Las obras se han tenido que enfrentar a grandes dificultades: primero, a la pandemia, con la paralización económica y laboral que conllevó; y luego, a la guerra de Ucrania, que ha restringido y encarecido mucho el acceso a materias primas, en especial al acero, pues Ucrania es uno de los principales productores mundiales de la aleación.