Borja Valle, invitado al eterno match-ball del Deportivo

Después de la tempestad, viene la calma. Un conocido refrán que, desde luego, no es aplicable al Deportivo. El equipo coruñés vive en un continuo ultimátum víctima de sus propios errores después de una nefasta temporada. Tan mala, que prácticamente ha dicho adiós al ascenso directo cuando se va a iniciar la segunda vuelta. Diez puntos le saca el líder, nueve el segundo y ocho el tercero, como para creer en milagros. El visitante de Riazor este domingo (19:00 horas) es precisamente el primero, una Ponferradina que sí está cumpliendo con su rango y que podría ponerle la puntilla a los herculinos. Serían trece puntos, más de cuatro partidos de distancia, con el golaverage de postre después del empate en El Toralín en la primera vuelta. Todo un festín que están obligados a evitar los coruñeses para esquivar el eterno macht-ball en el que se han condenado a vivir.

Si el Depor está ante una nueva final, Idiakez vivirá el tercer capítulo de su todo o nada al frente del banquillo. La primera bala la evitó ganando en el Johan Cruyff (1-2). Dos semanas después hizo lo propio en la visita al Arenteiro (1-2) para garantizar que se tomaría las uvas en A Coruña. Dos victorias en las que Davo, autor de tres de esos cuatro goles, se convirtió en su ángel de la guarda. El siguiente Rubicón era un mes de enero envenenado con partidos ante los cuatro primeros. Cara ante el Real Sociedad B, cruz el pasado domingo con la Cultural y de nuevo juicio, esta vez ante la Ponferradina. La defensa que hizo Fernando Soriano del técnico el pasado miércoles fue todo menos convincente. Una respuesta tan fría como la velocidad a la que está recibiendo Idiakez los prometidos refuerzos de la secretaría técnica. Ni rastro del delantero. Rastros con decepciones y negociaciones sin fumata blanca con el interior derecho.

A la falta de refuerzos se unen los problemas en defensa por la sanción de Balenziaga, una lateral sin recambio en la plantilla. El técnico tendrá que hacer encaje de bolillos ya que otras dos piezas titulares de la retaguardia, Pablo Martínez y Paris Adot, llegan entre algodones. Ximo, Barcia, Jaime, Pablo Martínez… combinaciones que se decidirán en el último momento. Lo positivo es el regreso de José Ángel y el recién renovado Villares, el intocable centro del campo que el equipo echó de menos en León. La última duda está en ataque, entre el explosivo Mella o el salvador Davo. Más claro lo tiene Íñigo Vélez en una Ponferradina que aterriza en Riazor cargada de confianza. Líder, campeón de invierno, invicto a domicilio y con fichajes de enero ya en la plantilla. Uno de ellos es Borja Valle, que estrenó titularidad el pasado fin de semana con gol en la contundente victoria en Logroño (0-3). El berciano, muy querido en A Coruña, jugó con el Depor en Primera y en Segunda e hizo las maletas tras el descenso. Hoy regresa como invitado y amenaza a un Riazor que busca su tercer triunfo consecutivo para agarrarse a algo.

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