Foyth da crédito a Setién

Juan Foyth se tomará las uvas como el rey del mambo. El argentino llegó a La Cerámica como campeón del mundo y se fue dándole la victoria a los de Setién, un técnico que gana crédito con estos tres puntos. La Cerámica abrió de nuevo sus puertas con un partido cuya primera parte estuvo a la altura de la reforma del escenario, cuando Cavani adelantó al Valencia y Chukwueze empató al filo del descanso, y que acabó resolviéndose por un error defensivo del Valencia, que a balón parado vio como se iba al traste el trabajo realizado. Diakhaby molestó a Mamardashvili y así Foyth remató a placer.

El partido se preveía frenético y lo fue en su primera mitad. Los estilos de Setién y Gattuso auguraban espectáculo y lo hubo. Los 18 remates a portería que se vieron en la primera parte lo confirman. Fue el derbi del juego de la oca. De área en área y tiro porque me toca. En solo 40 segundos la había tenido Cavani y le perdonó la vida al Valencia Gerard Moreno. El catalán aún tiene que estar pensando qué hizo para fallar lo que falló. El delantero mandó el balón fuera pese a rematar a puerta vacía y a tres metros de ella. Esa ocasión fue una declaración de intenciones del Villarreal, cuya puesta en escena fue poderosa, con otra ocasión en esa fase de Capoué.

El Valencia reaccionó y de qué manera. Gattuso recolocó a Musah para que achicara agua en paralelo a Nico y a partir de ahí el Valencia fue creciendo en el partido. Los ché empezaron a presionar mejor, a recuperar más y a correr cual hienas hambrientas. Y claro, Reina comenzó a pasar apuros. Le probó Lino, Cavani y Cömert. Y en ese vendaval llegó el gol de Cavani, que se encontró a la altura del punto de penalti con un rechace y soltó un flechazo con su pierna izquierda al que Reina solo pudo que hacer la estatua. Quinto gol del uruguayo, que en verano estuvo cerca de ser refuerzo amarillo.

A los de Gattuso se les veía cómodos, ganando los más de los duelos, haciendo suya la posesión con circulaciones largas, y encontrando por su izquierda una vía por la que volver a golpear. Pero el Valencia no remató la faena y encontró su penitencia en sus propias virtudes y su estilo atrevido y a campo abierto le daba vida al Villarreal. Así, con espacios, Pino, Baena, Chukwueze y Capoue tuvieron a tiro el empate. Además, la lesión de Kiko Femenía y la salida de Foyth perjudicó a Lino y Gayà, a los que el argentino ató en corto. Y cuando el tiempo de descanso se asomaba por La Cerámica, llegó el gol del empate. El Villarreal, en tres toques, Parejo a Gerard y éste a Chukwueze, se plantó en el área de Mamardashvili y el nigeriano resolvió a la perfección.

El partido se apaciguó tras el paso por los vestuarios. Ni el ritmo frenético de los primeros 45 minutos podía ser eterno ni Setién ni Gattuso estaban dispuestos a permitir tal número de ocasiones del rival. El balón comenzó a jugarse más por el centro del campo que por las áreas. Las defensas, ahora sí, se imponían a los delanteros. Pero con las apariciones de Baena, Chukwueze, Parejo y Capoué, más los cambios ofensivos que fue introduciendo Setién, era el Villarreal el que más presencia tenía en las inmediaciones de Mamardashvili, aunque con el paso de los minutos había más temor a perder un punto que ansías por ganar los tres.

Sin embargo, como sucediera en la primera mitad, cuando el partido se abocaba a su final, un desajuste defensivo de la zaga che a la salida de un córner propició el gol de Foyth. Mamardashvili tropezó con Diakhaby, que ni fue a por el balón ni se apartó para que lo hiciera su compañero, y así fue como pudo rematar el argentino, que daba la victoria a los de Setién. Balsámica para ellos (Capoue pudo hacer el tercero), lapidaria para los de Gattuso, que otra vez veían como se quedaban sin nada cuando habían hecho méritos para no irse de vacío.