el Castilla asaltó el Arcángel. Así, los coruñeses se obligan a ganar para seguir el ritmo de cabeza en una jornada que el mayor botín consistiría en dejar al Córdoba a cuatro puntos. Para ello saben que tendrán que mejorar su rendimiento como visitantes, su talón de Aquiles hasta la fecha. Intratables en Riazor, los gallegos bajan enteros lejos de A Coruña y saben que si no tapan esa fuga de puntos el ascenso directo será una quimera. No será sencillo porque el Sanse ha tomado un nuevo impulso con la llegada de Lobo al banquillo. Dos victorias de dos con el técnico madrileño para recuperar aliento y, por qué no, soñar con un playoof que está a seis puntos.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, el nombre propio del partido no será Lucas Pérez, será Arturo. El delantero murciano regresa a la que fue su casa hasta el 31 de enero después de su sorprendente fichaje por el Deportivo. Un hijo pródigo, que tal y como hiciese el de Monelos con el Cádiz antes de aterrizar en A Coruña, se despidió con gol de su afición en la victoria ante el Mérida. En principio hoy comenzará en el banquillo, pero el previsible cambio de sistema de Cano para jugar con dos delanteros multiplica sus opciones. Svensson parece el elegido para acompañar a Lucas, aunque no es descartable una sorpresa. Tres de los otros cuatro fichajes invernales debutaron como titulares a las primeras de cambio y si hay algún jugador que conozca bien todos los rincones de Matapiñonera, ése es Arturo.

El que tiene totalmente claro el sistema es Lobo, que desde su llegada ha implantado una defensa de cinco que le ha venido como anillo al dedo al Sanse. El plan pasa por no cometer errores en la salida de balón, conceder poco y aprovechar los resquicios de los blanquiazules a la contra y a balón parado. Tampoco quiere riesgos gratuitos Óscar Cano, consciente de que llevar el peso del partido no es garantía de nada, y menos en Matapiñonera. El previsible cambio a un 4-2-3-1 en lugar del habitual 4-3-3 tiene una doble motivación. Por un lado, la baja por sanción de Rubén Díez limita la capacidad de combinación del mediocampo blanquiazul. Por otro, tener dos delanteros permite apostar por un fútbol más directo si el partido lo requiere y que Lucas, con un acompañante en ataque como Svensson, pueda jugar más liberado.