DEPORTIVO

Álex Bergantiños: “Mi carrera es una pirámide y ahora me toca bajar peldaños con naturalidad”

Álex Bergantiños acaba de entrar en el Top-10 histórico del Depor. Con la meta del ascenso, habla del impacto Lucas y reflexiona a fondo sobre su posible adiós y la cantera.

Jesus Sancho (Sanchofoto)Diario as

Alejandro Bergantiños García (7/6/1985) es el santo y seña del Deportivo en esta última década. Formado en Abegondo y tras pasar por todas las categorías del club, acaba de entrar en el el Top-10 histórico de jugadores blanquiazules. Desde la experiencia, el capitán coruñés analiza en profundidad y sin populismos el éxito de la cantera, su recorrido y futuro. A sus 37 años, la llegada de Cano le ha relegado al banquillo y es consciente que el final se va acercando, aunque no decidirá “hasta que termine la temporada”. Con el ascenso entre ceja y ceja, habla sobre la situación del club, Lucas Pérez, el fenómeno Depor, sus planes para cuando decida colgar las botas…

No ha podido con Lucas en la subasta de camisetas…

(Risas...). Es imposible superarlo, sobre todo a nivel mediático. Pero es normal después de lo que ha hecho, es algo excepcional, y con lo gran jugador que es. Nos ha dado un soplo de aire fresco a nosotros y al aficionado en general.

Al menos su camiseta fue la segunda mejor pagada…

Solo puedo agradecer ese cariño de la gente hacia mí. Y si además sirve para que el club recupere dinero y vuelva cuanto antes al fútbol profesional, toda ayuda es poca.

Al margen de camisetas. ¿esperaba un impacto tan enrome de Lucas en el positivismo que ha despertado y, sobre todo, con sus goles y juego?

Lucas es de otro nivel, estaba en Primera y siendo importante. Lo conocemos de sobra de sus otras etapas aquí o de jugar en grandes clubes europeos. Es un jugador diferencial y lo está demostrando rápidamente. Incluso a nosotros nos sorprende lo rápido que se está viendo su impacto. Ojalá lo mantenga y nos siga dando alegrías esta segunda vuelta. Ha dado un impulso al equipo porque arriba nos estaba costando ser efectivos con el gol.

El impacto de Lucas es indudable, pero el impresionante respaldo social al equipo ya existía. ¿Cómo puede ser posible que incluso aumente sumando fracaso tras fracaso?

Llevamos unos años muy duros y lo que tenemos aquí es excepcional. El deportivismo es un sentimiento que no solo se mantiene, que se ha ido expandiendo. Creo que la llegada de Lucas ha servido para visivilizarlo. Es el tercer año en el tercer nivel del fútbol español y hay riesgo, pero este tipo de situaciones permite que se mantenga vivo. Ojalá podamos responder con un éxito deportivo, que es lo que necesita la afición.

Usted lleva una vida en el Depor. ¿Cree que ahora hay una tranquilidad en el entorno que no existía en Segunda, ni siquiera en Primera?

El club está más estable a nivel estructura porque las posiciones están bastante claras desde que entró Abanca. Hay más estabilidad porque hay menos posibles opositores, gestores, candidatos… como lo queramos llamar. Está más claro quién decide y cómo son las cosas. Eso hace que todo esté más tranquilo, que haya menos ruido externo, aunque deportivamente la exigencia sigue siendo la misma. Sigue la exigencia de ganar todos los partidos y acabar primero. En la división que estamos, somos un equipo desproporcionado mediáticamente.

“Es un privilegio entrar en el Top-10, cuando me fui cedido al Sporting creí que nunca iba a volver a jugar en el Deportivo”

Bergantiños, jugador del Deportivo

Deportivamente siguen cuartos y hay optimismo porque la pasada jornada fue muy buena. Pero casi es el mismo que el pesimismo que había la anterior después de perder en Alcorcón.

Sí, e incluso llegamos a estar a diez puntos. Tenemos la experiencia del año pasado que esto es muy largo, que es muy difícil que un equipo que empiece la liga primero mantenga el ritmo y acabe primero. Lo importante es estar en el grupo de cabeza y legar bien posicionado al final. Ojalá recortemos puntos rápido y estemos arriba. Todo el mundo desea un año como el que tuvo la pasada temporada el Racing de Santander con una segunda vuelta que lo ganaba todo. Hay que tener tranquilidad, venimos de menos a más. El equipo venía del golpe del Albacete, muchos jugadores nuevos que tienen que adaptarse, cambio de entrenador… Ahora veo al equipo más estable en todos los aspectos. Mentalmente, de conocernos entre nosotros los jugadores y hay que mantener ese nivel de rendimiento. Además, nos van a dar un plus Lucas y las dos incorporaciones que han llegado, tienen muy buena pinta. Ojalá demos ese sprint.

¿Qué error no debe repetir el Depor respecto a la pasada temporada?

Cada temporada es diferente, pero creo que el error del año pasado fue evidente: todos nos vimos en Navidad demasiado ascendidos y el camino es muy largo. Hay que sacarlo de experiencia sabiendo que los equipos que van de menos a más son los que acaban fuerte la temporada y logrando los objetivos. Ojalá lo hagamos siendo primeros y evitando un playoff. Todo con humildad y sabiendo que hay rivales importantes y que las diferencias son muy pequeñas. Ojalá que con Riazor, el impulso que supone Lucas y la paciencia y apoyo que nos da la afición lo logremos.

Comentaba que ha visto en buena forma a Lebedenko y Saverio…

Sí, los veo con ambición desde el primer día, de querer entrar ya. Se les ve con ganas de sumar ya y de sentirse importantes. Esto también le viene bien a la competencia del propio equipo. Que haya jugadores con opciones, más allá de que haya un once que se estaba estabilizando. Que los titulares sientan esa competencia, ese saber que pueden perder el sitio.

¿Todo esto será suficiente para que el Depor mejore fuera de casa?

Es cierto que el rendimiento fuera tiene que mejorar. Ya nos pasó el año pasado en la segunda vuelta, con malos resultados y juego. Es algo en lo que tenemos que dar un plus. Este fin de semana tenemos una buena piedra de toque en San Fernando ante un equipo que está abajo. Creo que en esta división se acentúa más por los campos, pero la competitividad del equipo tiene que ser mayor. En Riazor se nos van a escapar pocos puntos y fuera es donde tenemos que recortar y adelantar a los que tenemos por delante en la clasificación.

Hablaba antes de un once bastante fijo y usted no está en él. ¿Cómo lo lleva?

Bien. Bien. Todo jugador tiene su ego y su decepción de participar menos. Pero hay que ser conscientes que se han encajado piezas con otros compañeros. Me ha pasado muchas veces en mi carrera empezar jugando poco y acabar estando en los partidos importantes al final de temporada. Hay que mantenerse estable cuando juegas y cuando no. Ahora estoy teniendo un papel más secundario, pero intentando sumar desde ahí. Es importante que se vea que los que jugamos menos apretamos.

Desde fuera, el reducido grupo de titulares de Cano parece casi intocables, incluso con lesiones. ¿Tienen la misma perspectiva en el vestuario?

Está claro que si repiten los onces y los cambios, el jugador ve más difícil esa opción de poder entrar. Pero ahí está nuestro reto y el mío particularmente como capitán para lograr que los compañeros no se caigan por eso. En invierno han llegado refuerzos y serán un impulso para que la gente esté alerta, que no se relaje nadie y que los que están fuera sientan que tienen la opción de participar y sumar. La temporada es larga, hay sanciones y lesiones, y en cualquier momento puedes entrar.

Pancho García, Manuel Pablo, Fran, Bergantiños, Piña y Donato.RCD

¿Esta situación le influye para tomar una decisión sobre su futuro, sobre una posible retirada?

No. Está claro que cada vez, lógicamente, está más cerca ese momento; es ley de vida. En mi carrera siempre he intentado ser el mismo, estar estable juegue o no juegue. Cuando acabe la temporada, como hice el año pasado, me reuniré con el club y veremos cuales son las necesidades del Depor y mías. Voy año a año.

¿Ascender o no influirá en su decisión?

No lo creo. Llevo tres años en esta categoría y varios recibiendo golpes durísimos, algunos a nivel individual. Mallorca, caso Fuenlabrada, el Albacete en Riazor… Igual que hice el año pasado, en el que jugué 30 partidos, tomé un tiempo de reflexión y luego me reuní con el club para saber si me veían útil. Haré lo mismo este año para saber las intenciones del club y si yo me veo con fuerzas.

¿Cómo vivió el anuncio de Ibai Gómez de retirarse a media temporada?

Somos personalidades diferentes. En estas temporadas en Segunda B hubo varios compañeros que venían de categorías superiores y sentían esa frustración de estar en una categoría inferior y que no le salían las cosas. Al final, es un riesgo grande. En todas las categorías hay nivel y creo que Ibai vino a intentarlo y al no verse con ilusión de seguir en el día a día de pelearlo, decidió dar un paso al lado. Yo disfruto el día a día, me veo capaz y lo estoy alargando un poco más. Él se retiró joven para lo que es habitual hoy en día. Mi carrera es una pirámide en la que fui subiendo peldaños de división en división y ahora me toca bajarlos con naturalidad y respeto.

Cuando llegue ese momento, sea cuando sea, ¿dónde se ve dentro del Deportivo?

A mí me apasiona el campo, lo que es el día a día. Creo que es donde más a gusto me sentiría. Pero tal y como he hecho de jugador, al servicio del club, donde consideren que puedo aportar más. Hay que seguir formándose, que me consideren válido, ver dónde puedo aportar…. No soy yo el que tengo que decidir si estoy capacitado o no para transmitir, entrenar o estar en otras parcelas.

Día a día huele a entrenador…

Sí, pero también puede ser una función de scouting… Ya se verá, porque no es lo mismo ver las cosas como jugador que comprobar si estás capacitado para ello.

En esa estructura está la cantera, que el miércoles dio una nueva alegría con el Juvenil eliminando al Atlético. ¿Qué pasa para que la cantera no acabe de irrumpir en el primer equipo? ¿Es normal o las expectativas son demasiado altas con ellos?

Es muy complicado, y más en club tan mediático como el nuestro. Está claro que esta última oleada de éxitos ha tenido mucha repercusión, pero hay que tener paciencia. En la primera plantilla están Villares, Trilli, Peke… muchos otros entrenan con nosotros. Todos firmaríamos tener un once de Abegondo y que además gane todos los partidos, pero no hay que precipitarse porque esto, por desgracia, no funciona así. Todo tiene sus tiempos, sus plazos. Igual que vemos los éxitos de los juveniles también hay un buen número de chicos que destacaban aquí y están sin jugar, en equipos de Segunda o Tercera Federación. Cada jugador lleva su ritmo y no hay que precipitar eso, que nadie lo precipite. El mayor problema que tenemos hoy en día es que queremos lograr el éxito ya, no hay paciencia. Eso tiene que calar en la cabeza de los chichos y en sus entornos, ahí es donde estamos teniendo más problema. Se quiere un éxito inmediato y muchos chicos no tienen paciencia, quieren pasar del Juvenil al primer equipo. Ser futbolistas ya, y eso hay que ganárselo. Eso se gana con rendimiento y tiempo. Ningún entrenador si ve un chico preparado para jugar en el Depor va a dejar de ponerlo, seguro. Aquí la exigencia es muy alta porque la obligación del Deportivo es ascender lo antes posible. Hay chicos con potencial muy alto, pero todavía es potencial. Aunque el aficionado no llegue a ver a Trilli, Peke o Barcia, están progresando con nosotros entrenando, haciéndose jugadores. A medio plazo seguro que habrá más jugadores que estarán en el primer equipo.

“Yo me gané ser jugador categoría a categoría, hoy existe una prisa desmedida y demasiada presión desde los entornos”

Bergantiños, jugador del Deportivo

¿Cree que eso lo perciben los canteranos ? ¿Hay riesgo a que les entre esa prisa, a que busquen otro equipo?

Es difícil entrar en ellos. Además, yo tengo una diferencia generacional grande con ellos y tienes que intentar ponerte en su cabeza. Lo que se intuye es que hay una prisa desmedida por la inmediatez y demasiada presión de los entornos, bien familias o agentes que quieren ese éxito inmediato para ya. Es una línea difícil y peligrosa porque hay chicos que toman malas decisiones por precipitarse. Yo me gané ser jugador categoría a categoría. Pasé de Tercera a Segunda B, de Segunda B a Segunda y de Segunda a Primera. Claro que hay chicos que lo hacen ya, pero si tuviésemos aquí un Gavi… es el ejemplo que se pone en A Coruña: “el Juvenil le ganó la final al Barça de Gavi”. Ya, pero Gavi con 19 años ya ha jugado un Mundial, Champions, Primera… Seguro que si hubiese uno de ese nivel estaba jugando fijo, o más bien ya se lo hubiesen llevado porque no podríamos retenerlo. Los nuestros tienen potencial y nivel, pero tienen que aprender a competir y ser constantes en la competición; es el paso más difícil de conseguir.

Usted hizo la instrucción en la cantera, la mili en España con varias cesiones y no debutó con el Depor hasta los 26 años…

Sí, sí, así fue. Pero no quiero que se tome mi ejemplo como el bueno. Villares es un caso parecido al mío, pero otros con 18 o 19 ya tienen el nivel y tiran la puerta desde el principio. Si hubiese jugadores de potencial descomunal no creo que ningún entrenador tirase piedras contra su tejado. Hay caminos diferentes. Noel, por ejemplo, eligió otro sitio. A Trilli y Peke los tenemos aquí y los ves evolucionar. Ya hablan con normalidad en el vestuario, preguntan, van entrando… A veces, por querer llegar demasiado rápido… Podría poner muchos ejemplos de chicos que los queríamos ya en Primera y están en Tercera o Segunda RFEF. No es fácil de asimilar y ubicarte cuando tu entorno te está diciendo que tiene que ser ya. Y todo eso en el Depor, que está muy expuesto mediáticamente con un montón de repercusión, medios de comunicación, las redes, afición incluso en los partidos de juveniles…El club tiene un reto y una gran dificultad para gestionar toda esta buena generación de chicos.

Además de lo ocurrido con Lucas, hay muchos coruñeses que tuvieron que salir y el club los acabó fichando ahora como Mackay, Edu Sousa o Raúl Carnero…

Yo creo que eso es más por ese sentimiento deportivista que por otra cosa. En ese sentido, yo soy un privilegiado porque mi nivel individual como jugador siempre ha coincidido con el nivel que necesitaba el Deportivo en ese momento. Otros compañeros no tuvieron esa suerte y por eso ahora, cuando se pueden juntar los caminos, están deseando volver al Depor. Son todos coruñeses, deportivistas desde pequeños y quieren jugar en el club del que son aficionados.

Ese privilegio que comenta le ha llevado a entrar en el Top-10 de jugadores del Deportivo. ¿Qué se siente?

Me siento un privilegiado de haber tenido esta trayectoria y lograr esto. Es algo excepcional por haberlo vivido de niño, en categorías tan diferentes, momentos tan distintos… Recuerdo cuando me fui cedido al Sporting, creí que no iba a jugar nunca más en el Deportivo. Son un montón de partidos con tristezas y alegrías grandes.

Termino. Como coruñés y capitán, ¿cómo le explicaría a la gente de fuera la locura que se vive aquí con el Deportivo?

Puede que para que el que no sea de A Coruña sea difícil de explicar. Es un sentimiento que se generó aquí desde los años 90, mi infancia, con un acto de rebeldía hacia los Barça o Madrid. Los éxitos del Depor lo afianzaron y ahora se ha convertido ya en algo social. Todo el mundo en la ciudad conoce a los jugadores del Depor desde que se fichan en verano. La gente habla día a día de si toca jugar en San Fernando como se hacía cuando estábamos en Primera, qué desplazamientos hay para viajar con familiares, amigos... Se trasmite de generación a generación. El estadio de Riazor es parte de la ciudad que nos identifica y nos une. Es un sentimiento que va más allá de la categoría, incluso del fútbol. Es algo que hay que regar todos los días para que se mantenga más allá de los resultados. Eso sí, espero que en un corto plazo se viva igual en categorías superiores.

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