Goleada en El Molinón para seguir soñando con el playoff

El ‘Día del Sportinguismo’ tuvo un final feliz. Así denominó el Sporting esta jornada que comenzó por la mañana con una fiesta social en Mareo y se remató por la tarde con una goleada al Andorra (5-2) que le permite a los rojiblancos seguir soñando con colarse al final en el playoff de ascenso. La derrota deja casi sentenciado al Andorra que ya mira a la Primera RFEF de forma definitiva.

La victoria del Sporting tuvo dos claves. Por un lado, Juan Otero marcó dos goles, los dos que dieron tranquilidad en el marcador (hizo el 2-0 y el 4-2), y tuvo al menos un par de ocasiones más para firmar el partido de su vida. En la primera, al filo del descanso y para el 3-0 se encontró primero con el portero Ratti y su segundo disparo lo sacó Iker Benito bajo los palos; en la segunda más clara, su generosidad fue infinita porque tuvo el 6-2 en sus botas, pero prefirió ceder el balón a Zarfino para que el uruguayo tuviera un premio a su recuperación definitiva tras un año lesionado.

La otra clave del encuentro estuvo en el rival. El Andorra demostró que sigue siendo un buen equipo en el manejo y control del balón, pero las luces se le apagan en el último tercio de campo y, sobre todo, concede demasiado en defensa. El equipo de Ferrán Costa fue muy endeble cuando le tocó defender y lo pagó con la mayor goleada sufrida esta temporada. El Mirandés había sido el equipo que más goles le había hecho, con Eder Sarabia en el banquillo; perdió 4-3 en Anduva.

El partido se le puso muy de cara al Sporting con un 2-0 a la media hora de juego --con los goles de Cote y Otero--, pero se le complicó antes del descanso y puso nervioso a más de uno en la grada. El partido pudo ponerse con un 3-0 local pero pasó al 2-1 con el primer gol de Iván Gil antes de ir al vestuario.

La reanudación sirvió para ver un Sporting más ambicioso de salida y dispuesto a sentenciar el encuentro. Dani Queipo (1,68 de estatura) volvió a poner en evidencia a la defensa visitante con un gol de cabeza para abrir hueco de nuevo en el marcador y devolver la tranquilidad a la parroquia local. Pero esta se rompió casi a renglón seguido con un zurdazo de Iván Gil que limpió las telarañas de la escuadra derecha de la portería de Yáñez.

Entonces apareció de nuevo Juan Otero para aprovechar un magnífico balón que le envió Mario González al espacio libre, con ventaja sobre una zaga situada en el centro del campo. El colombiano piso con ventaja el área de Ratti y colocó el balón lejos del alcance del meta argentino. Ese gol le sirvió a Otero para igualar a Gaspar Campos como máximo goleador del equipo con diez tantos.

El quinto de Nacho Méndez sirvió para cerrar un partido de la mejor forma y haciendo disfrutar a los seguidores sportinguistas que no veían una goleada así desde hacía ocho años. La última vez que el 5 subió al marcador local fue frente a la Real Sociedad, en primera, en enero de 2016.

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