El brazalete le carga el depósito a Villares para la recta final

“Hace mucho que lo venimos comentando. Conociéndolo, sabiendo cómo funciona y cómo es él, sabíamos que iba a ser mejor futbolista cada día y ha hecho un partido brutal”. No es la primera vez que Imanol Idiakez destaca la capacidad de progreso de Diego Villares. No es el vasco, tampoco, el primer técnico al que el de Vilalba encandila desde el primer momento en el que se pone a sus órdenes. Porque así se escribe la historia del ‘Pulpo’ desde su llegada al primer equipo del Deportivo, superando reto tras reto y elevando su nivel en cada conquista hasta convertirse en uno de los líderes del equipo.

Rubén de la Barrera, Borja Jiménez, Óscar Cano y ahora Idiakez. Ninguno se resistió a todo lo que ofrece Villares en el terreno de juego. El mejor soldado para cada entrenador, pero cada vez con más galones y ascendencia sobre sus compañeros. La última muestra de ese liderazgo ha llegado en las últimas semanas, con la baja de Lucas, asumiendo un brazalete de capitán que, lejos de pesarle, lo ha impulsado a recuperar su mejor versión.

Porque un año más, Villares ha vuelto a ser de todo. Su compromiso y capacidad de adaptación hace que los técnicos lo utilicen allá donde aparece una grieta. Si la temporada pasada su posición secundaria fue la de lateral derecho, esta campaña le tocó ejercer prácticamente de delantero durante varios tramos de la primera vuelta. Fue el sostén del Depor en los peores momentos, manteniendo siempre un nivel más que notable, pero el esfuerzo acabó pasándole factura.

Una lesión muscular en enero y las goleadas del equipo en febrero mostraron su versión más terrenal, pero sólo era un instante de respiro para volver en el momento justo. Capital en Majadahonda y Cornellá, su exhibición ante Unionistas deja claro que vuelve a tener el tanque hasta arriba de gasolina para las últimas siete finales por el ascenso.

Más responsabilidad con balón, misma fiabilidad defensiva

Porque Villares ha sido uno de los protagonistas en la última vuelta de tuerca de Idiakez. El técnico ajustó tras los problemas que Nàstic y Sabadell habían planteado en la salida de balón y le tocó asumir más responsabilidad con la pelota y ligeramente desplazado a la derecha. Una tarea que está resolviendo con categoría, tanto a la hora de elegir la mejor solución para el compañero como cuando tiene que interpretar el espacio libre para estirar al rival.

Todo ello, por supuesto, sin perder un grado de agresividad e inteligencia cuando toca defender. Fue una pesadilla para Unionistas y en la segunda parte incluso pudo poner la guinda con un gol marca de la casa. Robo en la frontal y disparo ajustado que se marchó por muy poco. Únicamente las tarjetas parecen poder frenarlo en este tramo final en el que está apercibido. Será un encuentro y, viendo los precedentes, sólo se pueda esperar que vuelta todavía a mejor nivel.

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