El Castilla sigue atascado
Cuarto partido consecutivo de los de Raúl tras el empate ante un Mérida muy respondón. Los ases fueron Mario de Luis y Palomares. Se aleja el sueño del ascenso directo.
El Castilla sigue atragantado. Cuarto partido consecutivo sin ganar para los de Raúl, que se atascan y ven cómo el sueño del ascenso directo se olfatea lejano (cuartos, a cuatro puntos del Alcorcón que juega a las 18:00 horas). Casualidad o no, en tres de los cuatro pinchazos no estuvo Álvaro Rodríguez... Algo ha dejado de funcionar. El Mérida se plantó en el Di Stéfano con un plan claro y no solo inhibió el fútbol blanco, sino que amenazó por momentos con rascar algo más. Algo que también mereció el Castilla. Por algo Mario de Luis y Palomares fueron los ases de un empate donde la voluntad no fue suficiente.
Juanma Barrero apostaba por explotar sus armas en la previa y no tardó el Mérida es seguir a pies juntillas las directrices. Por mucho que el técnico no estuviera en el banquillo (sancionado). Mucha presión en zona intermedia, trastabillar la construcción castillista e inhibir la incidencia de un Arribas que no se encontraba cómodo. Bajo ese dogma construyó el equipo romano una muralla en los primeros minutos que obligó a Mario de Luis a intervenir a un chut peligroso de Meléndez y a ver cómo Copete instalaba nuevamente el ‘uy’ en la grada del Di Stéfano con otro lanzamiento lejano. Las transiciones extremeñas obligaban a Marvel y Rafa Marín, muy seguros, a recular. Y a Raúl a modificar pizarra.
El Siete innovó de inicio, con Theo y Aranda en lugar de Álvaro Martín y Obrador. A priori, el 3-4-2-1 habitual. Hasta que la pujanza visitante mutó el esquema a un 4-2-3-1 donde Peter abandonaba el carril zurdo para percutir como extremo diestro y Aranda, el más activo en el desborde, se abría en el perfil opuesto. No tardó en recoger frutos el Castilla. Primero Theo probó a Palomares y después llegó la ocasión con mayúsculas. Noel, el nueve en ausencia de un Álvaro cuyas cinco amarillas le descartaron, se revolvía en el área en una jugada ratonera en la que se anticipó al a defensa que terminó con un paradón tremendo del meta emeritense. Otro Castilla llegaba al descanso con bríos renovados.
Sin corsé ni puntería
Y tras el refrigerio, sin corsé. Peter rozó el primero con un zurdazo desde la frontal al palo corto que la estirada de Palomares desbarató. Instantes después, una combinación entre Arribas y el extremo terminó con el ‘10′ frente al meta rival, pero la definición salió muy centrada. Y Aranda y Peter no paraban de encarar y instalar nervios en la zaga emeritense, que mostraba las primeras fisuras tras una primera parte de matrícula. Eso sí, Cinta y Érik asustaban a la salida de sendos córners y Sandoval se colaba para hacer a Carrillo aparecer de manera providencial. El Mérida, con el ex de La Fabrica Dani Lorenzo como lanzadera, seguía con el plan claro. Mientras, Raúl agitaba la coctelera con Nico Paz y Álvaro Martín, colocándose Arribas como falso nueve. No tardó Nico en presentarse en sociedad. Un disparo de 30 metros que perdió mordiente por el efecto y luego una bandeja de cabeza como punta. Gana peso el hispanoargentino para Raúl.
El encuentro comenzaba a conjugarse desde la verticalidad. Un ida y venida donde Nando Copete, después de quebrar a Carrillo, se equivocó al elegir palo corto en lugar del largo y mandarla ligeramente desviada. Cinta también aprovechaba otra transición para probar la seguridad de Mario de Luis con un remate escorado. Se había sacudido el Mérida la presión y volvía a encontrarse cómodo olfateando el gol a través del contragolpe vertiginoso. El experimento de perder referencia no gustó a Raúl e Iker Bravo, junto a Álex Jiménez (Vini Tobias estuvo desaparecido), hacía su aparición con 20 minutos para reivindicarse. No pudo ser. El Castilla veía cómo amenazaba un nuevo traspié. Aranda, Arribas, Nico... Mucha presencia, pero sin concreción. Y aparecía otro de los hombres de la temporada: Mario de Luis. El meta se imponía a Dani Lorenzo en un mano que olía a derrota merengue. El ímpetu local de los instantes finales no fue suficiente. El Castilla sigue atascado.