35 días y 12 ceses para la reconstrucción del Deportivo
El nuevo Consejo toma el mando después de una profunda remodelación que se llevó por delante numerosos jefes de área en poco más de un mes tras el batacazo de Castellón.
El pasado 12 de junio el Deportivo se despertaba asimilando que tendría que afrontar otra temporada en Primera Federación. Eso sí, el batacazo de Castellón provocó que Abanca se replantease el proyecto y buscara una remodelación total que comenzó ese mismo lunes con la marcha de Carlos Rosende y Juan Giménez, que ya habían presentado su dimisión semanas antes.
Fueron esos las primeras salidas, apenas una muestra de lo que se venía. Porque en los 35 días que discurrieron hasta ayer, poco más de un mes que se culminó con la Junta de Accionistas, llegaron otros 10 ceses, la gran mayoría forzosos, de personal de relevancia dentro del club blanquiazul.
Una reconstrucción que se llevó por delante numerosos jefes de área, empezando por la dimisión en bloque del anterior Consejo - aunque se rectificó con Villasuso, que sigue -, el despido de Rubén de la Barrera, el portazo a Fran y un posterior póquer de jueves con las destituciones de Gabi Barrós (Comunicación), Ignacio Dopico (Dir. Comercial), Pose (Metodología) y una Rocío Candal (Depor Abanca) de la que, eso sí, aprovecharon su trabajo para que configurara la plantilla de la próxima temporada antes de fulminarla sin más explicación.
La comunicación y la salida del concurso de acreedores, primeros retos
Más allá de la mejora de los resultados deportivos, la etapa de Álvaro García y su nuevo Consejo de Administración comienza con dos retos fundamentales en el Deportivo. La primera es mejorar la comunicación y la cercanía del club con una masa social que durante las últimas semanas ha escenificado una separación con los dirigentes, en parte por la pérdida de identidad que han conllevado gran parte de los despidos citados.
Además de esas “deficiencias” en comunicación expresadas por el presidente, en el horizonte está también la salida del concurso de acreedores, un desafío que el club afrontará en el próximo mes de septiembre en una nueva Junta de Accionistas. La intención del máximo accionista es liquidar la deuda concursal restante para terminar de sanear las cuentas del club, haciéndolo más atractivo de cara a una futura venta y más competitivo en el mercado - elevaría el techo de gasto - en el caso de regresar al fútbol profesional.