REAL VALLADOLID PROMESAS

Baptista dice basta: “Tenemos que hacer una reflexión como club”

El entrenador del Real Valladolid Promesas lamenta que internamente no se estén haciendo “las cosas de la mejor manera” a la hora de utilizar a los canteranos.

Real Valladolid

Varias han sido las ocasiones en las que Julio Baptista ha expresado, de manera más o menos clara, el malestar que está generando a nivel interno la gestión de Paulo Pezzolano para con jugadores de la cantera. Este domingo, el entrenador dijo basta en la rueda de prensa y mostró una divergencia profunda con cómo se están gestionando los minutos de jugadores llamados a estar en su plantel y que no lo están, a veces en forma, a veces en tiempo, y a veces ambas.

Casi dos meses después, Tunde volvía a ser titular ante el Ourense. Garri lo era por segunda vez en la semana después de más de un mes sin jugar. Frimpong completaba el trío de filiales con una docena de minutos disputados en los últimos 30 días. Se trataba de eso, de que jugaran. Sin embargo, el técnico brasileño se enteró de que dispondría de ellos tres 14 horas antes del inicio del choque ante el Ourense y sin tenerlos en una sola sesión de entrenamiento. “Esta es una competición profesional, que requiere de mucho trabajo para hacer las cosas bien y conseguir competir, y al final, llegamos y yo tengo que enseñar a los chicos cómo hacer comportamientos tácticos en un iPad antes del partido”, lamentó Baptista.

El técnico descargó la culpa de los chicos, dado que “están haciendo lo que pueden”, aunque recordó que “bajan sin los minutos adecuados de competición y no están para competir”, una cuestión con la que, sin citarle, apuntó directamente a Pezzolano, que fue quien, por ejemplo, le impidió convocar a siete jugadores con licencia de cantera la semana pasada, aduciendo unos difícilmente comprensibles problemas de logística. “Yo llevo trabajando aquí cinco temporadas y siempre he hecho la labor de entrenador de club, pero en este momento creo que deberíamos dar una vuelta a la situación”, aseveró.

Rotundo con esta circunstancia, afirmó que “la forma en la que se están haciendo las cosas no es la más adecuada”, dado que la Segunda RFEF “no es una competición de niños”. “Yo entiendo que cuando se pierde las hostias siempre van a ser para mí, pero la competición exige estar al máximo nivel; es una categoría profesional y si no la tratamos como tal no nos va a dar para competir con ningún equipo. Todas estas cosas te hacen ser un peor equipo”, ponderó, después de asegurar que él tenía un once, trabajado con el plan de partido semanal, pero alterado porque “hay una orden de arriba de que hay jugadores que tienen que tener minutos”, una orden diferente a la dada en otros momentos y sin ese trabajo previo. “Si cambias el último día, es delicado. Es una reflexión que tenemos que hacer: si esta es la dirección que queremos tener como club”, emplazó a hacer.

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