El Depor resucita

Arrancó la era Óscar Cano en el Deportivo. Arrancó con una victoria, tan sufrida y necesaria como justa. Una victoria con valor por varios motivos. Uno, por no ver el primer puesto a años luz. Dos, por la necesidad de llenar el saco de la autoestima, muy tocado y vacío en el inicio de liga. Tres, porque se logró ante un equipo que había empezado imparable esta liga y que llegaba como invicto a Riazor. Es el primer partido del técnico granadino y sería alocado echar las campanas al vuelo, pero los coruñeses estuvieron estructurados, dominaron el encuentro con lógicas fases de sufrimiento, tan o más intensos que el rival y generaron más ocasiones de gol que en toda la temporada. Bien en los colectivo y buenas noticias en lo individual. La primera Quiles, por su gol y dominio del juego. La segunda, y más sorprendente, un Svensson que estuvo en todas y mereció el premio del gol. Una lista acompañada de Antoñito, Olabe o un Rubén Díez que vio puerta y sigue a un alto nivel. Para el Linares, honroso partido pero nueva decepción en A Coruña, un lugar en el que nunca han puntuado y en el que voló el playoff de ascenso la pasada temporada.

La primera incógnita del partido era el once elegido por Óscar Cano para su puesta de largo con el Deportivo, con la primera titularidad de Svensson y la primera suplencia de Villares, como grandes novedades. La otra era la puesta en escena, que no fue nada mala a pesar de la presión y el orden del Linares con la alternancia de las salidas desde atrás y balones en largo como variante. Juego más fluido, sin nervios en la construcción y dos remates con peligro de Svensson y Quiles. Dominio y todo relativamente correcto, pero insuficiente para descolar a los jienenses. Siguió insistiendo el sueco, primero con un remate a centro de Antoñito; luego con una conducción de potencia para asistir a Quiles, que con un toque sutil batió por bajo a Casado. Primer gol de la temporada de un delantero del Depor. Primer gol de Quiles después de casi 700 minutos de sequía ante el Linares, precisamente el último equipo al había marcado. Desmelene local y 2-0 de Rubén Díez solo tres minutos después de otra llegada por la banda derecha que administraba Quiles y recorría Antoñito. Pero este Depor parece peleado con la felicidad, con la tranquilidad. Así, al borde del descanso, el talentoso Fermín quebró a Bergantiños para colarse por la línea de fondo del área y servir el 2-1 a placer a Corral.

Buscando la puntilla

El agitado final del primer tiempo tuvo consecuencias en el inicio del segundo, con un Alberto consciente de que el partido estaba a un gol de distancia, pero también que necesitaba cambiar cosas ante la superioridad local. Paso adelante del Linares y dos equipos con peligro con balón y sufriendo cuando no lo tenían. Vértigo de área a área sin control y un duelo pendiente de decantarse por el acierto. En esa tumba abierta, la tuvo Quiles, pero sacó un defensa. La tuvo Soriano, pero no era su día. Mucho perdón para un Depor que lejos de caer en los nervios volvía a tomar las riendas del partido. Pasado ese tramo sin premio, el Linares se volvió a lanzar hacia la portería de Mackay en el último cuarto de hora y los de Óscar Cano buscando la sentencia a la contra o en un robo. Pero ya no ocurrió nada más para cerrar un partido que tuvo 86 minutos de intenso fútbol y seis en los que se concentraron los tres goles del encuentro. Buen estreno para el Depor de Óscar Cano, que pese a lo corto del marcador estuvo mucho más cerca de golear que de ceder un empate.