Alcalá todavía no es Majadahonda
El Atlético Madrileño se estrena en su nuevo feudo con empate sin goles. La entrada de Iker Luque y Cubo revitalizó, pero no fue suficiente.
El Atlético Madrileño ya está en marcha. Un equipo que cambia su nomenclatura y feudo como local de un Cerro del Espino inexpugnable (siete victorias y un empate en sus ocho últimos partidos de Liga del curso pasado) a una Ciudad Deportiva de Alcalá que debe serlo también si quiere soñar con el ascenso. El filial de Torres no pudo encontrar el camino del gol ante un Sanluqueño completamente nuevo y con el objetivo de no sufrir tanto como el curso pasado por la permanencia.
Torres situaba a Mario de Luis bajo palos, con Esquivel citado por la Sub-21, apostaba por una nueva pareja de centrales (Puric y Barboza) y daba galones a Bellotti en el medio. Aunque uno de los fichajes que apunta a pisar más fuerte esta temporada puede ser Koke Mota... Un año después de llegar. Un problema cardiaco detectado en sus pruebas médicas le obligaron a intervenirse y quedarse sin minutos prácticamente toda la temporada 2024-25. Pero está de vuelta, con regate en la banda diestra, intentando ese desborde individual que tanto echa en falta la primera plantilla.
El partido comenzó con ritmo, pero entre la guerra que se vivía en cada balón dividido había poco espacio para los artistas. Y eso que el Atlético situaba su línea con Mota, Jano y Rayane por detrás de Omar y el Sanluqueño juntaba a Zequi Díaz y Javi Feria para hacer daño a la defensa rojiblanco todavía sin Mwepu, fichaje de relumbrón desde el Cádiz pero lesionado en el inicio de curso. El propio Feria obligó a actuar a De Luis (exportero del Castilla) en la ocasión más peligrosa por ambos equipos en la primera mitad. El Atlético ganaba la posesión, pero no asustaba a Kudakovskiy. Hasta que todo comenzó a abrirse en la segunda mitad.
Un gol anulado a Julio por un fuera de juego que el colegiado confirmó tras revisar en el VAR (y que Torres criticó tras el partido por no ver esa situación irreglamentaria) fue el preludio a las hostilidades. Con la energía de Iker Luque en la derecha el Atlético iba una y otra vez a por el gol. Pero no estaba fino en la combinación. Tampoco ayudaba un césped excesivamente arenoso. La tuvo Omar, tras un centro exquisito de Boñar, pero remató fuera. Sin la alternativa de Sits, convocado por Letonia, el nueve no tuvo su mejor tarde de cara a portería.
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El Sanluqueño se resguardaba y salía con peligro. Julio y Zequi avisaban, el equipo gaditano estaba muy vivo. Torres buscaba en Miguel Cubo, promesa de 17 años, ese gol que se escapaba. Y a punto estuvo de estrenarse con una obra de arte, el control en carrera y el remate por arriba. Mala señal sería que centrarse solo en fichar experimentados en la categoría restase oportunidades a los jóvenes valores de la Academia. El propio delantero se labró la jugada para forzar la expulsión de Kikin, al que no le libró ni la solicitud de VAR de Herrera, pero el Sanluqueño no perdió el rigor defensivo en el añadido. Y la tuvo a la contra en botas de Juárez, que se estrelló con De Luis. Un empate sin goles de sabor agridulce. Dos equipos muy nuevos. Esto acaba de comenzar. El Atlético tiene tiempo para convertir Alcalá en su Majadahonda particular.
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